Desde el 14 hasta el 17 de noviembre del año en curso, la ciudad del Cumbe se transformó otra vez en la capital de las letras peruanas, esto por haberse llevado a cabo el XI Encuentro Nacional de Escritores «Manuel Jesús Baquerizo” - Homenaje a los creadores cajamarquinos, evento organizado por el Gremio de Escritores del Perú y el Gobierno Regional de Cajamarca. Este espacio cultural reunió de la manera más amplia posible a escritores, poetas, editores, promotores culturales, investigadores, cineastas, pintores, músicos, docentes y estudiantes, con el fin de valorar la trascendencia de la literatura cajamarquina, así como tratar diversos temas establecidos previamente, los cuales se desarrollaron a través de ponencias y conferencias, mesas de debate, presentaciones y ferias de libros, testimonios, mesas de lectura, etc. Cabe destacar, asimismo, que en este evento no solo estuvieron reunidos escritores y poetas peruanos, si no que se contó además con la presencia de figuras internacionales tales como Joan Bosch (Barcelona - España), Elid Rafael Brindis (México) y Felipe José Oliva Alicea (Cuba).
El objetivo del encuentro fue, a la par de rendir más que un justo homenaje a personajes vinculados a las letras cajamarquinas (Demetrio Quiroz Malca, Alfonso Peláez Bazán, Mario Florián, Amalia Puga y Yolanda Rodríguez de Westphalen), motivar la lectura a través del contacto directo entre los escritores y poetas con los estudiantes, propósito logrado con la visita de los obreros de la palabra a las instituciones educativas del cercado de Cajamarca.
La nota negra del evento, sin embargo, no se hizo esperar. Y es que cuando se iniciaba el segundo día de actividades, el diario Panorama Cajamarquino publicó en su portada un titular que intentó denigrar la naturaleza del encuentro: “Sendero Luminoso participa en encuentro nacional de escritores”. Y a este medio se unieron otros como RPP y Frecuencia Latina, quienes empezaron a ver gigantes donde había solo molinos de viento. La razón: más que la presencia del escritor cajamarquino Agustín Machuca, ex-senderista, cuyos errores del pasado ya los pagó con 20 años de prisión, la certeza unánime de los artistas participantes de que Cajamarca ha dado un ejemplo de dignidad a los pueblos del Perú y del mundo entero al no permitir la explotación irracional de sus recursos naturales por parte de las empresas mineras. Los medios mencionados, serviles a estas, al escuchar a una sola voz el lema: ¡Conga no va! por parte de los presentes, buscaron manchar esta reunión. Y es que ellos, enceguecidos por un fajo de billetes, manchados de sangre, por cierto, ven terroristas donde hay otras ideas, otras formas de pensar. Si no se piensa como ellos, es decir, como sus “jefes”, se es terrorista; así de simple. Pero lo que no entenderán nunca es que “un escritor no está al lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen”: el pueblo.
Por lo demás, este evento alcanzó los objetivos trazados. Es más, sirvió para que el Gobierno Regional de Cajamarca se comprometiera a publicar las obras de los escritores de la Región, no en ediciones de 500 o 1000 ejemplares (que terminan distribuyéndose solo entre los amigos), sino en tirajes de 15 a 20 mil ejemplares, lo cual permitirá que las obras se vendan a precios populares (de 3 a 5 nuevos soles) y lleguen a la mayor cantidad de lectores posibles.
El objetivo del encuentro fue, a la par de rendir más que un justo homenaje a personajes vinculados a las letras cajamarquinas (Demetrio Quiroz Malca, Alfonso Peláez Bazán, Mario Florián, Amalia Puga y Yolanda Rodríguez de Westphalen), motivar la lectura a través del contacto directo entre los escritores y poetas con los estudiantes, propósito logrado con la visita de los obreros de la palabra a las instituciones educativas del cercado de Cajamarca.
