El
seudónimo Sachama que titula este escrito pertenece al profesor sucreño Máximo Chávez Sánchez, quien ha
publicado el libro Huauco.
Son
conocidas las dificultades y la carencia del soporte técnico que se presentan
para editar libros en muchos lugares del interior del país; sin embargo lo
rescatable es la decisión autoral de dar a conocer trabajos impresos.
Huauco
es un vocablo que alude al primer nombre del actual distrito celendino de Sucre.
Con Huauco (sin fecha. Lugar de impresión:
Chachapoyas. El nombre del autor sólo está en el lomo del libro), Máximo Chávez
Sánchez se desplaza por varios temas. Intenta explicar la fundación de su
tierra natal; expone las costumbres y hábitos sustentados en ancestrales
prácticas comunales y de solidaridad, la descripción del espacio telúrico y su
entorno. Visiones casi paradisíacas de
la otrora Laguna del Huauco; las celebraciones festivas populares de antaño
(algunas ya extinguidas).
Para
saborearlo hallamos también aquel léxico genuino y nativo de antaño (lloctarape, guajeo, minga, shishllas, augado, sal chacha...; y la eufonía de la
abundante toponimia y los sustantivos afectivos). Y entrelíneas, algunas
reflexiones acerca de la idiosincrasia del habitante huauqueño, su estirpe,
acciones cívicas, y su persistencia en el trabajo honesto.
En
el libro Huauco hay un
interesante pasaje que relata el desarraigo del autor por el periplo que
realiza a pie, siendo niño aún, en compañía del arriero Tobías y su ayudante,
el experimentado Diómedes , desde la cuna terrígena hasta la lejana ciudad de
Chachapoyas. Aventura cotidiana en tiempos pretéritos que canta al paisaje
apacible o agreste; y las peripecias del rudo viaje que, como experiencia
templa el espíritu.
Lo
que tenemos que decir con sinceridad, son las desavenencias en la prosa.
Descuidó Sachama una oportuna corrección de texto, en cuanto a la construcción
y propiedad expresiva.
(Jorge Horna)
Lima, 13 de marzo de 2010
Jorge Horna. Profesor
de educación primaria; promotor cultural. Ha publicado los poemarios Árbol de atisbos (2008) y Llueve a cántaros (1999), además de una
investigación lexicográfica titulada En
los labios de Celendín (2004)
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