Parece que la Comisión de Justicia del Congreso ha excluido a la Justicia Rondera de un dictamen que busca crear un nuevo Código Penal. A los que vivimos en las zonas rurales es como dejarnos sin justicia. Por eso el Poder Judicial teme que se elimine este servicio desinteresado que dan las Rondas, y que signifique la criminalización de las mismas. El Juez Duberlí Rodríguez Tineo, de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, dice: “Sería lamentable que todo el camino que se ha avanzado se retrocediera para pasarlas prácticamente a la ilegalidad, con lo cual vendría una persecución penal contra las Rondas Campesinas, una criminalización.”(La República, 8 de Junio 2015)
No se lo podrán creer pero en la provincia de Jaén hay 12 Federaciones distritales, una por cada distrito, y cada una tiene de promedio unas cuatro sectoriales, y las sectoriales cuentan con cinco o seis bases, no menos de cuatro, que así llaman a los caseríos. Los distritos de San José del Alto y San Felipe son los que menos sectoriales tienen, y cuentan con tres sectoriales, pero el distrito de Colasay tiene siete y el Jaén ocho. En total 46 sectoriales por seis bases cada una hacen 276 bases, por unos 20 ronderos en cada base, hacen 5.420 ronderos organizados. Cuando va a llegar el Poder Judicial del Estado peruano a las sectoriales? si ni siquiera llega a los distritos? La policía con las justas está en los distritos y con no más de seis efectivos, para cuarenta o cincuenta caseríos que tiene cada distrito. Cuanto le cuesta al Estado esta organización? Nada, ni un céntimo, y el Congreso del Perú le va a quitar la facultad de administrar justicia en casos de su competencia? Y la razón más fuerte, que da nuestro amigo Juan Carlos Eguren es porque se produce duplicidad de funciones? Habrán visto alguna vez los distritos de Cajamarca, mal comunicados, a algún juez o algún fiscal? Nunca, sino para el levantamiento de cadáveres. Así que Sres. Congresistas limeños, por favor miren al Perú, aunque sea en un mapa y después decidan si quieren dejarnos sin la única justicia que tenemos.
Paco Muguiro Ibarra
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