En el blog Celendín Pueblo Mágico (CPM 2) se han publicado cuatro textos con opiniones disímiles respecto al SUTEP (Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú). Quien firma con el seudónimo de Crispín Pipiritaño y el profesor Jorge Horna Chávez han sido los protagonistas de ese breve debate.
Nuestro blog también publicó los dos primeros textos, con la autorización de los autores de los mismos.
A la redacción de Chungo y Batán ha llegado un artículo firmado por Julio Yovera sobre el mismo asunto; lo publicamos porque creemos que es un alcance para esclarecer los divergentes puntos de vista. (NdR)
Por: Julio Yovera B.
Hemos leído un testimonio de Ismael León, en el
interesante Hildebrandt en sus trece. Nos dice que hace 37 años, una
docente y sus alumnos, en Huancayo, construían conocimiento desde la
cotidianidad del aula. Tiempos después, continúa, se informó que la profesora
aplicaba el modelo constructivista. La deducción del señor León no coincide con
la verdad histórica.
El
constructivismo fue inducido en los 90s y se le presentó como la colina del
aprendizaje eficiente, aunque era obvio que su aplicación fue complementaria a
la imposición de un modelo económico mafioso y depredador.
El gurú del FMI,
Milton Friedman (1912-2006) redactó cartas de intención para que los gobiernos
redujeran el gasto fiscal; el régimen de Fujimori lo aplicó y pretendió
privatizar la escuela pública. No lo logró por la tenaz oposición del
SUTEP.
La nota del señor
León pretende golpear al gremio porque sus dirigentes y afiliados, según él, no
se interesan en el tema pedagógico, si lo hacen ahora es por maniobra y por
cálculo. Alucinándose un Napoleón, lanza su grito de combate: “Hay que parar al
SUTEP”.
No es éste el
único cónclave pedagógico del gremio. En 1974, en los ambientes de la Universidad Enrique
Guzmán y Valle, La Cantuta,
se realizó el Primer Congreso Pedagógico. En él, por primera vez los
maestros, desde una perspectiva mariateguista, debatieron los temas de la
educación e hicieron una valoración a la reforma educativa, que impulsó el
general Velasco.
Esa valoración
estuvo marcada de ideologismo y no rescató los aspectos positivos de la
reforma, mas, si hay que ser objetivos diremos, que pesó más la actitud
autoritaria del gobierno, que persiguió, subrogó, encarceló y asesinó a líderes
y activistas del SUTEP. Balance sí, pero para ambos lados.
La derrota de los
militares tuvo en el SUTEP a una de sus protagonistas, sino ¿cómo así el
ministro de educación del gobierno segundo del arquitecto Belaunde, Luis Felipe
Alarco, llamó a los maestros “paladines de la lucha por la democracia”?
El segundo
congreso aconteció en el 2001. Se analizó la reforma educativa neoliberal. Sus
mentores, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, hicieron
malabares para mediatizar a Lev Vygotsky, el psicólogo y lingüista ruso, que en
la década del 30 dijo que el marxismo lo concebía como un método de
investigación, no como un dogma. El neoliberalismo lo manipuló, al extremo que
sus intelectuales hicieron un coctel teórico llamado constructivismo y que
ensamblaba el pensamiento de Vygotsky, Piaget y Ausubel. Al primero le
extirparon su pensamiento y caricaturizaron su método. No se sonrojaron los
expertos del Ministerio de Educación cuando los maestros del SUTEP advirtieron
la utilización grosera de un científico marxista, justo cuando Fukuyama vendía
su tesis del “fin de la historia”. Lo más probable es que los expertos
nacionales no supieran, y no sepan hasta ahora, cuál fue la formación del genio
creador de las zonas de desarrollo y del aprendizaje histórico cultural. Por
cierto, el señor Ismael León, tampoco lo sabe.
El III Congreso
Pedagógico, que acaba de concluir, ha hecho un diagnóstico descarnado de la
realidad educativa, ha señalado los lineamientos del proyecto nacional de
educación y ha formulado una propuesta de modelo pedagógico y de currículo.
Decir que la
educación está en crisis es afirmar una verdad de Perogrullo y “argumentar” que
los docentes son los responsables es ingenuidad o mala fe. Más aún,
excluir de responsabilidad al régimen de turno es darle impunidad a
los autores de más de un delito: reducción sistemática del porcentaje del PBI
al sector, desaparición de las ayudas económicas solidarias de la comunidad
internacional a las escuelas afectadas por los desastres naturales, sueldos
míseros, estafa al Consejo Nacional de Educación y al país en el tema del
Proyecto Nacional de Educación, evaluación sesgada y unilateral, que no mide
desempeños en el aula como lo recomiendan los expertos, libres de cualquier
influencia marxista, como Cardó y Rivero del Consejo Nacional y como se hace en
otras latitudes (Finlandia, Suiza, Chile)
El SUTEP ha sido
el contestatario perpetuo. Ahora se propone atender de manera sostenida el
ámbito pedagógico. Les corresponde, no solo porque es su medio natural, sino
porque su concurso será decisivo para sacar a la educación pública del
atolladero al que la han conducido los grupos de poder transnacional, contando
con la incondicionalidad de los gobiernos.
¿Ismael León está
desinformado?, ¿es un neoliberal contumaz?, ¿es devoto de dos altares?,
¿lo obnubilan sus prejuicios? En el primer caso hay remedio; en el segundo y el
tercero, el cáncer es terminal; en el último, puede revertir su
enfermedad.
El enemigo del
país es el modelo salvaje y sus mafias cleptómanas. A ambos hay que pararlos y
derrotarlos.
Que no se dude,
los maestros contribuiremos a ello.
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