Por Elmer Castillo
Carátula de "Yo y el maestro" |
Reconozco en Luis (Palujo) su capacidad para narrar sus cuentos y relatos, hasta el día de hoy recuerdo “Paco el bobo”, uno de sus primeros relatos, me reía a carcajadas sólo en mi habitación donde seguramente mi familia pensaba que estaba orate. Con su carácter simpático y bohemio, contador de anécdotas, lector empedernido, defensor de la naturaleza, virtudes innegables de José Luis. Tiene la virtud de llevarnos de la mano, siguiéndolo en sus historias del pueblo, conversando con sus personajes, sintiendo las alegrías y tristezas de ellos, todo un mundo mágico a nuestra disposición y deleite. Como escribió alguien, la lectura se hace más sustanciosa y pasional cuando conoces al escritor personalmente y has vivido ciertas circunstancias con él. Sucrense, sucreño o huauqueño que ha compartido algunos momentos con nuestro querido y recordado “Cabezón”, sabe de lo que estoy escribiendo.
Carátula de "Grama arisca" |
Mirándolo bien, todo ello ha favorecido a Edwin, “sin querer queriendo” ha sido su mejor aliado, no ha sido necesario todo ese sin fin de artificios para dar a conocer lo que uno escribe. Veamos por qué, los principales medios de información se interesaron en el asunto, tanto así que las llamadas telefónicas y a través de Skype fueron el pan de cada día para Edwin. Acá, en nuestro país, Caretas, El Comercio lo entrevistaron, hasta el diario cajamarquino Panorama le dedicó un espacio. En el exterior, los mejores diarios de Europa le dedicaron líneas enteras en sus portadas. Así que Edwin no tuvo necesidad de marketear la edición, aparte que él conoce de eso.
En Italia se está librando, seguramente, un fuego cruzado entre los abogados de ambas partes, por mi parte, sin haber leído aún el texto, podría hacer una serie de preguntas que quedarán en el tintero, siempre es bueno elucubrar ideas y cuestionamientos. Casi quince años de vida junto a Don Luciano no deben pasar desapercibidos, menos, desechar la idea de contar algunos sucesos con tan genial personaje. Los viajes constantes alrededor del mundo, los hoteles cinco estrellas en cada país donde llegaban. Las personas que lo recibían: presidentes, reyes, príncipes, artistas, cantantes, científicos, literatos, magnates y también personas humildes, pues no olvidemos que Edwin fue uno de ellos que lo recibió en Lima, con la calidez aprendida de sus padres y el legado telúrico que le sigue brindando nuestro querido Huauco o Sucre, del cual quedó prendado el Divo.
Tampoco podemos dejar de escribir acerca de la personalidad “arrolladora”, como alguien dijo acerca de Edwin, por la cual está pagando un altísimo precio por la desgracia de ser tan simpático, no físicamente, es más que obvio, se trata de su originalidad. Aunque nos duela reconocerlo, cualquiera no hubiera podido llegar a donde él llegó y posiblemente con “Yo y el Maestro” llegará más lejos. Su descomunal capacidad de lectura, esa curiosidad infinita, el poder de seducción y su clara inteligencia, hicieron que el Maestro se fije en ello para invitarlo a que sea su asistente personal y más que eso, su amigo.
De ahí es que me atrevo a preguntar, qué teme o temen, Nicoletta y sus abogados, para que no salga a la luz el libro, las trabas y el exorbitante monto en dinero si lo hace, nos hace pensar que, como decimos acá, se deben estar “orinando” de sólo pensar en el “qué dirán”. Por el bien de la cultura y el conocimiento y los amantes de las letras y de la amistad con Edwin, de un hombre que encantó al mundo con su voz y su generosa personalidad, las autoridades italianas deben dar el visto bueno lo más pronto posible para que “Yo y el Maestro”, salga ya.
Desde ya mis congratulaciones para los dos amigos que han pasado a la historia del Huauco y seguro que habrá mucho más, pues, años quedan en la vida.
Wito…
Fuente: Blog Huauco
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