Opinión libre: Witotadas (26 / 9 / 11)

Por: Elmer Castillo Díaz

En la cadena occidental, al norte, de los mágicos Andes peruanos, a una altura de 2,750 metros sobre el nivel del mar se encuentra la ciudad de Cajamarca. Ésta, tiene 13 provincias y 126 distritos. En la provincia de Celendín, en su mejor distrito vivimos, o sea, en Sucre, antes Huauco. Pese a que en los centros educativos, en todos sus niveles, se anuncia con poemas, cantos y alegorías la llegada de la Primavera, la realidad climática es diferente. Lluvias, cielo oscuro, triste y las panzas de burro (nubes negras), es la amenaza diaria y hay que tomar las providencias correspondientes: buen abrigo y un paraguas, sino, llegas a casa hecho un desastre de mojado. No hay nada, para los que nos gusta mojarnos bajo la lluvia, para estos chapuzones como un buen cedrón y a la cama.

Celendín festeja su 149 aniversario de creación política y las actividades no se empañaron por el clima, al contrario, sirvió para que el calor humano: anécdotas, cuentos, poemas, ocurrencias, etc., abrigara a sus visitantes. El Gobierno Regional de Cajamarca junto con la Municipalidad Provincial de Celendín se propusieron hacer el II Encuentro Cultural de Integración Regional, los días 22, 23 y 24 del presente mes y las aguas recibieron a los invitados. Celendín, Bambamarca, Cajabamba, Chota, Cutervo, Jaen, Hualgayoc, Cajamarca y España; poetas, narradores, pintores, historiadores, compiladores…toda una gama de artistas (jóvenes, adultos y ancianos como muchos de nosotros), con su bohemia a cuestas, visitaron la hermosa campiña shilica. Y en donde el burgomaestre de la provincia brilló por su ausencia, tiene razón, la cultura no es de todos, ¡Válgame Dios! Este Encuentro se engalanó aún más con la presentación del Poemario de don Manuel Sánchez Aliaga, el Mime (gran amigo del conocido Alfredo Bryce Echenique), “Resplandores en la bruma”, a quien desde el Huauco le agradezco su invitación y le envío mis más cordiales saludos; solidarizándome contra el brutal asalto que sufrió en su domicilio, esperando que la policía haya dado con los rufianes que lo golpearon salvajemente.
.

Las poetizas: Socorro Barrantes, Elizabeth Oliveros, Manuela Serrano, Carmen Lezcano, y el profesor Gutemberg Aliaga junto a Elmer Castillo y su señora madre.

El viernes por la tarde fue la clausura de tan elegante y heterogéneo Encuentro, no faltaron las mesas para que leyeran sus trabajos, los entremeses, la jocosidad, los regaños y la ironía de los vates. Don Jaime Aliaga, encargado de la cultura y el deporte del municipio se portó a la altura, acompañando y disfrutando con ellos, invitando a los asistentes las delicias celendinas: panecillos, rosquillas, cafecito, buñuelos, empanadas… la foto de despedida no podía faltar, el escenario fue la plazuela principal de la provincia, teniendo como fondo la hermosa iglesia del la Virgen del Carmen. El sábado, como no podía ser de otra manera, Gutenberg Aliaga Zegarra invitó a las poetizas: Socorro Barrantes, Elizabeth Oliveros, Manuela Serrano y Carmen Lezcano, a este pequeño y encantador pueblo, llevándose una buena impresión. Tengo la seguridad que después de este singular y corto paseo por el Huauco, pueden descansar en paz. Mis saludos y agradecimientos para todos ellos, disfruté de su compañía y sus gracias después de muchos años.

 
Lo preocupante y que pone en alerta a los que de alguna manera amamos las letras, fue la ausencia de los centros superiores de estudios. Universidades, pedagógicos, institutos, colegios; donde seguramente enseñan letras, ni alumnos ni profesores se interesaron por el Encuentro. Y desde el fondo del alma uno se pregunta, ¿cómo podríamos, al menos pensar, luchar contra los abusos de las Transnacionales?, ¿estaremos nadando en la arena?, ¿nuestros gritos lastimeros serán escuchados por el silencio patético y el eco volverá a nosotros cual bumerán?

Seguramente si estas grandes compañías traen a Abencia Meza, las colas, los pisoteos y los reclamos por verla, serían extensas, esa es nuestra realidad señores. Mientras haya un arzobispo, el mandamás de la iglesia católica en nuestro país, para quien los derechos humanos “es una cojudez” y que está en desafío con las libertades académicas e ideológicas con un atrevimiento propio de un bellaco, ¿qué nos espera? Mientras haya autoridades que no se acerquen a saludar a sus invitados y sólo estén preocupados en banalidades monetarias para preguntar “¿cuál es la mía?”, ¿podremos ser escuchados por el resto?

 
No quiero ser el reflejo de nadie, quiero ser yo, si estoy mal o bien, mis errores los pagaré corrigiéndolos y mis aciertos serán bienvenidos. No puedo permitir que haya alguien que me dé derroteros según sus pensamientos, con mi libertad de opinar y sobre todo, de pensar, acá estaré gritando en las letras, ¡Libertad!