Más allá de los globos, de los adornos y, en general, de la fiesta, "celebración" a la que, año a año, nos tienen acostumbrados las instituciones gubernamentales, la Organización de Mujeres en Defensa de la Pachamama de nuestra provincia, se hizo presente en este día para continuar en la brega que día a día vienen librando en defensa de sus derechos y de la Madre Tierra. Ellas, desde muy temprano, han salido a colgar sus carteles en el frontis de la Iglesia Virgen del Carmen, lugar donde se produjeron los episodios en defensa de nuestras lagunas, para después repartir volantes, los también llamados mosquitos, en los que se solidarizan con todas aquellas mujeres que han sufrido o sufren maltrato físico, psicológico, emocional; y, por supuesto, con aquellas que están siendo criminalizadas por alzar su voz de protesta por defender el medio ambiente que las empresas depredadoras en complicidad con el gobierno quieren destruir.
"Sabemos que el papel de la mujer en esta sociedad se determina sobre todo por su función en la familia, que la destina a ser madre, y al trabajo doméstico; así la mujer cumple funciones importantes en el mantenimiento de este viejo sistema".
"La mujer en esta sociedad busca "casarse bien" y su educación está sujeta a ese fin. Las mujeres de las clases dominantes, que quieren continuar en el poder, el estudio en "buenos" colegios y universidades es lo normal porque sirve para mejorar su valor como objeto de representación y lujo en este mercado. A las mujeres de clase pudiente se les abre la posibilidad de una carrera profesional, porque en Perú, es práctica conocida que el reparto de puestos se hace en base a la confiabilidad política y, dentro de estos criterios, no tiene mayor importancia si se trata de hombres o mujeres. Por esta razón, ya no es raro, encontrar mujeres en posiciones importantes del campo económico y político".
"En cambio, las mujeres de clases populares generalmente reciben una educación que las prepara al trabajo doméstico, apuntando a que puedan aportar al sustento de la familia, facilitando al hombre la carga que tiene como "jefe" de familia. El empleo de la mujer permite bajar los salarios de los obreros y trabajadores en general, porque pagan al obrero solo el mínimo indispensable para reproducir la fuerza de su trabajo y asegurar la subsistencia familiar"
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