¿Debe
el desarrollo minero supeditarse al temor, a veces desmedido, de unos pocos?
Por:
Guillermo Vidalón Del Pino
El
tema ambiental tiene una dimensión trascendental en la opinión pública. Por ese
motivo, en la actualidad todas las actividades económicas deben contar con una
evaluación ambiental de los potenciales impactos directos e indirectos, los
positivos y los eventuales riesgos que deberá asumirse por el desarrollo de
algún proyecto.
Al
respecto, hay quienes consideran que el desarrollo de las actividades
productivas debe supeditarse en absoluto en condiciones ambientales y sociales,
lo cual en términos discursivos suena atractivo y hasta cautivante. No
obstante, debemos tener presente que toda actividad humana impacta el
paisaje y busca, como el principio,
aprovechar los innumerables recursos que nos ofrece la naturaleza.
Sin
embargo, hay quienes magnifican el riesgo ambiental, generando temor y hasta
rechazo a ciertas actividades económicas particularmente a la minería y, más
recientemente a otras actividades, como pudiese ser la generación de
energía eléctrica.
Otros,
los que privilegian las condiciones sociales para el desarrollo de alguna
actividad, señalan que cada población tiene el derecho de decidir y ejecutar su
propia visión de desarrollo. Esto podría parecer muy democrático no lo es.
En
el caso peruano, al interior del país, subsisten diversos grupos poblacionales
con culturas y lenguas distintas, pero todos forman parte del Estado y, así
como demandan la provisión de servicio y el desarrollo de infraestructura,
también están obligados a participar en el engrandecimiento del país en su
conjunto.
Cabe
preguntarse si sería razonable que un segmento de la población, minoritario
respecto del conjunto, debe tener la potestad de limitar el desarrollo de algún
proyecto minero, como pudiese ser el de generación de energía, cuando esta
resulta indispensable para iluminar todos los poblados rurales, por más
distantes que se ubiquen de los centros urbanos. Además, la energía resulta
necesaria para proseguir con el proceso de industrialización y de generación de
empleo productivo.
Tengamos
presente que, tanto la generación de energía como el desarrollo de proyectos
mineros, están determinados por las condiciones geográficas del territorio.
La
construcción de una planta de generación hidroeléctrica demanda edificar, entre
otras obras civiles, una represa que aprovecha alguna hondonada y un terreno
propicio rodeado de cerros, los cuales permiten acumular agua, la cual puede
ser empleada en la generación como en proyectos de irrigación de terrenos
eriazos.
De
esta manera, un proyecto principal genera complementariedades y encadenamientos
productivos, proporcionando el desarrollo y el bienestar del conjunto tanto por
el pago de impuestos como por la
generación de puestos de trabajo directo e indirecto.
En
el caso de los proyectos mineros, demás está decir que la potencialidad del
territorio determinara el aprovechamiento
o no de un yacimiento. Si los minerales que posee tienen suficiente
grado de concentración como para justificar su explotación, entonces se
construirá una mina. De lo contrario, la información que se disponga de aquel
deposito de mineral “dormirá el sueño de los justos” hasta que el desarrollo
tecnológico o lo haga viable.
Para
concluir, la arista ambiental relevante tiene que ser el costo para el país, lo
que normativamente se ha denominado “Estudio de Impacto Ambiental”. La
opinión de la población es importante para que la autoridad nacional asuma una determinación, pero no es
ni debe ser definitoria. Administrar un país distanciándose del ejercicio de la
normatividad vigente es socavar la gobernabilidad presente y futura para dar
paso a “medidas coyunturales” que no permiten avizorar el horizonte claro y
definido para la ejecución de inversiones de gran magnitud.
El
país requiere un Estado inclusivo, convocante, que escuche, pero que tome
decisiones cuando corresponda. Si un grupo opina que algún proyecto viable no
les resulta relevante para su desarrollo y, por uno u otro motivo el Estado
decidiese que no se ejecute, lo lógico
sería que el Estado no destine fondos generados por otros ciudadanos para
subsidiar aquellos que decidieron mantenerse al margen del conjunto, al menos
por algún periodo.
El
desacato de las normas debe tener una consecuencia para no seguir soslayando la
gobernabilidad.
Fuente: Separata publicitaria Especial de la revista Caretas titulada Minería, Crisol de Oportunidades. (La fotografías son pobladores de Choropampa, nternet)
Nota de la redacción: ¿Es importante para el país Cajamarca? ¿Es importante para el país la agricultura? ¿Es importante para el Perú Celendín?
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