En la era del marketing, donde las encuestas son la base de muchas investigaciones, existe una, un tanto rara, que dice que del 100% de novias el 98 %, para aceptar casarse, no sólo averiguan el estado financiero de su futuro esposo, sino también, y es el segundo de los problemas que les preocupa, se preguntan si el novio bebe licor o no.
Hasta hace poco no se tomaba tan en serio la “bendita” costumbre de “doblar el codo”. Debido al brutal aumento de accidentes de tránsito, el gobierno ha inventado lo del “amigo elegido” para que los que beben licor en las fiestas u otros lugares sean reemplazados y no manejen sus vehículos con los grados de alcohol no permitidos.
No recuerdo a qué escritor descalificó el señor Vargas Llosa por haberlo visto completamente borracho, claro, después, al enterarse que esa no era su costumbre, lo reconsideró como tal.
El hábito no hace al monje, reza un dicho. Mi padre, Q.P.D, fue un bebedor consuetudinario y ese hábito si que hizo al monje. El párroco Antero Mundaca, también fallecido, doblaba el codo sonriente y sin preocupaciones. En Sucre el representante de la iglesia no se hace “ochos” cuando de levantar la copa se trata; de igual modo el alcalde Rómulo Machuca organiza comelonas y jaranas donde se bebe como cosacos, hasta las últimas consecuencias.
En nuestro país y el mundo han existido y existen muchos casos de personas y personajes que gustan de tomar licor y que sería muy largo enumerar.
¿A qué viene todo esto?, se preguntará usted amigo lector, si al fin y al cabo uno sabe cómo se divierte.
Es verdad, hay mucho de razón en ello; pero nuestra preocupación no es exactamente la de las novias ni la de los gobiernos; lo que nos interesa es que si los bebedores son autoridades, ¿beben con su plata o con la del pueblo?
Si beben, como dicen en la calle, “con la suya”, pues es cuestión de cada uno; pero si utilizan el dinero de las arcas municipales como el reciente festejo carnavalesco del municipio sucrense, por ejemplo, pues allí si les tenemos que decir: un momentito, ¡carajo! Si gustas de tomar licor, ¡hazlo con tu plata!
7 comentarios:
Querido PALUJO, me parece genial eso de:Un momentito ìCarajo!, hasta cuando nos cae una mosca en el vaso de licor, hacemos un gesto de cogerlo con los dedos y afanandonos a chuparla le decimos: Anda chupa con tu plata ...che tu mare!!! Verdad? y porque' no a los sinverguenzas?!!!
Un fuerte abrazo a la distancia
Edwin Tinoco
Paris, Francia
Bueno, no tanto...allá los ebrios, como soy abstemio (así se dice?)
Es fácil libar así eh...
Como siempre Cabezas...bien hecho el ensayo...en su punto caramelo.
Elmer Castillo Díaz
Huauco, Cajamarca
Amigos, creo deberíamos preocuparnos más por lo que hacen nuestras autoridades estemos donde estemos; de lo contrario nuestro pueblo continuará como hasta ahora lo es, UNA ALDEA donde los vivazos hacen lo que se les da la gana ya que se asocian a estas autoridades que son los verdaderos delincuentes que sólo llegan al pueblo para robar y no les interesa su pobreza ¡hipócritas!, sean antiguos sucrenses o nuevos, dicen querer a Sucre pero es mentira, lo quieren solo para aprovecharse y nada más. En todo caso que digan algo pues o quieren llorar cuando el muerto se ha enterrado.
Un abrazo
José Luis
Cabezón...ya no hagas hígado, aún eres joven.
Es en todo el Perú, tranquilo, no desesperes.
Cuíadte
El lector Elmer con su comentario anterior da a entender su conformismo ante los pequeños y grandes agravios que sufren los pequeños pueblos y grandes ciudades, es decir toda nuestra patria. Con ese criterio: "así es pues, que se va acer", la patria se volverá un estercolero, un chiquero (con perdón de los cerdos),un pueblo sin principios de ética, moral y de lealtad social. Es la sociedad peruana la que está en peligro con los robos y otros delitos en todas las instituciones del estado. Y contra eso hay que seguir luchando. Con la denuncia, el desenmascaramiento y la posterior acción.
Hola:
Son muchos viendo la miseria de los gobernantes, y casi siempre salen bien librados de cualquier acusación. Conformismo sería quedarme echado esperando ver resultados que nunca van a llegar, si hay que trabajar es con la juventud, para que ellos hagan la parte de la historia de los pueblos, o sea su cambio.
Qué hacemos renegando y vociferando a los cuatro vientos si los que nos leen son pocos, acaso creemos que todos leen, comencemos por ahí y gustoso mi "conformismo" desaparecerá.
Hay que denunciar, estoy de acuerdo en eso, sigamos haciéndolo.
Sólo le pedía a Luis que no haga hígado, porque eso es lo que va a escribir, con el hígado. Tenemos que escribir con la cabeza fría para que sientan los corruptos qué es lo que sentimos de verdad; razón, coherencia y odio a los que se llevan la riqueza de nuestros pueblos.
Con las disculpas del caso señor Anonimo.
Elmer
Al amigo Elmer le contestaré con las palabras de nuestro Gran Amauta, José Carlos Mariátegui, cuyas ideas lucen cada día más frescas y vigentes en favor de las mayorías:
"¿A qué crítica le llamaríamos crítica visceral?
¿Será acaso aquella crítica dirigida a sepultar artistas sólo por el hecho de dejarlos tirados en el camino?
¿O será crítica visceral aquella hipócrita y refinada crítica que tan sólo se ocupa de lo fácilmente observable, de lo rápidamente comprensible, de lo que no inquiete ni problametice el quehacer de la clase dominante, de las reformas sociales de la sabia administración oficial?
¿O aquella crítica cirujana que con pinzas, gasas y vendajes trate con su cinismo cómplice de ocultar en el artista ese fácil modo de escribir de espaldas a la vida, de espaldas a la problemática social;preocupado siempre en su éxito como mercancía, para el gusto de la clase dominante, apelando a los buenos sentimientos de los explotadores y ocultando así los conflictos sociales y adormeciendo las conciencias del pueblo?"
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