La nota negra del evento, sin embargo, no se hizo esperar. Y es que cuando se iniciaba el segundo día de actividades, el diario Panorama Cajamarquino publicó en su portada un titular que intentó denigrar la naturaleza del encuentro: “Sendero Luminoso participa en encuentro nacional de escritores”. Y a este medio se unieron otros como RPP y Frecuencia Latina, quienes empezaron a ver gigantes donde había solo molinos de viento. La razón: más que la presencia del escritor cajamarquino Agustín Machuca, ex-senderista, cuyos errores del pasado ya los pagó con 20 años de prisión, la certeza unánime de los artistas participantes de que Cajamarca ha dado un ejemplo de dignidad a los pueblos del Perú y del mundo entero al no permitir la explotación irracional de sus recursos naturales por parte de las empresas mineras. Los medios mencionados, serviles a estas, al escuchar a una sola voz el lema: ¡Conga no va! por parte de los presentes, buscaron manchar esta reunión. Y es que ellos, enceguecidos por un fajo de billetes, manchados de sangre, por cierto, ven terroristas donde hay otras ideas, otras formas de pensar. Si no se piensa como ellos, es decir, como sus “jefes”, se es terrorista; así de simple. Pero lo que no entenderán nunca es que “un escritor no está al lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen”: el pueblo.
Por lo demás, este evento alcanzó los objetivos trazados. Es más, sirvió para que el Gobierno Regional de Cajamarca se comprometiera a publicar las obras de los escritores de la Región, no en ediciones de 500 o 1000 ejemplares (que terminan distribuyéndose solo entre los amigos), sino en tirajes de 15 a 20 mil ejemplares, lo cual permitirá que las obras se vendan a precios populares (de 3 a 5 nuevos soles) y lleguen a la mayor cantidad de lectores posibles.
Fuente: http://www.cutervo.com.pe
Lo seguimos. Había allí, en el tercer piso, dos dormitorios,
uno al lado del otro, que permanecían con las puertas cerradas. Ingresamos,
siempre conducidos por don Arnulfo, al dormitorio del lado izquierdo.
Frotándose las manos, como si fuera a descubrir un tesoro, el escritor y actor
a la vez, se sentó al borde de la cama del camarote más cercano. Al instante
apareció entre sus manos un maletín deportivo color beige. De pronto,
intempestivamente, se paró y abrió los brazos dejando el maletín abierto. Por
segundos pensé que iba a recitar un poema, porque también era poeta. No fue
así.
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El drama de don Arnulfo
Por Palujo
Ese día en la casa donde nos proporcionaban alimento y descanso,
las anfitrionas del lugar sirvieron cuy frito. En la mesa me tocó degustar, el
plato principal de la gastronomía cajamarquina, junto a dos escritores de
Cajabamba.
A un costado, casi pegado a la pared, se encontraba don
Arnulfo, frisando los setenta y cuatro años de edad, hombre alegre y locuaz. A
mi derecha, dando la espalda a la puerta de ingreso al primer comedor, Enrique
Boy, muy reservado él, nos observaba con interés. Luego de las presentaciones
respectivas y conversación de temas coyunturales, llegamos a lo de la
producción literaria, motivo del XI Encuentro de Escritores “Manuel Baquerizo”
que se realizó en Cajamarca a mediados del mes de noviembre.
Don Arnulfo, aparte de escribir teatro, es actor y ha puesto
en escena varias de sus obras, también incursionó en el cine como personaje principal en la película
“Coraje”. “Tengo el video”, asegura. “No crean que estoy imitando a Vargas
Llosa”, dice sonriente. “Mis obras son de verdadero contenido social, de
denuncia, de lucha —advierte—, aunque en esta última desempeño el papel de
patrón, antes lo hice de líder guerrillero”, asevera.
Hubiese querido tener más tiempo para conversar con don
Arnulfo: con él se puede pasar, toda una tarde, sin pizcas de aburrimiento. Es
coherente en sus historias. Se deja escuchar.
Después de dar buena cuenta del plato de cuy, don Arnulfo,
señalando el tercer piso de la casa, nos invitó a subir. “¡Vamos arriba! —dijo—. Quiero obsequiarles algunos de mis libros".
Camarotes |
-
¡No
están mis libros ni CDs! —exclamó—. No es posible —dijo—, se supone que acá
estamos los que defendemos la verdad, la justicia. Esto no puede quedar así. ¡Lo
tengo que denunciar! —aseguró.
Más allá, desde el tercer camarote, en silencio, sin
molestar, como un gato, nos miraba Enrique Boy.
-
¡No
puede ser! —continuó hablando, en voz alta y agitando los brazos, don Arnulfo—.
