Por Kike Chávez
Mientras escribo estas líneas, la Universidad Nacional de Cajamarca vive una suerte de convulsión: las elecciones generales para elegir Federación y Centros Federados han terminado y el Comité Electoral realiza el cómputo general de las mesas escrutadas.
La política dentro de la universidad despierta un sinnúmero de pasiones indescriptibles y hasta inexplicables. La pugna electoral adquiere en algún momento una intensidad que a veces se traduce en lamentables agresiones físicas y verbales.
La campaña que ha termimado, se ha caracterizado por una actividad propagandista inédita. Las gigantografías han reemplazado a las viejas pizarras de triplay; los volantes a color se han impuesto ante los antes vigentes volantes fotocopiados, en fin… Se invierte mucho en propaganda y, tristemente, en un gran número de casos, la propuesta y la visión de universidad se ha banalizado.
Un debate de candidatos que es casi una reyerta de cantina, un despliegue de múltiples y mutuas acusaciones, una apología al maleteo como propuesta, un desfile de artimañas tendientes a deslegitimar al contendor antes que brindar una solución a la escasez de institucionalidad de los gremios estudiantiles y la propia universidad.
Casi nadie habla, por ejemplo, de la necesidad imperiosa de transformar el modelo de universidad. Se ofrecen muchas cosas, a veces sin tener claro cómo realizarlas, e incluso sin contar con los factores que inevitablemente tendrían que tenerse en cuenta.
Por ejemplo: se ha ofrecido a los estudiantes la realización de prácticas pre profesionales desde tercer año. Sin embargo, poco se ha dicho que este ofrecimiento debe estructurarse dentro de una reforma curricular seria. Porque, surge una interrogante: con un modelo de universidad en el cual se privilegia la docencia, el dictado de clases y se vive un enclaustramiento de siete u ocho horas diarias de sesiones de aprendizaje, ¿en qué momento haría prácticas un estudiante?
El problema se muestra lo suficiente, y sin embargo, no ha sido tomado en cuenta por casi ninguna agrupación.
Y así por el estilo, mucho de lo que se ofrece no tiene un cómo… Las propuestas nadan en el vacío. Este puede ser una de las causas de que casi en toda elección se prometa lo mismo, y no logren cumplirse las expectativas.
Y es que además, las propuestas abarcan por lo general la transformación de la realidad universitaria, y se olvida que el primer paso debería ser el fortalecimiento de la institucionalidad de la propia Federación de Estudiantes y los Centros Federados. Y es que, aunque sea increíble, nuestra gloriosa Federación no tiene ni siquiera un estatuto que la norme y regule. De ahí que muchas veces haya terminado convertida en una camarilla de dirigentes y haya abandonado su carácter de gremio representativo.
La situación es crítica, pero más crítico aún es que no se haya debatido estas cuestiones en la campaña que terminó.
Alguien ganará la Federación Universitaria: puede ser Patria Roja con su agrupación estudiantil UNES, o UNC, o PIE, o META.
Aún no hay resultados oficiales. Pero alguien ganará las elecciones hoy. Y ya que durante la campaña no se trataron temas realmente relevantes, no hay que perder la esperanza de que quien sea el ganador, pueda tener en cuenta lo primordial.
La política dentro de la universidad despierta un sinnúmero de pasiones indescriptibles y hasta inexplicables. La pugna electoral adquiere en algún momento una intensidad que a veces se traduce en lamentables agresiones físicas y verbales.
La campaña que ha termimado, se ha caracterizado por una actividad propagandista inédita. Las gigantografías han reemplazado a las viejas pizarras de triplay; los volantes a color se han impuesto ante los antes vigentes volantes fotocopiados, en fin… Se invierte mucho en propaganda y, tristemente, en un gran número de casos, la propuesta y la visión de universidad se ha banalizado.
Un debate de candidatos que es casi una reyerta de cantina, un despliegue de múltiples y mutuas acusaciones, una apología al maleteo como propuesta, un desfile de artimañas tendientes a deslegitimar al contendor antes que brindar una solución a la escasez de institucionalidad de los gremios estudiantiles y la propia universidad.
Casi nadie habla, por ejemplo, de la necesidad imperiosa de transformar el modelo de universidad. Se ofrecen muchas cosas, a veces sin tener claro cómo realizarlas, e incluso sin contar con los factores que inevitablemente tendrían que tenerse en cuenta.
Por ejemplo: se ha ofrecido a los estudiantes la realización de prácticas pre profesionales desde tercer año. Sin embargo, poco se ha dicho que este ofrecimiento debe estructurarse dentro de una reforma curricular seria. Porque, surge una interrogante: con un modelo de universidad en el cual se privilegia la docencia, el dictado de clases y se vive un enclaustramiento de siete u ocho horas diarias de sesiones de aprendizaje, ¿en qué momento haría prácticas un estudiante?
El problema se muestra lo suficiente, y sin embargo, no ha sido tomado en cuenta por casi ninguna agrupación.
Y así por el estilo, mucho de lo que se ofrece no tiene un cómo… Las propuestas nadan en el vacío. Este puede ser una de las causas de que casi en toda elección se prometa lo mismo, y no logren cumplirse las expectativas.
Y es que además, las propuestas abarcan por lo general la transformación de la realidad universitaria, y se olvida que el primer paso debería ser el fortalecimiento de la institucionalidad de la propia Federación de Estudiantes y los Centros Federados. Y es que, aunque sea increíble, nuestra gloriosa Federación no tiene ni siquiera un estatuto que la norme y regule. De ahí que muchas veces haya terminado convertida en una camarilla de dirigentes y haya abandonado su carácter de gremio representativo.
La situación es crítica, pero más crítico aún es que no se haya debatido estas cuestiones en la campaña que terminó.
Alguien ganará la Federación Universitaria: puede ser Patria Roja con su agrupación estudiantil UNES, o UNC, o PIE, o META.
Aún no hay resultados oficiales. Pero alguien ganará las elecciones hoy. Y ya que durante la campaña no se trataron temas realmente relevantes, no hay que perder la esperanza de que quien sea el ganador, pueda tener en cuenta lo primordial.
De El Tiempo, Cajamarca
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