El artículo que publicamos a
continuación lo copiamos de la revista Bajo
la lupa, la misma que adquirimos el día de ayer en horas de la noche, cuando
participábamos de la vigilia en apoyo a “ Los Guardianes de Nuestras Lagunas”. La lucha que han
emprendido nuestros hermanos campesinos
enaltece al pueblo shilico, porque es una lucha justa y pacífica. Si Mahatma Gandhi viviera apoyaría la causa
Cajamarquina y gritarìa con nosotros ¡Conga No Va!; es más, estamos seguros, que está sonriendo al ver a nuestros
líderes y hombres del campo unidos siguiendo su ejemplo (NdlR)
Pedro Arrojo. Profesor Emérito del Dpto. de Análisis Económico de la Universidad de
Zaragoza (España)
“Destruir
lagunas en cabeceras fluviales sería impensable en Estados Unidos o Europa”
.
El
economista español Pedro Arrojo es tajante al referirse al peritaje
internacional sobre el EIA de Conga. Señala que el presidente Ollanta Humala y
su Gobierno siguen sin atreverse a cambiar el rumbo de un proceso que se acerca
al borde de un precipicio. Lejos de desarrollar un espacio de reflexión
crítica, el peritaje se gha limitado a reseñar con letra pequeña algunas de las
inaceptables deficiencias del proyecto Conga, para finalmente bendecirlo,
sugiriendo algunos cambios que no afectan a la esencia del mismo.
La
decisión del gobierno de Humala de dar luz verde al proyecto Conga se da en un
contexto en el que la economía del país parece secuestrada por una suerte de fe
ciega a las inversiones mineras cuando, en verdad, este sector representa solo
el 3% de la fuerza laboral del Perú. “Se persevera en la errónea visión del
Perú como un “país minero”, ignorando una realidad tan diversa como rica en
opciones de futuro”, sostiene Arrojo.
Arrojo
dice que el crecimiento del PBI no considera los impactos y pasivos ambientales
que se dejan, ni refleja el nivel de la calidad de vida de la sociedad. A pesar
del crecimiento de nuestra economía, el Perú no ha dejado de ser un país en el
que la desigualdad impera y tiene a un 30% de la población por debajo del
umbral de pobreza.
El
informe de Arrojo pone el dedo en la llaga al señalar que las grandes
transnacionales mineras han recibido un trato excepcionalmente ventajoso de
parte del Estado. Estima que en tan solo cuatro años (del 2004 al 2008) las
empresas tuvieron más de 20.000 millones de dólares de sobreganacias.
“La
posición dominante y abusiva por parte de las grandes compañ{ias
transnacionales es evidente y derivada de las políticas neoliberales y de la
corrupción imperante en gobiernos anteriores”, dice.
Ante
la historia de sumisiones del estado frente a las mineras, el especialista
español plantea que “el gran reto es transitar desde el modelo extractivista
actual, tan rentable, como efímero, a una nueva economía post extractivista”.
Esto
con un plan a largo plazo. Como una moratoria a nuevas concesiones mineras,
especialmente en cabecera de cuenca como sucede en El Salvador, Costa Rica y
Filipinas.
Y es
que todo el mundo reconoce que la minera contamina. La alta toxicidad de los
residuos mineros hace que la naturaleza no pueda biodegradarlos y que la única
forma de eliminarlos sea a través de las tecnologías de ósmosis inversa, se
trata de tecnologías costosas similares a las usadas para desalar aguas del
mar. Costo que al terminar el periodo de la explotación minera, corre por
cuenta del Estado. Además, “en la medida en que los vertidos tóxicos afectan
ríos y acuíferos acabamos gastando dinero buscando fuentes más lejanas y
costosas o depurando lo que otros contaminaron”, dice Arrojo.
Si
permitimos que las aguas de los ríos se contaminen con tóxicos no
biodegradables en las cabeceras de fluviales, estaremos condenando a nuestros
hijos y nietos a un agotamiento irreversible de las reservas hídricas y a un
alto pago por la desalación de las aguas marinas, a largo plazo. Barcelona,
España, por ejemplo, se ve en la necesidad de aplicar ósmosis inversa a las
aguas del río Besos (contaminado por viejos vertidos industriales) antes de
usarla en la red urbana, así como a pagar desaladoras de agua marina, sostiene
Arrojo.
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Pantalla Gigante en la Plaza San Martín |
“Si
se opta por destruir la naturaleza, en el caso del proyecto Conga acuíferos,
lagunas y humedales en cabeceras fluviales, debemos tener bien presente que la
interconexión de suelos, bosques, lagunas, humedales y ríos, permite al ciclo
hidrológico natural proveer enormes caudales de aguas puras y saludables,
renovados cada día, gracias a un sistema sumamente complejo y eficiente que
funciona con “tecnología” solar gratuita. Si destruimos este ciclo natural ponemos
en riesgo a toda la biodiversidad y la energía que finalmente posibilitan la
vida de las comunidades humanas”, finaliza.
Fuente: Revista Bajo La Lupa N° 19
Fotografías: Jorge Saenz
Fotografías: Jorge Saenz
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