Por: Franz Sánchez
Lo habíamos advertido
hace años: los límites de nuestra provincia son vulnerables, nuestros
mequetrefes políticos son incapaces, nunca se defiende lo que nos pertenece.
Ahora sucederá lo vaticinado, a menos que el pueblo defienda su territorio; las
comunidades de Polonia La Collpa, Lirio Linda Flor,
Namococha, Quengorio Alto, Quengorio Bajo, Huasiyuc, Jadibamba, Jadibamba Bajo,
Piedra Redonda, El Amaro y Totoracocha, jurisdicción de Huasmín, son
pretendidas por ambiciosos políticos de la vecina provincia de Hualgayoc, que
seguramente han sentido entre las manos el poder de la “marmaja” de lingotes
yana-cochinos.
El
robo, pretende ser disfrazado como “consulta popular”, bajo la coautoría del
cochambroso Gobierno Regional, y la ineptitud del comprobado zopenco, alcalde
de Celendín, se ha puesto en riesgo nuestra soberanía provincial.
Desde
acá denunciamos que cualquier acto de consulta pública, pierde objetividad,
debido a la gigantesca campaña promocional que ha emprendido desde hace un buen
tiempo la municipalidad de Hualgayoc, que seguramente ha inclinado la balanza
poblacional hacia sus metálicos intereses.
Mientras
que la página web de la municipalidad de Hualgayoc, informa al país del
plebiscito; la municipalidad celendina, ha demostrado por enésima vez su
dejadez, y la representación afásica de su burgomaestre, a través de una página
web desactualizada y la ausencia de declaraciones a la opinión pública.
Desde que en los
orígenes de nuestra república (1821), se formaron los principales distritos,
provincias y departamentos a través de divisiones políticas, han existido
diversos conflictos territoriales, a esto se le suma que hasta 1950, no se
contaba con una cartografía nacional precisa. En la actualidad nuestro país
cuenta con: 1829 distritos y 194 provincias, de las que el 92% no se encuentran
correctamente delimitadas. De esta manera se generan conflictos por dominios
jurisdiccionales entre centros poblados, urbanizaciones, infraestructuras y en
el caso de Celendín, por recursos naturales.
La posición celendina
de mantener los límites reconocidos por el Instituto Nacional de Estadística e
Informática, pierde poderío al considerárselas únicamente referenciales, según
la normativa vigente. Entonces si lo que se pretende es una supuesta consulta
popular, en lo que debe agotar esfuerzos las municipalidades de Huasmín y de
Celendín respectivamente, es en responder a la agresiva campaña de
sensibilización social que han iniciado los politiqueros de Hualgayoc, apadrinados
por las mineras pululantes.
Remarquemos además,
la importancia de las tierras en disputa, no solamente por la concentración de
minerales, sino también por el abastecimiento del recurso hídrico de vital
importancia para las comunidades campesinas.
Debemos llamar las
cosas por su nombre, y acá debemos ser estrictos en señalar que el voraz
apetito de las transnacionales mineras, hace que como larvas parásitas repitan
un solo lema: “divide y vencerás”.
Si en la cara del
bufón Tello, se destruye nuestra tierra, y se nos roba impunemente, no podemos
esperar respuesta del reposado Juan del diablo. Es por ello que el llamado de
alerta, y la convocatoria a la acción, sin pretender generar violencia, que
desde todos los puntos de vista es deplorable, se la debe interpelar a la
población. Y desde luego también apelamos al buen juicio de nuestros hermanos
de Hualgayoc, que no permitirán convertirse en marionetas de la minería, que
como no puede obtener permiso en estas tierras, las quiere robar. Ni en cebo de
esta plaga de corruptos y adefesios gobernantes.
Que la resolución de
este conflicto, no sea injusta para nadie, menos para el cielo del edén, que si
pudieran quitárnoslo, hasta sin cielo quedaríamos. Estaremos en guardia.
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