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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Opinión libre: Ollanta al "Ritmo del Chino".


 Por Enrique Chávez A.

La misma canción, el mismo baile.
Si Keiko Fujimori hubiera ganado la segunda vuelta electoral, estoy seguro de que Ollanta Humala y el Partido Nacionalista Peruano hubieran respaldado el tajante “Conga no va” del pueblo cajamarquino. ¿Por qué? Muy simple: si Ollanta no fuera presidente, no hubiera sufrido esa metamorfosis que sufren los políticos al llegar al poder. Y es que, a estas alturas, no cabe duda de que la derecha gobierna nuestro país a pesar de que hace tiempo no saborea una victoria electoral.


Veamos: en las elecciones del noventa, ¿era acaso
Fujimori  el representante de la derecha? No. La derecha era representada por Vargas Llosa y perdió; pero, no obstante,  gobernó una década, con toda la retahíla de infamias harto conocidas. ¿Y Toledo? ¿No era acaso  el “cholo” que supo salir adelante, pasando de lustrabotas a graduado en Harvard, pero de ningún modo candidato de la derecha?  Y qué decir de García, que le arrebató el pase a segunda vuelta a Lourdes Flores, llamándola “candidata de los ricos”, y le ganó a Ollanta oponiendo el Cambio Responsable a La Gran Transformación. En fin,  la derecha no gana elecciones, pero gobierna. Gobierna porque cuenta con el poder fáctico que le otorga el dinero, y porque la izquierda peruana es huérfana en lo que a unidad se refiere y  aquello de “ni calco ni copia”, en muchos casos, no es más que una frase para el discurso, que en la práctica se traduce como abrir el paraguas hoy, porque llovía en los tiempos  de la URSS.

Pero yendo al caso específico del Presidente Ollanta, es obvio que durante la campaña electoral tuvo como principal enemiga a la derecha. Basta recordar – aunque sea ingrato – a Jaime Bayly, asalariado justamente de las empresas mineras que veían en un eventual triunfo de GANA Perú una fuerte amenaza. Casi toda la prensa cerró filas con Fuerza 2011, porque claro, la prensa peruana – con honrosas excepciones – es fiel  servidora de la “verdad” que dicta el capital. ¿Podía alguien imaginar a Aldo Mariátegui respaldando a Ollanta? Ni en el más remoto escenario. Pero ahí tenemos las sorpresas de la política peruana, superando cualquier límite que impongan la realidad y la imaginación. Y ahora vemos que el gobierno de Ollanta resultó ser el gobierno de la que podríamos llamar la transformación trascendental, es decir, la “transformación de la transformación”. Porque si algo ha mudado conceptualmente, es el paradigma de gobierno que ofreció GANA Perú.

Pero ojo: de lo manifestado no debe – en ningún modo – inferirse  que se esperaba que Ollanta tuviera un gobierno estatista y agnóstico en cuanto a la necesidad de la inversión privada. No. Pero es claro que tampoco se esperaba que se tomara el rumbo que Humala ha decidido seguir. Las preguntas, entonces,  caen por su propio peso: ¿en qué momento Ollanta abandonó la idea de que eran necesarios ajustes estructurales en el sistema, y la reemplazó por la banalidad y el engaño de los programas sociales? ¿Qué hizo que se dejara de creer en la necesidad de crear un impuesto a las sobreganancias mineras? ¿Cómo es que de pronto se olvidó que debe priorizarse el fortalecimiento del mercado interno? ¿En qué momento el nacionalismo se jodió? ¿Cómo es que “la gran transformación” se transformó?

No intentaré dar respuesta a estas interrogantes. Creo que no es difícil que cada uno se las conteste. Lo que quisiera evidenciar, es que no todos ven con malos ojos este viraje en Ollanta. Para algunos – los Romero, por ejemplo –, es lo mejor que ha podido hacer el Presidente. “Porque una cosa es con guitarra y otra con cajón”; porque la inercia social sólo le perjudica a quienes en la vecindad de la vida, tienen por morada un barril; en fin, porque es mejor joder al pobre, al campesino, al provinciano, que no tiene medios de comunicación, ni cuenta con el patrocinio de la CONFIEP ni el aval del FMI o el Banco Mundial; y que si decidiese protestar, para eso el Doctor García criminalizó la protesta social, para eso está la represión, la mano dura, el ejército.

Y que se perdone mi pesimismo, pero lo ocurrido en torno al Proyecto Conga, nos deja clarísimo cuál es el sendero que seguirá el gobierno. Es evidente que el gravamen a las mineras se negoció teniendo como contrapartida el aseguramiento de la explotación de Conga. Es decir, nada de cambios en la política de explotación de recursos naturales, aunque sí obtención de fondos para sostener los programas sociales ofrecidos en campaña. Pero, ¡habrá contaminación! No fue lo que ofrecimos en campaña. Se trata de cambiar el modelo de minería en el país. ¡Pamplinas! La Gran Transformación era puro fufurufu.  Me temo que Ollanta bailará “El Ritmo del Chino”, como dice un amigo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena amigo lo único que nos queda aquí en Cajamarca a los cajachos es protestar por esta vía, porque tenemos el fusil apuntándonos en el pecho. Podrán matar todas las cosas materiales con su dinero pero no podrán jamas que pensemos y que este sentimiento del pueblo (Conga no va) sea cada vez más grande.

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