Por Jorge Antonio Chávez Silva
Cuando nuestro corresponsal Constante Vigil mencionaba a don Porfirio Diaz Carranza como un celendino preocupado por el destino de su pueblo y lamentaba que sus descendientes no sigan su impronta, enajenando su casa a los incultos de Edyficar, que, sin respeto por la identidad de la ciudad, la destruyeron, lo decía con perfecto conocimiento de causa. Valga la oportunidad para reconocer la valía de este ilustre personaje que fue varias veces alcalde.
Hemos seguido sus pasos y lo encontramos presente en oportunidades grandiosas para Celendin como en la inauguración del Colegio Particular "Celendin", después "Javier Prado" y actualmente "Coronel Cortegana", como integrante del Consejo en muchas oportunidades y como miembro directivo del "Centro Celendin", una entidad progresista que velaba por los intereses de Celendin durante los años cincuenta y sesenta. Padre ejemplar, tuvo numerosa prole y logró con su esfuerzo que todos sus hijos fueran profesionales.
En esta hermosa fotografía cedida gentilmente por el Dr. Manuel Silva Rabanal, observamos la inauguración de la Fábrica de Aguas Gaseosas "La Flor", de su propiedad, en 1930, en ella aparecen muchos personajes y autoridades acompañando a don Porfirio como pionero de la industria en Celendin.
La fábrica, que funcionó en la casa de los jirones Dos de Mayo y Sucre en Colpacucho, produjo la exquisita bebida que se difundió en el ámbito de la provincia y fue uno de los negocios de don Porfirio que además era comerciante y agricultor.
En ambas fotografías aparece un personaje que llegó a Celendin enviado por la empresa que vendió las máquinas al señor Carranza. Se trata del súbdito del Imperio Celeste Guillermo Luk, que vino junto con los balones y las embotelladoras como experto para enseñar el manejo. Hablaba un lenguaje incomprensible para los celendinos y fumaba como lo que realmente era... un chino. Decididamente, el amor lo puede todo, el chinito se enamoró de una celendina y se casó con la señora Felicita Diaz, que no sabemos como lo entendía, fueron a vivir a una casita de la calle San Martín en el barrio de Colpacucho y tuvieron un hijo: don Mauro Luk Diaz, conocido por sus etarios como "El chino Mauro", próspero comerciante en Lima y aficionado a los gallos, propietario del galpón Chillón en Comas, que ha producido gallos campeones internacionales. Esta pequeña historia explica en parte el por que hay algunos jaladitos paseando por las calles de Celendin.
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