Por: Tito Zegarra
Marín
Los
celendinos, desde hace mucho tiempo soñamos con esa gran obra, no sólo por ser hijos de estas tierras, sino por
la firme convicción y certeza que
tenemos de su alta importancia en el proceso integracionista e impulso al desarrollo de nuestras regiones. Lastimosamente
la burocracia cajamarquina de todos los gobiernos, no lo quiso entender así y
apostó por la “carretera longitudinal”, sin tener en cuenta que, siendo
importante, beneficia más y directamente
a la metrópoli chiclayana. En su memoria, exceptúo a dos ilustres cajamarquinos,
los ingenieros Pablo Sánchez Zevallos y Emilio
Cacho Gayoso.
En varias oportunidades, he enfatizado su valor e
importancia. Entre otras cosas: a) permite
reingresar en forma efectiva a la región
Amazonas con la que siempre hemos tenido buenas relaciones
socioeconómicas, aunque restringidas en las últimas décadas por dificultades en
las vías de acceso, b) facilita conectarnos e integrarnos a la selva, en
especial a un sector de Amazonas, San Martín y Loreto, y coparticipar de sus
ventajas económicas, biodiversas, turísticas y otras, c) permite llegar a
nuevos mercados, tan necesarios para una producción agrícola y ganadero-lechera,
a la que es cada vez más difícil competir con los productores de la costa, d)
reimpulsa el Circuito Turístico Nororiental - CTN-, en momentos del auge del
turismo y cuando nuestras condiciones en ese rubro, son promisorias.
Todo
parece indicar que el
asfaltado de Cajamarca a Celendín
debe estar listo en dos o tres años. Felizmente, la misma empresa (Cosapi) que construyó el primer
tramo hasta La Encañada, que para todas
es una buena y ejemplar obra, está ejecutando el tercero que llega a Celendín.
Y se espera que, solucionada la
situación conflictiva del segundo tramo, se retome su ejecución y complete el
asfaltado entre las dos ciudades. Sin
embargo, con relación al asfaltado de la segunda etapa que comprende Celendín-Balsas-Chachapoyas,
hay algunos bemoles y algunas preguntas que hacer.
Algo
no tan alentador se comentaba sobre ese trayecto hace algunos meses. Hoy, al
haberse iniciado los trabajos por varios
frentes, esas dudas y observaciones saltan a la vista. En efecto, el asfaltado entre Celendín-Chachapoyas, se está realizando bajo una modalidad que poco o casi nada contribuye a convertirla en una vía accesible, segura y consolidada. Veamos
lo que contempla: a) ejecución del asfalto tipo bicapa (alrededor de un
centímetro cada capa), b) solidez y resistencia limitada, c) utilidad solo para unidades menores, d) ninguna
posibilidad de ensanche y e) duración de 5 años como máximo, después quedamos
en lo mismo. (Son cerca de 225 Km y no 376).
Inexplicablemente,
no se consideró que la carretera en
mención tiene que constituirse en ramal
estratégico de la carretera interoceánica
del norte que, partiendo del puerto de Bayóvar, pasa por Chiclayo, Chachapoyas,
Moyobamba, Tarapoto y Yurimaguas, y, por vía acuática,
llega a Iquitos y Brasil. A ella, precisamente
se une la nuestra en el sitio de Káclic (cruce a Chachapoyas). Tampoco
se tuvo en cuenta que, en los últimos años, viene recibiendo fluida y creciente movilidad social y vehicular, debido al
reimpulso del comercio y el ascenso del turismo, dando lugar al tránsito
unidades menores, medianas y hasta pesadas, caso las que trasladan caolín desde Balsas. Po último, no se debió
obviar lo accidentado del terreno y lo angosta
que es en el intervalo Balsas-Leymebamba, causa principal de algunos
accidentes con pérdidas humanas.
Frente
a ello, era razonable y prioritario que, previo al inicio del asfalto, debía
hacerse el ensanche general y algunas rectificaciones en curvas y sitios críticos.
En todo caso, aunque construyéndola por tramos, hacer las dos cosas a la vez. Difícil
comprender por qué se precipitó esa
modalidad, salteándose lo señalado que es de conocimiento público. Al parecer,
de nuevo la burocracia, en este caso limeña,
sin conocer nada o casi de nuestra realidad, está privándonos de contar
con algo definitivamente mejor.
Estas
líneas no pretenden desalentar a nadie, yo siento alegría por su construcción;
sin embargo, por el cariño a estos pueblos, dejo estas breves notas, críticas y reflexivas. Un asfaltado en tales condiciones muy poco contribuirá a ese gran proyecto integracionista con Amazonas y a conectarse con
la carretera interoceánica del norte. Aún así, en buena hora que se haga.
Nota: Está corriendo el rumor que una
tal empresa bautizada como “Consorcio La Encañada” habría ganado la licitación
para la construcción del segundo tramo. De ser así, temo volvamos a soportar
otra grotesca estafa similar a la que nos hizo la UNI en colusión con el
gobierno regional del Sr. Pita. En tal sentido, urge saber quiénes son esos “empresarios
encañadinos” y cuáles son sus antecedentes, experiencia y capacidad logística.
Pero más que ello, se debe exigir al gobierno central no permita otra burla.
A propósito, también es bueno
preguntarse sobre esos consorcios “Pallán” y Jorge Chávez”, que con varios
millones de soles tienen a su cargo el mejoramiento de vía Celendín- Bambamarca
y la construcción de la variante Jorge Chávez- El Limón. Sobre lo cual, solo
hemos visto contadas máquinas vetustas que paran malográndose y casi nada de avance efectivo. Y nuestras autoridades, bien gracias.
3 comentarios:
Que intersante sus comentarios como CELENDINOS debemos buscar que se construyan al fin obras de impacto.
Si no es ahora nunca
Converse con un poblador de Sorochuco que esta en Lima y me dijo que la carretera Cajamarca - Celendin ya la terminaron y que el tiempo de viaje es de 1h y media. Que hay de cierto en esto?
muy buen aporte para todos los Celendinos , sin embargo tengo
que hacer una critica o mas bien un aporte en el aspecto c) dice permite llegar a nuevos mercados , creo que ahi no es que en realidad lleguemos a nuevos mercados , creo que especificando ,mas que eso eso es reducir costos de transporte porque con las vías de comunicación actuales dificulta mucho el comercio ..TITO ZEGARRA GRACIAS POR SUS ENSEÑANZAS EN EL TIEMPO QUE FUI SU ALUMNO
Publicar un comentario