Alfonso de Silva, uno de los más importantes amigos peruanos que tuvo el poeta en París, le escribió este notable poema que nos habla de Trilce y del sufrimiento que ambos padecieron en la famosa tierra de Baudelaire, allá por el año de 1923:
¡VALLEJO!
De repente
las ideas se ponen a vociferar
y yo gesticulo desesperadamente.
¡Qué fastidio!
¡Uno que a veces quiere estarse quieto!
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El otro día el Tiempo
pasó como 10 minutos
de lo más contento.
Pero vino el 1
y me dijo
estoy cansado de ser número.
¿qué te parece, Vallejo?
Y todos los demás lo estaba esperando
El 2 particularmente
Se moría de ganas de nadar
¡Así son!
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¡Esto de tener cuenta corriente
con el pensamiento!
¡Y a lo mejor ponemos Hastío,
y era la última hoja del talonario!
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He leído tu Trilce, Vallejo.
Nunca había visto a la Verdad
como la quería Nietzsche
Bailando como loca
Sobre la cuerda
floja.
¡Y me ha dado un gran gusto!
La emoción estaba abajo
mirando como boba
y lagrimeando naturalmente.
Tengo hambre
y una serie de cosas grises
raras
como bocas que no pertenecen a ninguna cabeza...
FOTOGRAFÍA: César Vallejo, Alfonso de Silva y su esposa, Alina Lestonnat.
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