“Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la
mesa del pobre, del que tiene hambre”, ha dicho el Papa Francisco para
condenar la “cultura del desperdicio” y animar a promover una “cultura
de la solidaridad” que respete el medio ambiente, durante su catequesis
semanal en la Plaza de San Pedro.
El Papa citó varias veces el extenso magisterio de Benedicto XVI
sobre protección del medio ambiente, recordando que «la ecología humana
está estrechamente ligada a la ecología medioambiental». Francisco
advirtió que «la crisis la vemos en el medio ambiente, pero la vemos
sobre todo en el hombre. ¡La persona humana está hoy en peligro!».
Con muchísima fuerza, el Papa repitió: «¡La persona humana está
hoy en peligro! ¡Y esto es cierto! Porque hoy en día no manda el hombre
sino el dinero». Según Francisco, «Dios nos ha dado la tarea de
custodiar la creación, la Tierra. ¡No la ha dado al dinero, sino a
nosotros!».
El Papa denunció vigorosamente «la cultura del desecho, de usar y
tirar», que termina devaluando también la persona humana, de modo que
«si una noche de invierno muere de frío un mendigo aquí cerca en la
Plaza de Octaviano, o si mueren niños, no es noticia». En cambio, «si se
rompe un ordenador es una tragedia, y si la bolsa baja un diez por
ciento es una tragedia».
En esa cultura del desecho, «se termina desechando a las
personas. Se deja de respetar la vida, sobre todo si es pobre o
incapacitada, o si todavía no es útil, como el niño que va a nacer, o si
ya no sirve, como el anciano».
El Papa invitó a poner fin a la cultura del derroche y a apoyar
el objetivo de Naciones Unidas de «erradicar la destrucción de
alimentos», una enseñanza que aparece ya en el pasaje evangélico de la
multiplicación de los panes y los peces. Como al final sobra comida,
Jesús ordena que la recojan «y llenan doce cestas, un número que
simboliza las doce tribus de Israel, que simboliza a todo el pueblo».
Via: ABC.es
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