Para qué quiero la luz si tengo tu abrazo
Para qué el ras del relámpago si aún oigo tu canto
Porque sólo este concilio encenderá la esperanza
Sólo esta concordia expandirá la muralla.
Si más de uno habría entre ciento
Que por ningún precio selle sobre ti el beso
Mientras levanta el puñal que oculta en el brazo
Todavía sería posible vencer la hecatombe.
Pumas azules de espumas y fuego
Saltan por el camino donde avanzo
Son el regalo dulce que me envía el Mercader
Para qué quiero su miedo si aún siento tus manos
Para qué quiero su odio si aún toco tus lágrimas
Para qué quiero su oro si aún tengo mis sueños.
Nada está perdido si todavía anegan tus ojos
El fluir del río, el fruto limpio de la tierra clara,
Entonces me vestiré de olivo a la batalla,
Porque no el rezo único conquistará la armonía
Si no la construcción de la idea, atada, y la ternura,
Y el vuelo de la acción y de la espada.
(Arturo Bolívar Barreto, de Poemas Nuevos)
Fotografía: CO SIL
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