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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

domingo, 1 de junio de 2014

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina

POETA PLANETARIO

En memoria de César Vallejo Ynfantes,
cuyo espíritu peregrinó con nosotros,
en este Capulí 2014.

Nació un poeta, como otros, éste también cantó a las piedras; pero, las piedras que aludía este poeta eran caravanas de gorriones de alas azules, dispuestas a levantar murallas, para que no avancen los malvados.

Y nunca una piedra trenzó de luz y huellas el caminar del hombre. Y nunca una piedra inspiró tanto amor a un poeta, como a este Poeta de los Andes.

Nació un poeta, como otros, éste también cantó a la madre; pero, la madre de este poeta, además de ser escapulario de fe, senos de hostia, también fue libertadora. Abrió de par en par las puertas de la cárcel, donde el poeta estuvo recluido con grilletes de tristeza y de pesares. Y nunca una madre fue mejor guerrera libertaria.

Nació un poeta, como otros, éste también cantó a la amada; pero, la amada de este poeta no era musa del Parnaso, no tenía el perfil de diosa griega. La amada de este poeta era una mujer de pueblo. Sus manos eran flores silvestres de noviembre. Tenía la forma de junco y olía a río. Su rostro era de capulí color de tierra.

Desde entonces, la franela les sirvió a los poetas para hacerle poesía a las musas estrellas.
Nació un poeta, como otros poetas, éste también cantó a la justicia; pero, la justicia que demandaba este poeta, nada tenía que ver con las voluntades leprosas de los jueces vestidos de harapos elegantes.

Este poeta creía en una justicia redentora de los pueblos. Soñaba ver “al borde de una mañana eterna, desayunados todos”.

Nació un poeta, como otros poetas, éste también confesó sus anhelos; pero, los anhelos de este poeta, eran contundentes. Quería que los pobres "Saqueen a los ricos sus viñedos", porque mucho tiempo habían esperado ya, “al borde de una mañana eterna”.

Nació un poeta, como otros poetas, éste también habló a Dios, pero, este poeta, increpó de modo horizontal a Dios, como nadie hasta entonces lo había hecho:

"Si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios". (Y Dios aún piensa en esta frase que le dijo este poeta). Poeta esencialmente de Ande. Universalmente Humano.

Se echó a andar por los caminos de los parias, atizando sus sueños y estuvo ahí donde los hombres, con sus manos y el alma, se esmeraban en construir un orden nuevo.

Y estuvo con los milicianos de España, que luchaban por tomar "el cielo por asalto". Y en ese intento fueron decapitados.

César Abraham Vallejo Mendoza, es el nombre del poeta de Santiago de Chuco, del Perú al pie del orbe.

El poeta se ha hecho planetario por obra y gracia de vida y de su obra. Poeta sinónimo de Fuerza, de lucha, de combate. Comandante del alma y la esperanza.

¡Luz de los pueblos que se levantan como el sol cotidiano! ¡Es guía que conduce la senda libertaria!

JULIO YOVERA
Integrante del colectivo
Capulí, Vallejo y su Tierra


DOS
MANOS
UNIDAS

Danilo Sánchez Lihón

1

Por eso,
es un milagro dos miradas que
se encuentran, y
más dos manos que se juntan,
¡que
no importaría si acaso no sepan
el prodigio
en que viven y que los ha traído
a ser
dos manos unidas, conscientes
o no!
No interesa si presienten o no
los cataclismos,
maremotos y tifones que ambas
han tenido
que vencer para que lleguen a
esta hora
en punto, a encajar una mano
en el cuenco
de la otra. Y no interesa que
ignoren
que se hundirán para siempre
en la noche que
nos espera hasta la eternidad
de los tiempos.

2

Las dos manos juntas tampoco
se percatan
de los peligros que las acechan:
por encima
por detrás y debajo. En realidad
en todo sentido.
Así, él y ella conversan libres y
simples,
sin que nadie les avise que hay
un abismo
y turbión encima y al pie de sus
manos
entrelazadas, erigidas solo por
un breve
instante frente a tanta tiniebla
y catástrofe,
frente a tantos barcos que se
hunden
y aviones que explosionan en
el aire.
¡A caminos que se juntan ¡es
cierto!
pero también a otros que se
van
se alejan, se cortan y separan;
como
destinos que dividen, bifurcan,
y separan!


3

Dos
manos indefensas que mezclan
sus latidos,
como el temblor acompasándose
en sus venas,
y en el pecho la voz que emerge
límpida
para nombrarse con paz y con
ternura.
Es tan mínimo e inmenso este
prodigio
cuando dos manos permanecen
siquiera
un instante unidas, que de ello
depende
toda la marcha del el universo:
que el mundo
se salve para siempre o ruede
indetenible
hacia el vacío, olvido y la nada
definitiva.


4

¡No!
Es solo por esa razón que no
se hundirá
el mundo en el oscuro torrente
de la noche
que nos asedia, en donde todo
cae
y se pierde.
¡No se hundirá si es que solo
dos
manos permanecen unidas y
sin
doblegarse. Solo aquellas dos
pueden
redimirlo salvando todo. Basta
con que se
junten este mediodía la suerte
del universo
entero habrá cambiado. Y aún
más
si es que permanecen y no se
separan.
Esta esquina donde te evoco y
te reclamo
tanto en este atardecer, amor
mío, entonces
habrá sobrevivido a todos los
naufragios.


YO
TE
BUSCO

Danilo Sánchez Lihón


1

Cuando
sientes que alguien de improviso
te llama,
y no sabes cómo es que cinceló
tu nombre. Y
lo pronuncia. Y alrededor tuyo no
hay nada, ni
nadie que lo sepa, ni te expliques
un hecho así,
¡Inusitado cómo es este! Porque
no hay nadie
en tu recuerdo. Soy yo quien en
verdad
te estoy llamando tanto de cerca
y de lejos.


2

Cuando
súbitamente te sientes contenta,
mientras
alrededor tuyo nada ha ocurrido.
O bien
cuando de golpe y tenazmente
te llenas
de melancolía sin mediar causa
evidente,
soy yo quien en verdad vine a
verte y
a estar contigo, aunque también
me apene.


3

Cuando
estás cierta que puedes quedarte
sola,
aunque hay oscuridad y amenace
la tormenta,
No es que te equivoques en que
algo no
entre en la lógica de los hechos.
Cuando
te sorprende una corazonada en
una
calle o al salir o al entrar en una
tienda,
Soy yo quien en verdad te cuida
desde
lejos y estoy prodigándote mi
amparo.


4

Cuando
te observas al espejo, sonríes y te
estremeces
haber pendido súbitamente sobre
un abismo,
cuando no sabes si has regresado
o si tal vez
fue inevitable que cayeras al vacío,
no dudes
soy yo quien permanezco en vela
cuidándote.


5

¡Siento
que te llamo tanto! ¡Nos llamamos
tanto!
que es por eso que también la vida
existe.
Que por eso quizá morí un día. Hoy
siento
que tantas veces hemos estado al
borde
y sin soltarnos de este asidero que
es la vida,
que es sólo por eso que aún camino,
y voy
abrazada contigo en la lejanía como
en la cercanía.



*****

El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente

Teléfonos: 420-3343 y 602-3988


Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

Fotografía: Casa de la Literatura

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