CANCIÓN DE UNA MUJER DE LA CALLE
No olvido nunca los ojos secos de mi hermana
Cuando se fue de la casa.
Aunque había panes en el plato
Siempre los tragué con amargura.
Mi madre andaba distraída escamoteando
Al marido, pero el tirano era él que sacudía
Mi cabello a plena luz del día.
Pero sobre todo ya no quería malas caras
Por lo que gastaba mi flaca humanidad.
Me llevó una amiga. El hombre de la casona oscura
Preguntó mi nombre pero me dio otro que debía usar
En adelante, que a mí nada me gustaba.
El cuarto tenía un catre y un colchón viejo,
Todo el piso húmedo olía a lejía,
Un estrecho baño trajinado lo completaba todo.
¡Tienes que traer tus implementos!
Me espetó la voz de mujer.
Qué cosa extraña la multitud de hombres.
Primero yo me pasaba sin abrir la puerta
Hasta que la Mami dando alaridos me dijo
Que si no quería trabajar me largara ya,
que hay tantas en la espera.
Así empezó mi oficio a los diecisiete
(Ya cargaba un crío a cuestas)
Mis lágrimas las gasté todas en la infancia.
Ahora mis ojos se parecen
A los de mi hermana que partió un día.
Sólo a veces pestañeo un poco
Cuando veo en el diario la imagen bonita
Del Presidente con su mujer e hijos.
(Arturo Bolívar Barreto, Ene, 2014)
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