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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

martes, 8 de junio de 2010

Opinión libre: Bajo El Continuo Adormecimiento De Nuestras Conciencias


Por: Theilhar Villegas
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Desde hace algunos días cientos de miles de peruanos se congregan ante la televisión, los periódicos o la radio para contemplar al psicópata y a su víctima. Se trata de exponer el caso del asesino extranjero y su víctima peruana una y otra vez sin fin, en una grotesca combinación de patetismo, sadismo e incultura, estratégicamente amplificada por los programadores de las cadenas televisivas y radiales o bien por los diagramadores de los periódicos de mayor demanda, y que viene gozando en las últimas horas de una cada vez más asfixiante omnipresencia pública.

Sería imprudente despachar el auge de este tipo de fenómenos sociales, -y de los formatos que le sirven de plataforma- con un simple gesto de desdén, como si se tratase de una excentricidad pasajera o una patología menor sobre nuestra continuidad social. Muy al contrario, su análisis puede decirnos mucho acerca de la sociedad en que venimos viviendo y el momento histórico que atravesamos. Un economista crítico italiano Stefano Lucarelli ha escrito que el capitalismo contemporáneo se caracteriza por sustentarse en "dispositivos de dominio sólo comprensibles si se los coloca en la zona híbrida en la que la economía política se encuentra con la psicología social".

Esta epidemia de medios de información basura es uno de estos dispositivos de dominio, y posiblemente uno de los más eficientes. Cuando un alto porcentaje de la población peruana habita por debajo del umbral de la pobreza, trabaja en cientos de miles de empleos precarios y la casta corporativa asume -con la coartada del exitismo económico- uno de los más espeluznantes latrocinios de los que guardemos memoria tanto de los recursos de TODO un país como de sus víctimas directas, la clase trabajadora y la sociedad civil... Estas últimas permanecen mayoritariamente mudas e inmóviles, sin protagonizar ninguna de esas formas enérgicas y masivas de protesta que hubieran parecido oportunas y previsibles ante acontecimientos como la corrupción gobiernista, la criminal e injusta distribución de la riqueza o la absoluta irresponsabilidad en el manejo de nuestros recursos como de casi todo el organismo público en general (salud, educación, etc.).


Pero no es la protesta ciudadana sino el consumo televisivo, radial o periodístico lo que se dispara, y millones de ciudadanos permanecen hipnotizados absorbiendo con morbosa delectación todos los pormenores de uno de tantos asesinatos que de acuerdo al origen social de la posible víctima tienen una mayor repercusión "informativa"; además de consumir diariamente todo tipo de supuestos bailes -en los que la mujer es el "objeto" a mostrar-, juergas, actos de infidelidad, peleas, chismes y banalidades de toda índole, así como otras querellas y demás andanzas de llamada farándula y de los grupos sociales más expuestos a este tipo de actos en nuestra sociedad.

La mirada seducida por la pequeña pantalla es una mirada aprisionada dentro de los límites lógicos y morales del capitalismo que diseña sus contenidos. Poco a poco, el lenguaje sensacionalista, frívolo y maleducado del espectáculo televisual, auditivo y lector va empapando el conjunto de la esfera y el lenguaje público, se infiltra en las relaciones sociales y en la intimidad de los individuos. Espectáculos que no dejan de mostrar modelos de conducta y patrones de pensamiento (por lo general, ejemplos hiperbólicos de cinismo, hipocresía, desvergüenza y codicia) sobre una sociedad que, agobiada por la explotación laboral y desconcertada por la degradación de los vínculos sociales tradicionales, se aferra a cualquier clavo ardiendo con tal de apartar, durante unas horas, la vista del desastre propio o ajeno. El resultado es una mente social empobrecida y fragilizada, que prolongadamente sobreexpuesta a la forma limitadas y deficientes que promueve la industria de la información y del entretenimiento, acaba por tornarse necesariamente ingenua y dócil ante los designios de un sistema de vida cuyos mecanismos tanto la desinformación y el espectáculo difuminan, extienden y cuyas intenciones finales saben cubrir perfectamente.

Durante siglos decenas de millones de seres humanos quebraron las cadenas de la superstición y de la ignorancia gracias a la creación de organizaciones sociales, políticas y sindicales, que fueron incansablemente prolíficas en la creación de imprentas, librerías, bibliotecas, periódicos, radios, escuelas... Pues sólo una sociedad intelectual, ética y estéticamente consciente y cultivada es capaz de avanzar y progresar profundamente. En un tiempo de crisis sistémica de profundas raíces y decisivas repercusiones en el ámbito de la cultura, resulta fundamental reconstruir la cultura y los valores devastados por la desinformación y el espectáculo televisual, radial y periodístico para así revertir la mutación de la ciudadanía soberana en mera agregación de audiencias pasivas.


