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1917
Vallejo, que se ha aventurado a mandar un poema a la revista limeña "Variedades", recibe la siguiente contestación, de la que producimos unos párrafos:
"... Nos remite usted un poema titulado El poeta a su amada, que en verdad le acredita a usted para el acordeón o la ocarina más no para la poesía:
Amada: en esta noche tú te has sacrificado
sobre los dos maderos curvados de mis besos
Amada: y tú me has dicho que Jesús ha llorado
y que hay un viernes santo más dulce que mis besos.
¿A qué diablos llama usted los maderos curvados de sus besos? ¿Cómo hay que entender eso de la crucifixión?... Hasta el momento de largar a la canasta su mamarracho, no tenemos de usted otra idea sino la de deshonra de la colectividad trujillana, y de que si descubriera su nombre, el vecindario le echara lazo y lo amarraría en calidad de durmiente en la línea del ferrocarril..."
La nota no ésta, no firmada, traía una ilustración de las más realistas. Por su parte, "La Industria" había publicado el más hilarante artículo, titulado; "La Justicia de Jehova":
"Ese hombre (Vallejo), señor, entona himnos a la verde alfalfa, tal vez el instinto arranque de regresivo apetito familiar... asegura con la mayor frescura que "las carretas van arrastrando una emoción de ayuno encadenado".
Quiere también ser panadero y llevar en su corazón un horno... Quiere vivir tocando todas las puertas, y dice que sus huesos son ajenos y que él es un ladrón..."
Firmado: J.V.P. (Julio Víctor Pacheco)
Amabilidades que Vallejo, divertido, acoge como elogios.
Paginas 9, 10 y 11 del libro.
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"Acabo de leer "Allá ellos, allá ellos, allá ellos", libro escrito por Georgette. Páginas construidas con asombro, con furor, con garra, con rabia y con amor profundo. Un verdadero diario de batalla ( de las auténticas) anotado por un combatiente que dispara desde la primera línea de fuego. Demoledor y refrescante. Sincero hasta el colmo de decir la verdad".
"Más que una semblanza de Vallejo es una confesión arrebatada de quien lo conoció más que ninguno. Habrá alguien que conozca a un hombre más que su mujer? Habrá alguien que sepa más del fuego que aquel que está entre las llamas?
En "Allá ellos..." la autora arremete con demoledora furia contra los "amigos íntimos" de Vallejo que se cuentan a través de sermones y libros, como descifradores de la vida, la obra y el alma del poeta. Y, Vallejo, desempolvado de la arenisca "intelectual" de sus "conocedores póstumos", aparece en la plenitud de su inmensidad que, felizmente, retorna aún lleno de enigmas. Es decir, Vallejo resulta ser no un lenguaje muerto, fácil de interpretar, sino como una vibración, como un mundo donde repican la luz y la penumbra del misterio. Abarcarlo resulta tan difícil como tratar de empuñar un poco de mercurio.
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Jorge Diaz Herrera, El Observador del 28 de noviembre de 1982.
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Vallejo- Neruda: O. Paz
En "Solo a dos voces" (Editorial Lume, 1973), al gran poeta mexicano Octavio Paz, dice a Julian Ríos sobre su primer encuentro con Neruda y Vallejo:
O. P.- "La figura de Neruda era... (Mítica). Un mito nacido del océano, un fascinante pez de las profundidades. Esa misma noche encontré al otro polo de Neruda: Vallejo. Frente a Neruda sentí como si estuviera frente a una enorme montaña o frente a un animal antediluviano. Era la idea, la sensación de la "extrañeza". Frente a Vallejo la sensación fue de gran ternura. La pasión de Neruda estaba teñida de admiración. En la pasión por Vallejo -claro, también había admiración- predominaba una suerte de fraternidad. Se le veía el esqueleto. Hay una humanidad en Vallejo que no existe en Neruda. En Neruda, lo que a mí me interesa es el lado cósmico, lo más allá de lo humano. El Neruda humano es bastante poco interesante (excepto el Neruda erótico. Pero su erotismo es, otra vez, contacto con otros mundos). En cambio, en Vallejo lo que cuenta es el hombre-victima, el sacrificado, el cholo, el indio, el mestizo, el vagabundo de la ciudad. Vallejo y Neruda: dos mundos, dos mitos, dos verdades. Mi amistad con Vallejo fue breve. Murió al año siguiente, y, además, lo vi sólo unas cuantas semanas. Pero durante esas semanas hablamos muchísimo.
Diario Expreso, "El ojo ajeno" - Lima, 21.01.74.
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