Salomón y
Azrael
Por Yalal
Al-Din Rumi (1)
Un hombre vino muy temprano a
presentarse en el palacio del profeta salomón, con el rostro pálido y los
labios descoloridos.
Salomón le preguntó:
—¿Por qué estás en ese estado?
Y el hombre le respondió:
—Azrael, el ángel de la muerte, me
ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ¡Manda al viento, por
favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo a mi cuerpo y
mi alma!
Salomón mandó, pues, al viento que
hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente, el profeta preguntó a
Azrael:
—¿Por qué has echado una mirada tan
inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha
abandonado su patria.
Azrael respondió:
—Ha interpretado mal mi mirada. No
lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que
fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese
alas, trasladarse a la India?
El gesto de la Muerte
Por Jean Cocteau (2)
Un joven
jardinero persa dice a su príncipe:
—¡Sálvame!
Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por
milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso
príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte
y le pregunta:
—Esta mañana
¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
—No fue un
gesto de amenaza —le responde— sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de
Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.
La Muerte en Samarra
Por García
Márquez (3)
El criado llega aterrorizado a casa
de su amo.
—Señor —dice— he visto a la Muerte
en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.
El amo le da un caballo y dinero, y
le dice:
—Huye a Samarra.
El criado huye. Esa tarde, temprano,
el señor se encuentra la Muerte en el mercado.
—Esta mañana le hiciste a mi criado
una señal de amenaza —dice.
—No era de amenaza —responde la
Muerte— sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta
misma tarde tengo que recogerlo allá.
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(1) Yalal
al-Din Rumi.- (Balj, Jurasan, 1210-Konya, en el país de Rum,
1273) Poeta místico del islam. De estirpe real, tuvo que alejarse de Balj
debido a los celos del sultán. Se instaló en Konya, donde fue discípulo de los
principales sufíes y fundó la orden de los derviches mawlawíes
(danzantes) o torneros. Al establecer la regla de su orden, dio amplio margen
al canto, a la música y a la danza para provocar el entusiasmo místico. Además
de una colección lírica, su gran obra es el Matnawi (Dísticos), vasto
poema en persa que, con anécdotas y noticias, expone detalladamente la doctrina
del sufismo. Es considerado una de las principales figuras de la literatura
turca, donde es conocido con el nombre de Meviana Celaleddin Rumi.
(2) Jean
Cocteau.- (Maisons-Laffitte,
1889 - Milly-la-Forêt, 1963) Novelista, dramaturgo, poeta, ensayista y cineasta
francés, una de las figuras descollantes de la vanguardia en las primeras
décadas del siglo XX. Su multiforme actividad se ejercitó en la poesía y en la
novela, en el teatro y en el cine. También ensayó el dibujo y algunos de sus
libros están ilustrados por él. En su copiosa producción hallamos huellas de
todos los movimientos de vanguardia, sin que nunca se adheriese plenamente a
ninguno de ellos.
(3) Gabriel García Márquez, escritor colombiano
es uno de los
grandes novelistas del siglo XX, renovador de la literatura en español y figura
clave en el auge del llamado realismo mágico. Su importancia como narrador se
vio reconocida a nivel mundial en 1982,
año en el que le fue otorgado el Premio
Nobel de Literatura.
1 comentarios:
Buena búsqueda Palujo, esto es indagación y mucho afecto a la lectura. Un positivo hábito de contrastar textos.
Sigue en esa chamba.
Bien
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