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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

jueves, 19 de abril de 2012

Conjugando el verbo amar

Por lo general, las parejas piensan que el matrimonio es la cima más alta a la que ha llegado su amor y descuidan el hecho de seguir cutivándolo. Se creen hechos el "uno para el otro" y con esto se presupone la felicidad. El enamoramiento o deslumbramiento inicial, hace ver en la otra persona, cualidades que, a veces, no existen más que en la fantasía del enamorado.

La clave está en admitirnos tal y cómo somos, con nuestras cualidades y defectos, y respetar de esta manera la individualidad del otro. No existe una varita mágica que transforme todos los instantes e instaure en la relación el deseado amor "para toda la vida"; la pareja ha de trabajar arduamente para que ese amor que los atrajo inicialmente siga vivo, creciendo con la venida de los hijos, subsanando carencias y formando una alianza indestructible.



Todos reclamamos el ser queridos, admirados y tolerados, pero descuidamos el retribuir al otro con la misma moneda. Ese "otro", está esperando lo mismo de nosotros. Y esto no implica que siempre y en todo estemos de acuerdo. No. Somos individuos con características peculiares que llegamos al amor confiando con ser comprendidos tal y como somos.

Es cierto que han de haber gustos en común, no por nada se han conocido en algún lugar que les era agradable a los dos: una fiesta, una biblioteca, una oficina, pero esto no es todo lo que ambos hacen en la vida. Vendrán luego otras aficiones muy propias que deben ser respetadas por la pareja. No queramos vivir como gemelos idénticos en nuestros quehaceres. Esto es sencillamente imposible.

Otra de las cosas a tener en cuenta, es la actitud cotidiana con el otro, aprendamos a conocer sus gestos sin mal interpretarlos, no pretendamos saber todo sobre él o sobre ella. A veces es posible que desee estar en silencio y esto no significa, que esté enojado, ni que nos ignore.

Con el tiempo, el amor apasionado parece haber huido en la pareja, ¿cómo retomar el camino cuando el fluir espontáneo de los sentimientos y el propio deseo parecen haberse marchitado? Volviendo a los pequeños detalles, ésos que parecen innecesarios, modificándolos, dialogando, dándole a la relación ese punto de magia que fue el que suscitó el encuentro entre ambos.

Algunos pensarán que está es una receta muy simple, pero estamos hablando del amor y éste no requiere de complicaciones, a lo sumo un poquito de imaginación.

De los escritos de: José Juventud, página 18 y 19 de3 libro Mi Casa Tomo III

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