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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

lunes, 21 de octubre de 2013

Trasiegos: Comentarios

Jorge Horna

Manuel Guerra (1957), nos trae Trasiegos (Edit. Horizonte, 2013), su primera novela, una historia envolvente en los treintaiocho capítulos que conforman el libro. Cada uno es una recreación ingeniosa de los relatos que el autor guardó desde niño como un tesoro recibido de labios de sus parientes más cercanos. A su vez, en una mirada de conjunto  nos deja un sabor de totalidad, una estructura novelada íntegra.

Atribuye a cada personaje un lenguaje llano, sosegado, propio, preciso para la caracterización de cada uno de ellos, sin presunciones encaja cada giro expresivo con la naturalidad que fluye de su arraigo telúrico. En la trama narrativa, además, inserta con solvencia y concisión los hechos históricos del poblado, Celendín, donde transcurre la mayor parte de la dinámica argumentativa.


La novela Trasiegos tiene un permanente halo lírico; sin exceder la imagen poética, Manuel Guerra le otorga temple a su obra: “... el laborioso trajinar de los sueños”, “sus ojos brillando como luciérnagas perdidas en el abismo de la noche”, “la espesa humareda como una inmensa larva retorciéndose en el firmamento”. Expresiones arrancadas del universo natural en el que viven los personajes con sus esperanzas, ilusiones, alegrías y pesares, sufrimientos y dichas sorpresivas que pintan de cuerpo entero la existencia y la nostalgia de los errantes de esta tierra.

El amor, tema presente en la novela, tiene un tratamiento transparente y devela la intensidad de este misterio humano sin caer en el facilismo erótico.

Las coordenadas en que se desarrolla la prosa narrativa se inicia en Celendín, cuna de Lute el protagonista, referente que se proyecta al pasado y al presente; el río Marañón y el sofocante villorrio de Balsas atiborrado de escenarios que guardan secretos aconteceres. Lima y el Callao son también espacios para la trashumante prole de Lute, quienes se ubican para vivir o sobrevivir en los sitios más modestos acorde con su procedencia social.

Uno de los hijos de Lute que migra a la gran urbe muy joven, de pronto inicia su militancia política con entrega total; esa experiencia narrada que se desplaza por tierras de Huánuco, Ancash, la selva y otras ciudades, y su estancia adolescente en el servicio militar acaecido en Cajamarca son contados con crudeza y sinceridad necesarias.

Un logro destacable también es el manejo sintáctico, la habilidad para hurgar los diversos puntos de vista sin mellar la belleza literaria.

Trasiegos es la celebración y homenaje al nómada que busca la felicidad en una perenne aventura humana, sin olvidar los aromas y los cielos de la tierra donde nació y a la que retornará para quedarse aferrado a la soledad para siempre.


                                                                                     Lima, 19 de octubre del 2013

En la foto, durante la ceremonia de presentación de la novela Trasiegos: de izquierda a derecha, el vate Domingo de Ramos, quien hizo la presentación de los comentaristas; el novelista Oswaldo Reynoso, Manuel Guerra, autor del libro, la docente universitaria Rocío Silva Santisteban y el periodista Raúl Wiener. 

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