Jorge Horna Chávez
Lima
El
Instituto Superior Pedagógico “Arístides Merino Merino” ha cumplido 50 años de
existencia; su fundación fue el año 1961. En homenaje a significativa
conmemoración está circulando la revista Visión
Aristideana No. 14- del mes de julio 2011. Es relevante que los contenidos publicados llevan la firma
de los profesores que laboran en dicha institución.
Hay
escritos y notas sobre la historia del Pedagógico, una semblanza de don Arístides
Merino M., con la valiosa sugerencia de que sus restos mortales sean exhumados
y trasladados a Celendín; compromiso que debe asumir el Instituto que lleva su
nombre. También un resumen hecho por Jorge W. Izquierdo sobre las diversas
revistas que se publicaron en el seno del Pedagógico a lo largo de su vida
institucional; y muchos temas esencialmente pedagógicos: trabajo docente en el
aula, aspectos sicopedagógicos, evaluación educativa, estudios de género,
educación rural, cultivo de la expresión oral, desarrollo de actividades
artísticas, música y danzas folclóricas (Tinkuy), un enfoque acerca de la
enseñanza de idiomas, metodologías, reflexiones.
Hay
un texto firmado por el profesor Segundo Ramos Díaz Luicho, titulado Las diez plagas, que merece ser
resaltado por la veracidad expuesta y la revelación de una hiriente realidad.
Con el propósito de resumir el extenso escrito (pgs. 14 y 15), es necesario
tomar las ideas textuales (lo entrecomillado son expresiones del profesor Díaz
Luicho).
1.-“La
plaga que está anulando el desarrollo de los procesos cognitivos (adquisición
de conocimientos) de nuestros alumnos, debido al trabajo improvisado y
rutinario” ejercido por los docentes de los diversos niveles educativos.
2.-“La
plaga que lleva a perder sistemáticamente largas horas de efectivo trabajo”
(los recreos que sobrepasan lo establecido, inasistencias y tardanzas
reiteradas e injustificadas); es decir “las horas de descanso interminables”.
Esta plaga se agudiza en las zonas rurales donde “maestros” irresponsables,
carentes de ética hacen tabla rasa de la función pública docente.
3-4.-“El
descrédito de la educación pública (estatal) y la aversión a las capacitación”,
que hace que un amplio sector del magisterio peruano sea absorbido por “la
plaga de inercia cerebral y profesional”.
5.-“Negativa
a renovar nuestros obsoletos paradigmas. Esta plaga permite que nuestros
alumnos anden (sic) muy confundidos queriendo abrirse paso en esta era digital,
pero con estrategias del siglo antepasado”.
6.-“La
plaga del robo directo de preciadas horas de aprendizaje a nuestros alumnos y
al Estado y acostumbrando a gandules (holgazanes) a llevarse el sueldo sin
merecerlo”.
7-8.-“Formación
profesional deficiente y la falsa certificación” (grados, títulos y otros
documentos adulterados, fraguados, “bambeados”). “Estas dos plagas están
llevando a nuestro país al despeñadero con falsos profesionales, que se refleja
en la mediocridad y el subdesarrollo”.
9.-“La
plaga que permite el ingreso al magisterio de personas incompetentes que acaban
con la esperanza y el derecho de los alumnos a recibir una educación de calidad
(La maldición de la evaluación”).
10.-“El
falso filtro seleccionador”: los concursos públicos para contratación o
nombramiento en el sector público deberían llamarse subastas públicas (quien más
paga tiene asegurado el puesto). “Esta plaga determina que estemos avivando y
potencializando la delincuencia en la
educación”.
Tantas
son las plagas que nuestra maltrecha educación adolece con el consentimiento,
complicidad y participación corrupta de trabajadores y “funcionarios” (la
excepción siempre estará por allí incomodando a los deshonestos) de los
organismos que administran el sector educación: escuelas, colegios, Unidades de
Gestión Educativa (UGELs), Direcciones Departamentales y Regionales, Ministerio
de Educación.
Hay
otra plaga que, supongo por agotamiento, no se ha mencionado: la plaga de
aquellos profesores de institutos pedagógicos que se han convertido en
negociantes cobrando miles de soles por “asesorar” la redacción de un simple y
repetitivo trabajo monográfico (no es Tesis), requisito exigido a los
estudiantes para optar el título de profesor. Futuros docentes que no han sido
formados desarrollar sus capacidades investigativas y el cultivo del amor a la
lectura y que recurren al facilismo. Estos “doctos docentes asesores” (las
comillas son mías) cual langostas egipcias hacen su agosto en cualquier época
del año.
Continúan
las plagas…
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