LA MOVILIZACIÓN CIUDADANA DE ESTE 27 DE JULIO

LA JUVENTUD, DE PRONTO…

Ni el anuncio de que se prohibía la marcha, ni que el Movadef desataría la violencia, lograron el objetivo de amedrentar y salieron a las calles decenas de miles de ciudadanos y trabajadores, incluidos ancianos del Fonavi. Pero no se veía a los jóvenes. Dónde estaban los que han comenzado a encarnar el aliento vital de estos tiempos de cambio de época.

Entonces, por el pavimento aledaño de la avenida Abancay irrumpieron tantos millares, en trote entusiasta y combativo, imaginativos, con muñecos alegóricos contra la impunidad ante la corrupción, ante la componenda en el poder y definitivamente contra el agotado capitalismo global.

UN VIEJO GUERRERO AL LADO DEL CAMINO

Sentado en carril del medio, un poco oculto por la multitud desplazada en ambos bandos, estaba un antiguo luchador social. Su sombrero de paja, la bolsa de lana colgada a su hombro, ya anciano. Hugo Blanco. De adelgazado rostro, con recortada barba blanca. No la de antes. Anónimo. Lo vi solito. ¿Acaso esta generosa juventud no lo reconoce?, me dije. Sino atamos el presente a nuestro pasado, no vamos bien. Entonces me acerqué efusivo, me tendió la mano sonriente. Maestro, usted siempre presente, le dije. Siempre, siempre, me dijo. Y no me dejó ir sin antes ofertarme su folleto “La lucha es el camino”.

Fue ahí no más que comenzaron a estallar las bombas lacrimógenas, sobre la multitud, como si estuvieran esperando cualquier motivo para dispersar a la conciencia social allí presente, que es a lo que más temen.

 

 

Fuente: Facebook del escritor Arturo Bolìvar Barreto.