Escribe. Ing. Secundino Silva Urquía
En noviembre del 2015 concedí una entrevista al blog “CHUNGO Y BATÁN”; la
misma que en enero del 2016 reprodujo FUSCÁN en las páginas centrales de su
edición N° 22. Rompía así un silencio que inició el 05 octubre del 2014. Como
se recuerda, ese día fueron las últimas elecciones municipales; y en Sucre,
hubo un escandaloso fraude, probado por la inexistencia del símbolo “sombrero” del movimiento que postuló a mi
persona (FRENTE REGIONAL), en muchas cédulas de votación y en todas las actas
de escrutinio. Hay quienes sostienen que tal fraude fue orquestado “desde
arriba”, por temores a nuestra firme oposición a los proyectos mineros en Celendín-Cajamarca.
El día de las elecciones, la ONPE estuvo escandalosamente parcializada con
“ACCIÓN POPULAR”; y el Jurado Nacional de Elecciones declaró improcedente la solicitud
de siete candidatos perdedores para anular el proceso, argumentando que “entre los firmantes no estaba el candidato
agraviado”, o sea mi persona. Cierto, no firmé la solicitud ni estuve entre
los perdedores; decidí no mezclarme con impresentables que pedían nulidad de
elecciones, habiendo propiciado también la participación de numerosos votantes
golondrinos…
Como consecuencia, Wilson Zavaleta Pérez, resultó “el mal menor” y se erigió como “alcalde del distrito Sucre” para el período 2015-2018.
Recuerdo lo anterior porque, al responder preguntas del entrevistador,
dije que: “no creía en Wilson Zavaleta; y
que no haría buena gestión porque su ‘plan de gobierno’ no respondía a la problemática
de Sucre. No veía por ningún lado su tan promocionada capacidad; y porque a
casi un año de su gestión, ni siquiera había definido qué proyectos de
desarrollo distrital impulsaría”. “Aún hay tiempo...”, me refutó el
entrevistador; “tiempo hay, pero
esperanza no... porque lo que mal
empieza mal acaba”, repliqué. Hoy a menos de ocho meses para que esta gestión
edil culmine; puedo afirmar, decepcionado como muchos sucreños, no solo que el
tiempo nos dio la razón y la gestión fue improductiva; sino que resultó
desastrosa…
Cuentan que luego de leer aquella entrevista, el alcalde Zavaleta salió,
al día siguiente en SUCRE TELEVISIÓN, a leer una “lista de proyectos y obras para desarrollar el distrito”; la
inversión que totalizaban era de aproximadamente 40 millones de soles. Si algunos
perfiles o proyectos fueron hechos, muchos sucreños nos preguntamos: ¿en qué
nivel de gestión están a la fecha?
Se sabe que los únicos trabajos de la gestión de Wilson Zavaleta, son:
un pequeño criadero de truchas en el “El Común”, puentecitos de madera y
afirmado de la carretera hacia El Isco, arreglo del frontis del cementerio; y
otros que la propaganda presenta como “grandes
obras”. La desfachatez propagandística, llega incluso a adjudicar a su
gestión la obra del MVTC: “Mejoramiento
de la carretera Calconga-Bellavista de Cajén y Muñuño-Tallambo”; y dice que
“por primera vez en la historia Sucre se
logra que otra institución estatal financie una obra en Sucre”. Tremenda
falsedad solo lo puede decir alguien que no conoce la realidad ni la historia
de Sucre; ya que basta recordar lo siguiente: la construcción de la carretera
Sucre-Oxamarca, los centros educativos de primaria y secundaria de Sucre y
Calconga, el mercado de Cruzconga, la iglesia y local comunal de La Quinuilla,
etc. se han hecho con presupuestos que no salieron de Municipalidad Distrital
de Sucre.
Como ciudadanos sucreños, pedimos ahora al alcalde y/o regidores, que
al menos informen ¿cuántos contratos se firmó en esta gestión para elaborar perfiles
y proyectos de inversión?; ¿cuántos están presentados en las entidades públicas?;
¿en qué nivel de gestión están? Se sabe que el “argumento de justificación” a
la improductividad y falta de obras, siempre es uno: “no hay plata”. ¿Dónde queda la “capacidad
de gestión” de la que tanto se ufanaron? ¿Qué hace el gran “equipo de limeños”?
Vuelvo a sugerirle a nuestro alcalde que venda todo ese improductivo ganado
(manso y bravo) del fundo El Sauco, que solo sirve para justificar robos vía “compra de medicinas”, e invierta ese
dinero siquiera en el perfil de un proyecto importante para Sucre; se me ocurre
uno de saneamiento y salubridad: la planta de tratamiento de aguas residuales
(PTAR), para que los desagües de la ciudad no sigan contaminando al
río; y esas aguas contaminadas no pasen cerca al tan promocionado “parque
ecológico encanto de Sucre”. ¿Lo hará en los casi ocho meses que le
queda? Ojalá la ciudadanía y siquiera el regidor de oposición lo presionen...
En octubre próximo habrá elecciones para renovar alcaldes y
gobernadores regionales. Aparecerán varios candidatos convenidos, oportunistas y
tránsfugas; y ojalá algunos bien intencionados con el progreso de nuestra
patria chica, somos y seremos positivos.
Particularmente en Sucre hay muchísimo por hacer, ya que su desarrollo
está casi estancado desde inicios de los setenta; es decir, cerca ya de medio
siglo. Ninguno de nuestros alcaldes pudo concebir un Proyecto de Desarrollo Integral para
el distrito, con un plan y obras de impacto.