Cualquier proyecto político democrático de emancipación necesita con urgencia apelar a otros medios, a otros temas, explicar esta realidad no solo de apariencias, sino de profundos trasfondos políticos, económicos y sociales. Pues de no ser así seguiremos atentos a los designios de unos medios que lucran con el dolor ajeno, que muestran la pobreza moral de nuestra sociedad como espectáculo a seguir y al cual engancharse mañana, tarde o noche y que tienen muy pero muy lejos de su atención acontecimientos realmente importantes y fundamentales que vienen sucediendo en el mundo de HOY y que pueden generan conciencia, movilización, lucha digna y solidaridad, como también posiblemente muerte, pero en este caso una muerte cargada de un auténtico sentido de valor, de convicciones sólidas y que dejan tras de sí un profundo ejemplo de valor humano y social. 

Finalmente me pregunto en este país del mundo al revés ¿acaso se da más de un minuto de información o de explicación a los hechos que vienen pasando en Gaza con más de un millón y medio de Palestinos prácticamente sometidos a una vida de reos en su propio territorio, del que no tienen salida ni por mar ni aire?... ¿Se le brinda algo de atención a la historia de Rachel Corrie de la que se tomo el nombre del último buque asaltado el día sábado por el gobierno Israelí y que también pertenecía a la flotilla de la paz?... ¿Cuántas horas de programación o programas especiales se le ha dado al derrame petrolero que viene destruyendo el medio ambiente en gran parte del golfo de México?, y ¿cuántos especialistas han dicho algo sobre la crisis y resistencia del pueblo griego por el cambalache que hoy en día significan el manejo del gran capital financiero?... O ¿cuantos minutos han dedicado a su programación nuestros medios a la digna y formidable lucha de la Madres de Plaza de Mayo por recuperar a sus hijos y nietos desaparecidos por la dictadura militar argentina?... Les aseguro que podría seguir nombrando ejemplos dignos de nuestra más grande admiración, comprensión y también profunda consideración por cientos de personajes que hoy mismo serian ejemplo para forjar a un pueblo, para dar cátedra del significado del valor humano y de las ideas con convicción social... Pero NO, aquí de eso, NO, nada o casi nada se sabe, se prefiere en su lugar manipular con el miedo, con el temor, con los aspectos más truculentos y mórbidos de un asesinato, o con el entretenimiento más degradante, básico y pueril.

Finalmente algunas reflexiones que no son mías, sino de Eduardo Galeano que reflejan claramente los miedos impuestos en nuestro mundo cotidiano por los medios ya descritos y en general por un sistema que así y solo así puede manipular, alterar y enajenar a los seres humanos a su antojo y su conveniencia...

"Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de VIVIR..."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Concuerdo plenamente en lo que escribe el autor de esta nota. Vivimos en u nmundo prosaico en dionde medran a sus anchas "periodistas como Magaly Medina y su risa horrorosamente despectiva plena de banalidades sin sentido que no tienen otra misión que mantener dopada a la opinión pública. Lo malo es que en casa gusta a las mujeres y tengo que vivir la tortura de escucharla a diario.

Anónimo dijo...

Si es muy cierto, la gente tiene mas miedo, por estar mirando noticias que por los mismos crimenes. Es realmente repulsivo ver como se habla de asesinatos, robos, etc..como si fueran las unicas noticias del dia. Es indignante ver como nos venden basura de informacion, tanto en tv como en periodicos y demas medios...escandaletes, vedettes, gente que solo hace un show de su vida y se hacen llamar artistas. Pero lo mas lamentable es que si esto se sigue vendiendo, es porque la gente aun lo sigue consumiendo. Nos alejan de la realidad sin que nos demos cuenta, porque no nos detenemos un momento a reflexionar a tener una actitud mas critica...y porque sucede eso? simple, eso es lo que buscan los grupos de poder, y recurren a diversas formas para hacerlo, ya sea mediante los medios de comunicacion e incluso con la educacion que se da ahora en el pais , donde no incentivan el analisis critico, pues saben que a la larga si quieren seguir mandando, esto no les conviene.

Anónimo dijo...

Estoy anonadada por las palabras tan certeras que reflejan el sentir de muchos y usted ha sido la voz que habló por nosotros. Lo felicito por haber llegado a nuestras mentes. Ha sido inspirador.
Katia Ratto.

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