Nosotros, que se supone predicamos con el ejemplo, ¿estamos tocando las cosas,
¡robando!, a un compañero? —se preguntó—. ¡Vamos, alguien tiene que dar razón
de esto! —dijo, cerrando el maletín.
Cuando bajábamos, a la altura del
primer escalón, Enrique Boy, palmeándole la espalda, como queriendo calmarlo,
le dijo:
-
—¿Por
qué, primero, no te fijas en las puertas?
- —¿Qué
tienen que ver las puertas? —respondió don Arnulfo—. Siempre han estado así,
cerradas, sin seguro, porque aquí todos somos honrados.
-
Lo
que quiero que mires es el letrero de la puerta derecha —dijo Enrique apuntando
con el dedo el papel que algún bromista había colocado en la puerta del
dormitorio donde se podía leer con claridad la palabra: “MUJERES”.
-
¿Cómo? —don Arnulfo miró sorprendido el letrero, dio media vuelta y, rápidamente, abrió
la puerta del dormitorio. Se dirigió al primer camarote y de allí, como si
repitiera lo que hizo en el dormitorio del lado izquierdo, sacó, metiendo la
mano bajo la cama, un maletín muy parecido al anterior. Después, soltando una
carcajada, me alcanzó varios libros y Cds, y preguntó:
-
—¿Qué
te pareció mi actuación?
-
—¡Perfecta! —le respondí—. ¡Fenomenal!
Hoy, 23 de diciembre de 2012, que escribo esta nota, he terminado
de ver el drama “Coraje” donde don Arnulfo actúa con mucha soltura, me propongo
leer su obra de teatro titulada Abnegación
de padre, donde en la primera página, entintó con su puño y letra la
siguiente dedicatoria:
“Con mucho afecto a mi predilecto amigo José Luis Aliaga
Pereyra.
Muy atentamente.
Cajamarca, 14 de noviembre de 2012.
Firma
Asunción Arnulfo Chacón Pajares"
Fueron testigos dos maletines boquiabiertos.
Fueron testigos dos maletines boquiabiertos.
En el círculo Don Arnulfo Chacón y Enrique Boy |
Glosas biográficas:
Asunción Arnulfo Chacón
Pajares.- (Agosto
1938) es natural de Cajabamba. Fue licenciado del Ejército del Perú en el
Regimiento de Caballería N° 5 de
Chocope-La Libertad. Estudio en la Escuela de Enfermeros del Ejército sede
Piura. Trabajó en el Instituto Geográfico Militar por el lapso de cinco años,
donde solicitó su retiro, como dice en la biografía publicada en su libro, “por
no gustarle la subordinación militar”.
Después estudió en la Escuela Regional de Bellas Artes de
Cajabamba y en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la
Educación (INIDE), donde se graduó como profesor de primaria como primera
especialidad, y como segunda en artesanía.
Ha ganado varios concursos de poesía como, por ejemplo, el
que realizó el periódico Gaceta en Trujillo (1969)
Es autor de los dramas: El
veneno de los hijos, A más pobreza más
injusticia,El regreso de Maricucha,
Los dos compadres, La pedida de mano, Así soy en mi Escuela, Bendición
de madre, Abnegación de padre y La Escuela de mi tierra.
Las obras que ha puesto a escena son: El veneno de los hijos, A más
pobreza más injusticia, Los dos
compadres y La pedida de mano.
En el año 2004 incursionó como actor principal en la película
CORAJE del cineasta Héctor Marreros Vásquez.
En Cajamarca con el amigo Enrique Boy |
Lúcido Enrique Boy
Palacios(1965).-
Nació en Cajabamba. Es abogado graduado en la Universidad Nacional “Pedro Ruiz
Gallo” de Lambayeque. Estudió Maestría en la Universidad Nacional de Cajamarca.
Fue Juez de Paz Letrado Suplente, Teniente Alcalde de la Municipalidad
provincial de Cajabamba, Fiscal Provincial Titular Mixto de Cajabamba, Profesor
de la Facultad de Derecho de la Universidad Privada “San Pedro”. Ha publicado
los siguientes libros: Para Chatear con
Apolo, Cambio social, Leyes de la narración y Cuentos para todos.
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