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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

martes, 1 de febrero de 2011

Opinión libre: ARGUEDAS: Las motivaciones que le impulsaron a escribir (*)



José María Arguedas, había acumulado un gran bagaje cultural, social, hasta político, durante su permanencia en Puquio, en sus viajes al Cuzco, Arequipa, Abancay, Coracora, Yauyos, Pampas, Huancayo e Ica. Conoció a muchos personajes del mundo literario y tenía en su mente el mundo andino imbíbito; en sus retinas brillaba el resplandor de encantados paisajes; en su cerebro bullían los mitos y leyendas del ande y su corazón estaba inundado de canciones vernáculas, danzas y canciones de estos pueblos, por ello profundizó sus estudios etnológicos.

Pero también su ser estaba cargado de una gran rebeldía e impotencia frente al fenómeno socio-cultural de un Perú escindido, al encontrarse ese gran sector andino, preterido y oprimido por el desprecio e incuria de quienes detentaban el poder económico, político y social. El sufrió dentro de esa dicotomía conflictiva de su país y lo experimentó en carne propia y vio como un vasto sector del país era menospreciado por el Perú oficial, vio como el misti o gamonal bilingüe oprimía y degradaba al campesino al comunero quechua hablante.

El hecho de querer revelar la tragedia de su pueblo zaherido y agredido, fue una de las poderosas motivaciones para que Arguedas tomara la decisión de escribir –no obstante sus limitaciones lingüísticas- como desahogo psicológico o denuncia social. El mismo lo declara, casi en las postrimerías de su existencia al recibir el Premio “INCA GARCILAZO DE LA VEGA” en octubre de 1968 en la casa de la Cultura de Lima y lo reafirma: “Yo no soy un aculturado, yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en Español y en quechua. Deseando convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido”.

Y así fue, logró forjar una literatura propia, capaz de trasmitir un mundo ajeno al que suele expresarse en castellano “una lengua que sin dejar de ser española suena como propia en boca de los habitantes del quechua que puebla su narrativa. Fue una victoria artística contra el idioma para obligarlo a someterse a una realidad que le era extraña…” (8)

Otro motivo poderoso le impulso a escribir, fue la forma desfigurada, como lo hacían algunos escritores de entonces, cuando escribían al indio y al mundo andino –muchas veces sin conocer-, por eso se impuso la tarea de hacerlo de adentro” y con autenticidad. Tomemos nota, de su confusión espontánea: “Yo comencé a escribir cuando leí las primeras narraciones sobre los indios, los describían en una forma tan falsa, escritores a quienes yo respeto, de quienes, de quienes he recibido lecciones como López Albújar como Ventura García Calderón. López Albújar, conocía a los indios desde su despacho de Juez en Asuntos Penales y el señor Ventura García Calderón no sé cómo había podido hablar de ellos. En estos relatos estaba tan desfigurado el indio y tan meloso y tonto el paisaje o tan extraño que dije: “Yo, yo lo tengo que escribir, tal cual es porque yo lo he gozado, yo lo he sufrido” (9).

No obstante a la dificultad inicial de poder expresarse en castellano, una lengua para él ajena, tal como explica en su primer libro intitulado “AGUA”, y lo recalca enfáticamente: “Yo lo había escrito en el mejor castellano que pude emplear que era bastante corto porque yo aprendí a hablar el castellano con cierta eficiencia después de los ocho años, hasta entonces solo hablaba quechua. Cuando yo leí ese relato en ese castellano tradicional, me pareció horrible, me parecía que había disfrazado el mundo tanto casi como las personas contra quienes intentaba escribir y a quienes pretendía rectificar… rompí todas las páginas. Unos seis o siete meses después, las escribí en una forma completamente distinta, mezclando un poco la sintaxis quechua dentro del castellano, en una pelea verdaderamente infernal con la lengua” (10).

Todas estas motivaciones de carácter social y sentimental y su fervoroso peruanismo y apego a la raza indígena, no obstante ser mestizo –él se creía indio- decidieron que Arguedas empuñara la pluma como un arma de combate, esclarecimiento, divulgación y protesta y por eso, no sólo fue narrador sino también devino el etnólogo, para hurgar en el alma misma del pueblo quechua hablante del Ande peruano en esa gran masa de cholos que no tenían voz ni voto propio y sólo pervivían bajo la férula del gamonal, del patrón y de las autoridades impuestas por los gobiernos de turno. Frente a este panorama deprimido y pusilánime; frente a esta realidad desgarrada, buriló con maestría sus obras: “AGUA”, “YAWAR FIESTA”, “LOS RÍOS PROFUNDOS”, “TODAS LAS SANGRES”, etc. que vienen a ser el enfoque de la realidad social que se vivía entonces en el Perú profundo.

Debemos advertir, que las consecuencias del desgarramiento inicial del aborigen por el descubrimiento, conquista y coloniaje, fue brutal, no obstante el indio conservó y conserva tercamente gran parte de la identidad de su raza, y aún a 500 años del “Encuentro de dos mundos”, el cholo y el mestizo viven en un país desgarrado, de un país organizado sobre la base inicial de los conquistadores y conquistados; de un lado el blanco, el conquistador, el patrón, del otro extremo el cholo, el peón, el obrero, el campesino, exiliados en su tierra, los que no tienen nada o casi nada, como repica en sus versos José Santos Chocano, “El cantor de América”, en una estrofa de su poema “¡QUIEN SABE!”:

“Indio que labras con fatiga
tierras que de otros dueños son.
¿Ignoras tú que deben tuyas ser
por tu sangre y tu sudor?
¿Ignoras tú que audaz codicia,
siglos atrás te las quitó?
¿Ignoras tú que eres el amo?
-¡QUIEN SABE SEÑOR!

Todo este peso mortal, esta angustia, lo sintió Arguedas y se dijo: “Yo, yo lo tengo que escribir tal cual es…” y así fue.



(8) Arguedas Pág. Escogidas- Introducción de Abelardo Oquendo Pág. 8.- Editorial Universo S.A. Lima.
(9) Primer Encuentro de Narradores Peruanos.- Lima, Casa de la Cultura 1969 Pág. 40.
(*) Del Libro José María Arguedas “Vida y Obra” de Jorge Bendezu B. Págs. 20, 21 y 22.

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