Nació
en Celendín. Hizo sus primeros estudios en su tierra natal contemplándonos en
el “Liceo del Carmen” de Cajamarca. Pasó a la capital de la República, donde
ingresó a la Escuela Normal y a la Universidad Mayor de San Marcos, graduándose
de Normalista Urbana, Bachiller en Letras
y Derecho, Doctora en Letras, Doctora en Educación y Abogado. Para los grados
doctorales presentó las tesis tituladas “Evolución de la Poesía en el Perú,
desde la Emancipación hasta los años de la República” e “Intercambio
Educacional”, que merecieron la aprobación de los catedráticos sanmarquinos.
Para el
grado de Bachiller en Derecho se ocupó de la “Necesidad de incorporar en
nuestro Código Penal vigente el Delito de Abandono de Familia”. Presidió la
Delegación de estudiantes de la Facultad de Educación de San Marcos, en la jira
que realizaron por Chile, Argentina y Bolivia.
Su
labor educacional es vasta. Desde joven se dedicó al magisterio; dirigió en
Lima el “Liceo Vespertino para Señoritas”, primer plantel de esa índole creado
en esta capital por el ilustre pedagogo doctor Luis E. Galván. Actualmente
desempeña la Dirección de la Escuela de Segundo Grado Nº 390 y 67.
A la
doctora Torres le corresponde el honor de ser la primera mujer de Celendín y del
departamento de Cajamarca que obtuvo títulos doctorales en nuestra primera
Universidad de San Marcos.
Ha sido
premiada por las Municipalidades de Lima y de Celendín, con medallas y Diplomas
de Honor, respectivamente. El 6 de julio de 1956, Día del Maestro, recibió las
Palmas Magisteriales.
JUAN BASILIO CORTEGANA
Estamos en el imperativo de enaltecer las
eminentes figuras de nuestra Historia Patria, cuya valoración aún no se ha
realizado dentro del adecuado marco que merecen y entre las que se encuentra la
noble y señera del Prócer celendino, Coronel Juan Basilio Cortegana, “Fundador
de la Independencia, Restaurador de su Patria, Vencedor de Junín y Ayacucho y
Sitio del Callao”.
Su biografía, escasamente conocida y
lamentablemente estudiada con poca devoción por nuestros historiadores, escapa,
dada su importancia y grandeza, a los propósitos de este artículo, que sólo
trata de quitar un poco del polvo del olvido que a través de largos años ha
caído sobre el benemérito fundador de nuestra Patria Libre.
Durante los movimientos de la Emancipación se
hizo presente en primera línea, tomando parte en el movimiento libertador de
Trujillo, junto con Torre Tagle. Luego se incorporó al Ejército Liberador del
General don José de San Martín, con el grado de Teniente. Combate valientemente
en las gloriosas Batallas de Junín y Ayacucho, en la “División Peruana”, a las
órdenes del General La Mar, luciendo las insignias de Coronel; y también
participa en las batallas de Tarata y Zepita.
La pujanza, patriotismo y talento del Coronel
Cortegana no sólo brillaron en los momentos de la gesta emancipadora, sino que
alcanzaron –después de extinguidas las llamaradas de la epopeya de la libertad-
relieves extraordinarios en las letras peruanas. Así lo atestiguan las páginas
de su “Historia del Perú”, que en trece tomos escribió con pluma certera y
brillante. La famosa obra, que terminó de escribir en 1848, se encuentra
actualmente en la Biblioteca Nacional de Lima, después de haber sido rescatada
de manos foráneas que la conservaban en Buenos Aires.
Juan Basilio Cortegana fue, asimismo,
destacado parlamentario y primer representante que tuvo Celendín; a él le cupo
lograr para su terruño la creación de la Provincia, tras infatigables esfuerzos
respaldados por su prestigio indiscutible.
Por sus méritos excelsos, el Coronel
Cortegana es acreedor al homenaje imperecedero del bronce y del mármol. Sin
embargo, un injusto velo cubre el nombre de este forjador de la nacionalidad.
En escaso grado se ha tratado de honrar la
memoria del Prócer Cortegana. Un distrito de la provincia de Celendín lleva su
nombre desde hace algunos años y en una de las plazas de aquella ciudad norteña
se levanta un modesto busto del Coronel que luchó en Junín y Ayacucho. Sus
restos reposan en un sector del Cementerio de Lima, sin la glorificación que
ellos requieren.
El insigne celendino, que puso el brillo de
su espada y el fuego de patriotismo para darnos Patria Libre; que dejó certeros
juicios sobre la participación peruana en la lucha de la emancipación, y que en
todo momento batalló por el prestigio de Celendín, merece los más preclaros
honores. Una plaza o un jirón principal de la Capital de la República debe
mantener el recuerdo del Prócer Cortegana. Y el futuro Departamento que se cree
a orillas del Marañón, abarcando pueblos que reciban la influencia de la actual
laboriosa provincia celendina, deberá llevar, indiscutiblemente, el nombre de
Juan Basilio Cortegana.
Así demostraremos a las generaciones
venideras, que los celendinos mantenemos inextinguible el fuego sagrado en
homenaje a las figuras Epónimas de la Peruanidad.
Hermilia F. Torres.
(*) Del libro Cajamarca de Nazario Chávez Aliaga, Tomo V, páginas 261 y 262.
Octubre 1958.
0 comentarios:
Publicar un comentario