Nació en Celendín, hijo de una estirpe de
intelectuales y profesionales dedicados con esmero al cumplimiento de sus
labores.
Juan Tejada Sánchez ejerció el magisterio en
las zonas rurales próximas a la ciudad de Celendín. Bohemio empedernido,
escribió con tenacidad sus vivencias. Sus poemas aparecieron publicados en la
revista local "Marañón" (1970).
Comentarios a su producción poética
"Juan Tejada Sánchez o concretamente
como acostumbraba firmar, Juatesán, escribió con desprendimiento que selló toda
melancolía y penuria. Su lucha interior luce en un verso, sin resignarse a
vegetar sino a nutrirse de mayores soledades, de nuevas esperanzas. Y, sin
embargo, el hombre sigue siendo superior al poeta. Nada reclama de su
inconsciente como constante búsqueda del cielo. El infinito está en sus manos,
en las calles, en la vida, en la ronda vocinglera de los niños descalzos, en la
pobreza del campo. Sus poemas tienen el temblor de la herida viva."
Jorge
Wilson Izquierdo
Poeta
y periodista
"Poeta de diamantino verbo y emoción
alturada de nieve y llameantes pupilas" (16-4-67)
Armando Salas Gamarra
Escritor cusqueño
"Juan, He vuelto con satisfacción a leer
la producción emotiva de tus versos en los que dejas traducir cual agua de
fuente cristalina que las borrascas de la vida dejó en ella. Dolor infantil
cuya inocencia no es culpable de su amargura; una innovación feliz de
verdadero apostolado para acercarse a Dios y una página de la vida arrancada de
tu pecho que la escribiste con lágrimas.
Adelante, Juan, pero dulcifica en tus versos
el optimismo de la vida."
Orestes Tavera Quevedo
Profesor celendino
A continuación las exquisitas palabras de una
de las entrañables amigas del poeta Juan Tejada Sánchez.
"...como tenía en mi poder dos hermosos
poemas de Juan, en calidad de obsequio, es que me hice presente con ellos para
que fueran publicados en "Marañón", porque era egoísmo de mi parte
mantenerlos ocultos. Quería que las personas que admiran a este poeta
celendino, compartieran conmigo las profundas metáforas que revelan su calidad
literaria. (...) somos dos almas que nos hemos amado. Nos seguimos amando.
(...) La palabra Amor es tan profunda y amplia como Amigo, y tengo la
satisfacción de usar ambos términos como lazos de mi sincera amistad con
Juan."
María del Rosario Rivera Tapia
Profesora cajabambina
Luego la palabra de Juan Tejada Sánchez,
Juatesán
María del Rosario
Alma
que en versos pusiste
manojos de ternura con agua viva de sueños.
Esperanza, que como una porción de agua
refrescó mi calcinada arcilla
Manos que modularon mi estatua
como perfección a la vida.
Brotaron en mi camino lirios blancos,
sus cálices eran de luces
en el amanecer en que nos vimos
Cantaba el aura una canción de fantasía.
Te encontré en mi camino,
en mis siete caídas, Verónica
fue también mi cruz un peso en tu vida.
Luz en mi camino
siendo botón de lirio,
porque habías vivido más que yo.
Me hablaste desde el sermón del Monte, Nazarena.
Me hablaste de un modo invisible
donde se borra el dolor
Me hablaste de aquel que tocaba las puertas
en las noches de crudo invierno
en busca del Amor,
como si hubieras querido preparar
mi alma
para el gran viaje sin retorno.
Participé de tu cena de angustias
que la mesa de la vida puso delante de ti.
Son para ti, María del Rosario,
estos versos que llevan
el blanco lirio de tu alma.
refrescó mi calcinada arcilla
Manos que modularon mi estatua
como perfección a la vida.
Brotaron en mi camino lirios blancos,
sus cálices eran de luces
en el amanecer en que nos vimos
Cantaba el aura una canción de fantasía.
Te encontré en mi camino,
en mis siete caídas, Verónica
fue también mi cruz un peso en tu vida.
Luz en mi camino
siendo botón de lirio,
porque habías vivido más que yo.
Me hablaste desde el sermón del Monte, Nazarena.
Me hablaste de un modo invisible
donde se borra el dolor
Me hablaste de aquel que tocaba las puertas
en las noches de crudo invierno
en busca del Amor,
como si hubieras querido preparar
mi alma
para el gran viaje sin retorno.
Participé de tu cena de angustias
que la mesa de la vida puso delante de ti.
Son para ti, María del Rosario,
estos versos que llevan
el blanco lirio de tu alma.
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