En tal sentido, en julio del 2017, con un artículo titulado: “SUCRE-CELENDÍN,
HACIA LAS ELECIONES DEL 2018 Y SU FUTURO”, propuse que este proyecto lo haga la
población en conjunción con sus autoridades, dirigentes y los profesionales
sucreños de las diferentes especialidades. Solo Humberto Chamán Silva (“Pepey”),
domiciliado en Ferreñafe, secundó mi sugerencia con un corto y brillante
artículo titulado: “PROPICIANDO EL DEBATE SOBRE LA REALIDAD DE NUESTRO DISTRITO
SUCRE”. Se adjuntan links.
El pasado domingo 08/04, en La Molina y en casa del Dr. Leoncio Aliaga
Díaz, hubo una amena reunión de la promoción 1977 del Colegio ‘San José’ de
Sucre, a la que me honra pertenecer. La ocasión fue propicia para reencontrarnos
diez de la treintena de inolvidables compañeros y amigos: Nelly Aliaga Zegarra,
Osbitio Aliaga Zegarra, Sara Díaz Silva, Napoleón Zegarra Salazar, Gladys y
Mario Torres Marín, Anita Zegarra Guerrero, mi hermano Néstor, entre otros
amigos y paisanos. Como siempre, fue inevitable recordar y hablar de nuestro
Sucre, de las elecciones que se vienen, de los posibles candidatos a la alcaldía,
etc. Nelly Aliaga, ingeniera agrónoma con maestría en desarrollo agrario-cooperativo,
secundó mi propuesta de hacer que la campiña de Sucre se destine
prioritariamente a la producción agrícola; y para que esta actividad sea
rentable es necesario la obra de infraestructura hidráulica para
represar el caudal de los manantiales de la quebrada La Quintilla y
dotar de riego tecnificado a toda la campiña. Para financiar este proyecto
se requiere organizar legal y formalmente a la población beneficiaria; tarea
nada fácil, considerando que en nuestra población no hay cultura para la asociatividad;
y por el contrario priman el personalismo, el egoísmo y otros lastres del
desarrollo humano.
Este planteamiento de construir infraestructura hidráulica con riego
tecnificado; también lo hicimos para el valle del río Tincat y la pampa Sumbatillo
ubicadas en la altura de Sucre, y de modo reiterativo en las campañas
electorales del 2010 y 2014.
La Ing. Nelly Aliaga Zegarra comentó que Ecuador cambió la mentalidad
de su gente hacia una cultura colectivista y solidaria, desde la educación
inicial y tiene un cooperativismo exitoso. El gobierno local debe hacer un plan
educativo, en coordinación con los profesores y padres de familia, orientado a
la implementación de una educación de este tipo. Para hacerle frente a la
globalización económica, que empobrece más a los más débiles, se debe globalizar
también la solidaridad.
Las mencionadas obras hidráulicas, más el necesario cambio educativo y de
mentalidad, deben ser parte del gran proyecto de desarrollo agrario en Sucre. De
otro lado, distritos andinos como Sucre, ya tienen el problema del minifundio. El
expresidente Juan Velasco Alvarado lo había previsto; por eso el espíritu de
la Ley de Reforma Agraria era desarrollar el cooperativismo agrario. Y por esto,
cuando la derecha vengativa retomó el poder en 1980 con ACCIÓN POPULAR, anuló
todo apoyo al cooperativismo agrario; entonces, el actual alcalde de Sucre y
militante de ese partido debió celebrarlo; ya que, como autoridad, ni siquiera
intentó organizar a la población distrital dedicada a la agricultura y
ganadería, asunto que también se le sugirió.
Con parcelas, cada vez más pequeñas por el traspaso hereditario de la
propiedad, son imposibles los emprendimientos individuales; por tanto, éstos
tienen que ser asociativos y cooperativos. Para generar la educación y
organización social que propicie y sostenga este tipo de proyectos, debe darse
el apoyo municipal; masificar los huertos escolares, por ejemplo, en vez de malgastar
los exiguos recursos en financiar “concursos
literarios”, ya cuestionados por entendidos; explicando que la gran mayoría
de niños y jóvenes no están preparados para concursar, porque no están bien formados
ni en comprensión lectora, menos en redacción y narrativa.
En el mismo sentido asociativo y de obtención de logros y progreso, con
el Ing. Osbitio Aliaga, hablamos de otro gran proyecto de impacto al desarrollo
de Sucre. Le comenté que en las dos campañas electorales pasadas, había
planteado la necesidad de construir una obra de desarrollo económico-comercial en
San Juan de la Alianza (El Isco), como única salida para que las capitales
de los distritos Sucre, Jorge Chávez y José Gálvez, rompan su dependencia
económico-comercial de la ciudad de Celendín. Usando la mancomunidad municipal,
estos tres distritos tendrían que comprar los terrenos o expropiarlos, con el
objetivo de construir allí un centro comercial y pecuario, mejor que el que los
caseríos de la altura de Sucre hicieron en Cruzconga; pero con el mismo ejemplo
integrador. Si los caseríos de la altura pudieron hacerlo, ¿por qué no podrían
tres capitales distritales, más los caseríos que cada una tiene en la campiña?
Separados jamás lograrán nada impactante. Así dejamos planteado el tercer
proyecto de impacto para el desarrollo del distrito Sucre.
Ya dije antes que las grandes obras nacen de los sueños de algunas
personas. Y así como el agua de La Quesera, en cuya ejecución de obra participé,
desde Sucre llegó a José Gálvez, Jorge Chávez y Celendín; soñemos que un día la
ciudad de Sucre y sus vecinas tendrían: una PTAR que evite la contaminación del
río con sus desagües; campiñas con riego tecnificado para multiplicar su
producción agrícola y pecuaria; un comercio diversificado, competitivo y
unificado en El Isco; etc.
Lima, 11 de abril del 2018
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