Eran las ocho de la mañana y Fulgencio, el hijo de doña Carmina, seguía metido entre pullos, musitando en poesía:
"Con los ojos refulgentes
confundidos entre tizones
hallábase Fulgencio
meditando sus amores".
— Fulgencio! —gritó doña Carmina desde el alar de su casa -, deja de decir tonterías y mira si el fogón está caliente.
—Michi, michi, michi —llamó Fulgencio al gato, haciendo tronar los dedos de su mano derecha.
El minino, obediente como no había otro en el barrio, salió de la cocina y se acercó ronroneando.
Fulgencio, acariciando el lomo del gato, respondió: — Ma', el fogón ya está listo —y continuó despreocupado:
y me mira con ternura
como ensayando una disculpa
por su reciente fracaso".
Glosario:
Fogón: Lugar hecho de piedras de mediano tamaño, colocadas, casi juntas, alrededor de la leña, sobre las cuales se ubica la olla o tetera.
Pullos: Frazadas viejas hechas de lana de oveja.
Escribe: Palujo.
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