LITERATURA REGIONAL ( III )
NOVELA EL RETOÑO
DE JULIÁN HUANAY
“El retoño es acaso la
única novela proletaria del Perú escrita por un obrero. Novela surgida de
experiencias personales, escrita con un lenguaje directo, simple, con una honda
ternura y un fraternal idealismo proletario, El retoño se asemeja a las
magníficas páginas de Máximo Gorki en Días
de infancia, Por el mundo y Mis universidades. En su brevedad y sencillez El retoño es una de las obras más
entrañables de la literatura peruana.
(Wáshington
Delgado)
EL RETOÑO
(
Fragmento )
Es una vieja costumbre en
mi aldea que los viajeros se levanten al primer canto del gallo y salgan al
segundo, si quieren alcanzar el tren en la estación más cercana. Yo no tenía
dinero para viajar en ferrocarril pero, vencido por la costumbre, me levanté a
esa hora. Con gran cuidado, mientras me palpitaba violentamente el corazón, me
senté al borde de la cama y me quedé escuchando. La
Tía Conce seguía durmiendo plácidamente.
Entonces cogí mis zapatos y, de puntillas, me acerqué a la puerta y la abrí
suavemente. Quise salir y no pude. Vacilé y volví al aposento. Una tremenda
angustia oprimió mi corazón y las lágrimas me inundaron el rostro. La anciana
se movió ligeramente en su duro camastro y, entonces, asustado, salté hacia el
patio iluminado por la luna. Guardián, mi viejo perro, se me acercó moviendo
alegremente la cola. Acaricié su hirsuta pelambre, pero cuando quiso seguirme
lo amenacé para que se quedara. Después crucé el patio y salí.
La noche era clara. Los
eucaliptos movían perezosamente sus gallardas copas batidas por un ligero
viento helado.
A pasos rápidos me dirigí
al camino principal. Cuando veía algún labriego que iba a regar sus sementeras,
me ocultaba detrás de los arbustos. Así anduve hasta salir de mi pueblo.
Después tomé la ruta que Vicente Salas había indicado como la más corta. Caminé
todo el día. Pasé por muchos pueblos sin detenerme. A medida que avanzaba, se
iba apoderando de mí una especie de sopor que me hacía insensible. Caminaba
como impelido por una fuerza extraña que me alentaba a seguir adelante. Todas
mis energías parecían responder a un solo imperativo: caminar.
La noche me sorprendió
cuando había tramontado los primeros cerros que circundaban el valle. Cansado y
sediento crucé largos tramos solitarios. El viento ululante de la puna y los
aullidos lejanos de los perros pastores, me infundían un terror indecible.
Cuando la oscuridad no me
permitió seguir, me aparté del camino, busqué un sitio abrigado entre las pajas
bravías de la puna, y me eché a dormir. No tengo ni la menor idea de cuánto tiempo dormí. Sólo
recuerdo que desperté asustado por el ruido que producía un tropel de bestias y
el ladrido incesante de muchos perros. Un tenue claror había sustituido a la
negra noche que me había obligado a detenerme. Me quedé quieto. Pero el ruido
se aproximaba rápidamente y el miedo que sentía, también, se acrecentaba.
Julián
Huanay Raymondi. Nació en Jauja en 1907 y falleció en Lima en 1969.
Su infancia, dura y laboriosa, lo templó en las experiencias más dolorosas pero
al mismo tiempo plenas de solidaridad y fraternidad. Al adquirir conciencia
clasista, se esforzó en aportar a la elevación de la cultura del proletariado y
escribió manuales sindicales y populares. Su novela El retoño y su libro de
cuentos Suburbios, a despecho de la escasa difusión que han tenido,
son dos clásicos de la narrativa peruana.
(Texto de la contratapa del
libro editado por Editorial Mundo Sur)
11 comentarios:
esta buena pero yo queria algo mas concreto
yo tambien queria algo mejor
queria algo mejor
yo tambien
Me pareció muy pobre el final ya que se quedo en la puerta del hospital
y nada mas que seria de su vida en ese momento.
Es triste la historia.
Me hubiese gustado un final mas emocionante
sim pues
q pena me dio
oe pero falta el final
oe pero falta el final
no es muy interesante
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