Por Jorge Horna
Escritor Alfredo Pita |
Alfredo Pita ha logrado con Extraños frutos, que se suma a otros libros de cuentos y novelas de su autoría, desentrañar los sentimientos que emergen para hacerse evidencia, como un reto inesperado en la existencia humana. Pone al descubierto la vida del habitante urbano que lanzado a la deriva debe batallar para sobrevivir. Pita ha elegido el mar como espacio connotativo ("Neblina Mundo", "El naufragio de la vida"). Pero ese ser humano con sus tribulaciones a cuestas, se ve impelido a ser también nómade; entonces es la ciudad, la urbe, la calle, el otro escenario para la lucha e inmanencia, donde acecha la violencia cotidiana, las guerras fratricidas que se remontan a los primeros tiempos del hombre en la Tierra, y que asaltan la conciencia como una sombra espeluznante.
Carátula de Extraños Frutos |
Así son los cuentos de Extraños frutos, reflejan esa "cólera justa y sagrada" de los marginados urbanos, de los echados de su tierra, para migrar oteando siempre la esperanza en los luceros de la nocturnidad.
Dos son los cuentos de este libro en los que Alfredo expresa los recuerdos de una infancia vivida y nutrida en la comarca, Villamalia: "Salvador" y "Pishtaco", escritos el 2010 y 2009, respectivamente. El primero relata las frustraciones que empujan al protagonista por los caminos de la codicia y la ambición, valiéndose para ello del delito, que nunca paga o malpaga."Pishtaco" alude al mito andino de los descuartizadores de hombres, historias que Alfredo también escuchó en su Villamalia (Celendín), en los entornos más cercanos e íntimos.
Extraños frutos confirma el compromiso del autor con el lenguaje bien trabajado, la imaginación para elaborar tramas conmovedoras, pericia dosificadora en el uso de diversas técnicas narrativas, y la exposición y tratamiento de los problemas humanos contemporáneos que agobian a las ciudades.
0 comentarios:
Publicar un comentario