BIOGRAFIA
A los pueblos les
nacen hijos que sobresalen por su trabajo y por su talento. En el Distrito de Sucre, un
pueblo pequeño del Perú profundo, cuyo presupuesto municipal (en la
actualidad), apenas llega a dos millones de nuevos soles, nació un hombre de
conmovedor ejemplo y nobleza.
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Así de sencillo y profundo, heróico y ejemplar, era don Agustín Marín, imagen fiel de su propio pueblo. |
La juventud debe aprender a conocer y a honrar a los hombres que pusieron su vida al servicio de su pueblo y que puede servir de espejo y guía permanente para todos, nos referimos al señor AGUSTIN MARIN CHAVEZ, sucrense virtuoso y meritorio, integro sin dobleces y buen vecino capaz de acciones grandes, para engrandecer a su pueblo.
Son muchos y muy valiosos los meritos que orlan la biografía de este Huauqueño con
grandeza, entre ellos el de ser el último alcalde del Huauco alto, peripuesto,
afable, sosegado de voz pausada, colaborador, digno religioso diríase un hombre con Dios y con moral, así fue don Agustín Marín Chávez que nació en el
pueblo del Huauco hoy Sucre en el año
del señor el 6 de Setiembre de 1898 en una humilde casa del barrio la Toma.
La casa donde
nació estaba ubicada en la Calle Piura que antes se llamo Calle El Mirador, era
una casa pequeña de un solo piso y de dos o tres piezas a lo sumo, también
tenía una huerta en donde sus padres sembraban productos de pan llevar.
Su padre fue don
Manuel Isaac Marín, negociante y agricultor, su madre se llamó Alvina Chávez
dedicaba a los quehaceres de la casa. Siendo muy niño su padre impelido por la aventura emprende
viaje a la Oriental ciudad de Iquitos, este viaje marco profundamente al
infante Agustín y a la Familia Marín Chávez, pues en esa ciudad cauchera se
enroló a la policía de los azules, falleciendo
en esta actividad durante una misión policial al naufragar la balsa en que viajaban por las
aguas del Rio Amazonas. Al perder a su
padre, la vida del pequeño Agustín fue un batallar incesante e infatigable.
Estudio la
primaria en la escuela fiscal de su pueblo, alumno aprovechado de la escuela; la primaria la cursó sin tropiezos.
Adolescente se dedico a trabajar para ayudar con algunos recursos a la casa que
tempranamente perdió a la figura paterna. Por los años veinte, con algo de
capital y en compañía de su primo Sesostris Aliaga se embarca en el negocio,
actividad que la llevaba en la sangre y a la cual se dedicó la mayoría, si no todos los Huauqueños en la antigüedad.
Su plaza de
negocios fueron las ciudades de los departamentos de la Libertad, Ancash y Huánuco.
El 1938 decidió cancelar el negocio ambulatorio y decide establecerse en su
pueblo al lado de su familia junto a su fiel esposa Jesús Marín con quien
contrajo matrimonio.
Hombre metódico
don Agustín hizo de su tienda, el mejor y más surtido establecimiento del
barrio de la Toma, en esa tienda, se expendía productos textiles, ferreteros,
mercería, juguetes y productos de
primera necesidad.
Durante sus
correrías de negociante ambulante, instado por su afición a la música adquirió
algunos instrumentos musicales como el violín y mandolina, con las notas de
esos instrumentos acompañó a su potente y armoniosa voz de tenor. En esa etapa
de negociante ambulante también aprendió el idioma quechua y en Ancash tuvo una
aventura amorosa con una mujer, ancashina de cuyo romance nacieron 2 hijas:
Dora y luz Angélica.
En la
tranquilidad de su hogar y la soledad apacible de su pueblo y siendo muy joven
y siempre orientado por la música se acercó a la iglesia, aprendiendo a tocar
melodio y algunas canciones religiosas escritas en latín, el párroco de la
Iglesia de entonces Gerbacio Marina de origen español, descubrió en el joven sus
dotes de contar lo incorporó a la iglesia como intérprete del melodio
convirtiéndose de este modo, en el cantor de los misas ordenadas en patín.
Por esa relación
la vida del Sr. Marín Chávez que se abrió camino a fuerza de sus propios brazos
se anuda con la historia misma de la Iglesia San Isidro labrador, sus cerca de
40 años de labor lo testifican ya que, Agustín se desempeño como cantor ad
honorem de la Iglesia desde el año 1920 a 1960 aproximadamente.
Por sus grandes
virtudes de civismo y ciudadano ejemplar fue designado por las autoridades
superiores de entonces Gobernador, Juez
de Paz de primera y de segunda nominación.
Entre los años de
1937 y 1941 desempeñó el cargo de Alcalde realizando una gestión prístina,
consecuente y responsable. En 1963 y con ocasión de las elecciones
presidenciales de ese año ejerció el cargo de registrador del registro Nacional
Electoral. Todos los cargos que ocupó los desempeño con eficiencia, cediendo un
ambiente como local su propio domicilio y sin ningún pago pecuniario. Fue padre
de 5 hijos: Rosa, Graciela, Livia (fallecidos), Manuel, Isaac y Rosa Albina
estos últimos profesores jubilados que ejercieron su profesión con verdadero
apostolado. A todos sus hijos les transmitió su virtud y su bondad, les crió y
formó abundantes de valores.
El 8 de Setiembre
de 1982, día de la natividad de la Virgen María y 2 días después de la fecha de
su natalicio, dejó de existir a la edad de 85 años. Las calles de su pueblo,
las instituciones locales que supieron
de su gestión extrañan el palpitar honesto de su sombra, el duro portón de la
Iglesia y el teclado del viejo melodio lloran consternados aun su partida
definitiva.
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