Latinoamérica - Perú |
Jueves 13 de Septiembre de 2012 20:59 |
"El
pueblo de Tambogrande dormía en lecho de oro. Había oro bajo las casas,
y nadie lo sabía. La noticia llegó junto con la orden de desalojo. El
gobierno peruano había vendido el pueblo entero a la empresa Manhattan
Minerals Corporation."
Por Eduardo Galeano*
Junio 3
La venganza de Atahualpa
El pueblo de Tambogrande dormía en lecho de oro.
Había oro bajo las casas, y nadie lo sabía.
La noticia llegó junto con la orden de desalojo. El gobierno peruano
había vendido el pueblo entero a la empresa Manhattan Minerals
Corporation.
Ahora serán todos millonarios, les dijeron. Pero nadie obedeció. En
el día de hoy del año 2002, se conoció el resultado del plebiscito: los
habitantes de Tambogrande decidieron seguir viviendo de las paltas, los
mangos, las limas y demás frutos de la tierra trabajosamente conquistada
al desierto.
Bien saben ellos que el oro maldice los lugares donde aparece: deja
cerros volados por la dinamita y ríos envenenados por los residuos de
las empresas mineras, que contienen más cianuro que agua bendita.
Y quizá también saben que el oro enloquece a la gente, porque el hambre de oro crece comiendo.
En 1533, el conquistador español Francisco Pizarro mandó estrangular a
Atahualpa, rey del Perú, aunque ya Atahualpa le había entregado todo el
oro que exigía.
* Los Hijos de los Días, 2012, página 183.
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miércoles, 3 de octubre de 2012
La venganza de Atahualpa
Etiquetas:
Opinión libre / Minería
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