Por Olindo Aliaga
Dentro de algunos meses el distrito de Sucre, así como el conjunto del país, debe acudir a las urnas electorales para elegir Alcalde y Presidente Regional.
En mi calidad de sucrense, ajeno a todo electorerismo y oportunismo en que muchos suelen caer, me permito reflexionar, aportando algunas ideas para que los sucrenses votantes en aquella ciudad de inmensa campiña verde, tomen en cuenta, en el momento en que se va a definir el cambio de alcalde del Pueblo.
Políticamente identificado con el Movimiento de Izquierda, sucrense de todo corazón, quiero a mi patria chica; pero no en la forma abstracta de amar su bandera y su himno, de adorar su santo y a lo etéreo, sino en forma concreta, en su gente trabajadora, en sus hombres de lucha y de rebeldía, en sus hijos anónimos que bregan por el pan, en los que tratan de engrandecerla a través del empeño de hacer de cada sucrense un hombre justo, conciente, responsable y productivo; amo a nuestro pueblo a través de sus dolores y miserias, lo amo con el mejor y provechoso de los amores como aman los socialistas.
Las elecciones, según la historia, sirven para cambiar a un hombre por otro del mismo pelambre de un determinado cargo en el estado correspondiente con el sistema liberal.
A pesar de la fuerte cerrazón que el sistema imperante ejerce, vía sus organismos, en contra del movimiento popular, este logra escabullirse y participa en las elecciones, aunque con innumerables trabas y privaciones para los candidatos blanco de los más arteros ataques por parte de los elementos de la derecha parasitaria.
El Jurado Nacional de Elecciones – JNE -, en cargado de conducir el proceso ha desarrollado un cronograma electoral, el mismo que es difundido en los medios de comunicación masiva, principales sostenedores de la “democracia” y los partidos políticos, áulicos del sistema, presentan a sus candidatos al evento electoral que se realizará el 3 de octubre próximo.
Desde la fecha de convocatoria se ve a hombrecitos (incluido mujeres) perderse en el dédalo pasionado y apasionado de la política, ahora convertida en una ciencia corrompida y corruptora por acción de los advenedizos en política.
La vocinglería y la fiebre electoral están en todo rincón del país, aún en los repliegues más paupérrimos de la patria.
En el distrito de Sucre, otrora arquetipo de dignidad en la provincia de Celendín, las elecciones han despertado el interés entre los personajes de siempre, existiendo hasta el momento cuatro aspirantes a alcalde y todo hace suponer que la avalancha de candidatos hacia la alcaldía irá en creciente, hasta la fecha de cierre de inscripción.
Los candidatos que están en el partidor son conocidos por su pasado crítico: Fernando Chávez C. ex beneficiario de reforma Agraria vendió su fundo, como trabajador transportista también fracasó. Jilmer Silva P, profesor desplazado, en su hoja de vida carga la responsabilidad del mal gobierno municipal del alcalde Douglas Rojas; además es mal administrador pues su negocio de abarrotes esta cuesta abajo. Rómulo Machuca, su pésima gestión que esta llagada por la corrupción y su vida disipada, nos relevan de todo comentario, sus gastos estarían excediendo a sus ingresos.
Los candidatos no son confiables por su pasado indignante; son hombres frugales y parcos en alto grado, para que prueben lo contrario que digan a los electores y a sus huestes de donde proviene el dinero para sufragar la costosa campaña política.- Estos ciudadanos no están preparados para gobernar, están agobiados por la situación económica y desesperados por trabajar.. Obviamente no a todos los que, con legítimo derecho, están en carrera hacia la alcaldía de Sucre los podemos meter en un solo saco; en este atado de aspirantes a alcalde se distingue un hombre que con sólo su nombre enaltece al pueblo de Sucre por su vocación y devoción integracionista.- Ese hombre unitario y desarrollista es el ingeniero Secundino Silva U., cuya candidatura, así como su calidad de gente y dones de persona fueron exaltados en esta columna, también ha motivado cierta incomodidad entre los detractores.
La vocinglería bárbara de retrógrados que no se resisten a perder privilegios y que no pueden ver a su pueblo marchar de cara al progreso, salió insultante contra el candidato que propugna el cambio endilgándole romos adjetivos.
Los señores de la oposición, amantes de la corruptela, son mezquinos, totalmente contrarios a los buenos propósitos, a la buena misión de los hombres con vocación de servicio.
El ingeniero candidato es un hombre con vocación de servicio y como el cree en la virtud de su pueblo, cree que Sucre tiene mañana y como un cruzado leal se va a defenderlo postulando a la alcaldía; por esa osadía valiente y desprendida todas las liviandades, todas las hipocresías, todas las corrupciones, se acunaron contra él.
Después de este largo período de ostracismo en que se encuentra el pueblo de Sucre por culpa de sus autoridades nefastas, se hace imperativo que los electores sepan votar y que con estas elecciones ediles y regionales se cierre esa fase caótica y se abra una nueva más radiante y, que las ánforas sean dignas ostentarías del triunfo del pueblo… Sucre se lo merece.
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