Una de las manifestaciones folclóricas de mayor relieve en distrito de Celendin es "Las danzas". Estas tienen procedencia netamente rural; algunos pueblos campesinos veneran a sus Santos patronos en la festividad católica del Corpus Christi.
Trasladan a las imágenes de su devoción en una procesión festiva; grupos de danzantes (generalmente hombres) tributan su fe bailando ritmos tradicionales de su propia creación, acompañados por un grupo pequeño de músicos (violín, bombo, redoblante, flauta) Es destacable la especial vestimenta que usan, y la presencia de "los toros" (armazones representativos revestidos con tela, con cuernos y cola de vacuno y ojos de espejuelos), que son manejados por un robusto ágil hombre. Acompañan al conjunto, además, dos campesino disfrazados de "vieja" y viejo.
Los creyentes en multitud participantes en esta procesión vienen jueves desde los caserios cercanos hacia la ciudad de Celendin. Se desplazan por algunas calles y alrededores de la plaza principal, y dejan las imágenes en la iglesia matriz.
Tres días después (Domingo Corpus Christi), retornan y participan en una procesión general. Año tras año allí se puede ver, acompañados por "Las danzas",, a Santa Rosa de La tranca, con su ya famoso grupo de danzantes "La Guayabina"; San Sebastian de Llanguat, San Juan, San Antonio, San Francisco de Chuclalas, San Juan de Pilco, San Antonio de Malcat, Virgen de las Mercedes de Cashaconga, Virgen La Candelaria de Poyunte, Virgen del Rosario de Chacapampa.
En la década del sesenta hubo un sacerdote que prohibió estas celebraciones, el desatino sólo fue por una año. "Las Danzas" retornaron su derecho a expresar sus sentimientos místicos y festivos.
Desde hace varios años, la municipalidad ha establecido "un concurso" para premiar a la mejor danza. Esto ha devenido en desencuentros, rivalidades y agresiones físicas -enervado por el consumo de alcohol- entre los pueblos campestres.
Las manifestaciones culturales como "Las danzas" deben permanecer dentro de u marco de espontaneidad, independencia e intangibilidad, evitando la manipulación extraña e interesada de los promotores del "concurso".
LOS SANTOS DANZANTES
Al son del rumor de los follajes, del revolotear de los pájaros en las cosechas, de los latidos de la tierra, los danzantes beben sus creencias en la cadencia de las espinas y las piedras. A pie madrugador desde sus comarcas el viento los congrega, tal como lo quiso San Francisco de Asís, que desde su casa solitaria en sus insomnios creó el Himno al Sol y lo puso a orearse para que creciera siempre la fraternidad universal.
San Sebastian asoma sosteniendo imperturbable las saetas de su martirio por la verdad de sus creencias, la era de las heridas aún no acaba. Braceros de los cañaverales trenzan su reverencia en el aroma de los limoneros.
Surge llano y vencedor de las tentaciones, San Antonio de las Pencas, anacoreta y constructor silente de su cabaña de magueyes. Vidas solidarias para forjar los paradigmas como vigas cruzadas tras las ventanas y las puertas.
Bonita y con la tersura de los duraznos llega Santa Rosa de La Tranca, la dominguera. Y como la buena semilla que en tierra fértil fructifica, San Juan de Pilco después de sus meditaciones y fiel a su mejor maestro, sereno, con los ojos nisperales revela la victoria del bien. La danza de los fieles asciende a las lomas, se esparce por las riberas de los riachuelos, en los músicos instrumentos se tensa, oteando la "búsqueda del alba".
* De la revista Fuscan Año II /número 7 (Julio- Agosto 2008)
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