Por: Vicente Romero
He aquí el intenso recorrido de Magaly Solier Romero
(Huanta –Ayacucho, 1986, de lengua materna quechua):
Actriz, principales roles como Madeinusa en el film del
mismo nombre –2006 y Fausta en La teta asustada –2008, y roles secundarios como
Inés, en Dioses –2007, Marcela en Altiplano –2009; y Blackthorn (2010).
Cantante, Warmi (2009, álbum en quechua); prepara una
segunda producción en quechua e idiomas amazónicos del Perú.
Stand de Puka picante con alimentos orgánicos en el
festival Mistura de este año y proyectos para abrir ‘carritos con Puka picante’
y un restaurant en el cual ella misma hará el servicio.
Actriz de teatro en estos días, interpretando a la
sacerdotisa del señorío de Cao en “Cao(s) Visiones de la Dama de Moche”, bajo
la dirección de Rebeca Raéz.
Esta carrera fulgurante de Magaly Solier es integral. El
fruto de una mujer comprometida que lucha contra el racismo, el machismo y el
extractivismo imperantes en nuestro mundo. El de una digna defensora de los
pueblos y culturas andino-amazónicos. En 2009, luego de la Masacre de Bagua, se
hizo conocida por su compromiso con la lucha contra el remate de la Amazonía
peruana. Desde la lucha por el agua y contra el proyecto Conga (Cajamarca), se
muestra comprometida con la defensa de la pachamama frente a la voracidad de
las transnacionales irresponsables.
El camino ejemplar y valiente de la joven Solier ha hecho
resurgir de sus cloacas expresiones racistas a través de un medio de prensa
perteneciente al grupo El Comercio.
En efecto, el pasado 1ro de este mes, como eco a la nota
periodística Magaly Solier: “No haría
desnudos a menos que paguen bien”
que publicara Peru21, se deschavaron una fila de comentaristas lanzando
improperios contra la artista. La nota de Peru21 auspiciaba el linchaje pues
deformó los argumentos de Solier Romero suprimiendo en su titular el de
carácter ético (“que sean justificados”). Eh aquí uno de los tantos improperios
vertidos a través de uno de los diarios de El Comercio: Wanaca porque no te
regresas a tu tribu a rascar la tierra.
Despreciable y sórdido el mundo del fulano que estampó
este esperpento. Veámoslo:
“rascar la tierra” sería la labor que permite desde hace
milenios cultivar e incrementar la diversidad genética en los Andes y la
Amazonía. Seguramente admira los transgénicos de Monsanto que se fabrican en laboratorios
y que benefician a las transnacionales que controlan semillas, precios e
insumos para someter a los agricultores y la dieta de la humanidad.
“Tribus” serían los pueblos que siguen amando a su
terruño y su cultura, muy a pesar de tres siglos de dominación colonial y dos
siglos de gobernantes y clases dominantes con mentalidad enajenada, pues
promueven el colonialismo desde dentro, desde el país.
“wanaca”, sería la mujer del Ande que descolla a la vez
en modestia, perseverancia y dignidad, ya a nivel mundial afirmando su propio
perfil y con él los valores humanos y de su pueblo, ya en sus propios lares,
pastando cuidadosa sus auquénidos, tratando con amor a la tierra y sus
cultivos, dando maravillas de colores y tramas a sus tejidos, mil sabores y aromas
a sus potajes.
“… porque no te regresas a tu tribu… ” es una criolla
réplica del “por qué no te callas” emitido hace unos años por el senil rey de
España, testimonio de impotencia frente al inicial pero imparable proceso de
renacer cultural y femenino.
No importan que los perros aún ladren,
Magaly, después de cinco siglos. Son las ánimas del racismo y el machismo en
retroceso que se retuercen ante los aurorales pasos de la cultura
andino-amazónica y de la mujer.
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