Por: Edwin Aliaga Pereyra – Mayor PNP (r)
El nuevo Jefe Policial de Cajamarca, ha entendido muy bien lo que nuestro Primer Mandatario quiso decir con la desición de encabezar la lucha contra la delincuencia, asumiendo la Presidencia del Comité Nacional de Seguridad Ciudadana. Afirmamos esto, porque el General Víctor Rojas Herrera, proveniente de la ex Guardia Civil y con una impecable hoja de servicios, tuvo como primera acción, aparte de reunirse con el dirigente de las Rondas de la jurisdicción Fernando Chuquilín, declarar para un medio de prensa: “Vamos a mejorar el Servicio Policial”. “Hay buena predisposición de la municipalidad para mejorarlo”. “No vamos a hacer nada sino estamos unidos”.
Como todos conocemos la Seguridad Ciudadana no sólo se ha colocado en uno de los primeros lugares de la agenda política nacional; sino también en el reclamo constante que la población hace a sus autoridades.
El Sr. Jorge Iparraguirre Mestanza (Guardia Republicano), a quien el General Rojas reemplaza, fue muy criticado por los medios de comunicación cajamarquinos, lo acusaban de incapacidad para desempeñar el cargo de Jefe de la XIV DIRTEPOL y de una aparente permisibilidad con las irregularidades en los gastos del presupuesto asignado a la policía, tales como abastecimiento de combustible, racionamiento, entre otros.
Con estas experiencias, sumadas al incremento del delito y, principalmente, a la voluntad política de las autoridades recién electas, se nota en los altos funcionarios del Estado, un cambio de actitud.
Al parecer nuestra primera autoridad policial en Cajamarca, ha considerado este problema, no solo como una responsabilidad policial, sino, como un tema en el que tienen que interactuar la sociedad civil organizada, las entidades públicas y privadas, más la ciudadanía en general. Esperamos que las acciones a tomar conlleven a mejores diagnósticos y a diseñar alternativas innovadoras, para desterrar esta sensación de inseguridad, con metas a corto y largo plazo que aseguren la eficiencia y eficacia de su ejecución.
Para la planificación de esta importante labor, como es la Seguridad Ciudadana, se debe, en primer lugar, realizar una evaluación del Mapa del Delito y demás causas que generan su comisión, teniendo en cuenta lo siguiente:
1. Puntos críticos de mayor incidencia delictiva.
2. Lugares de micro comercialización de drogas
3. Lugares donde se ejerce la prostitución clandestina.
4. Lugares de mayor incidencia de accidentes de tránsito.
5. Lugares donde se presenta acciones de pandillaje pernicioso
6. Locales donde se atente contra la moral pública.
7. Deserción escolar.
8. Abandono escolar.
9. Consumo de alcohol y drogas
10. Embarazo en edad escolar.
11. Pandillaje escolar.
12. Escasa participación de los padres de familia en el proceso educativo
13. Espacios públicos abandonados
14. Lugares con escasa iluminación artificial
15. Lugares con inadecuada señalización en seguridad vial
16. Número de paraderos informales
17. Lugares de comercio ambulatorio.
18. Locales comerciales sin licencia.
19. Número de lugares donde se expende licor a menores de edad, o en horario restringido.
20. Puntos vulnerables (lugares de mayor probabilidad para la comisión de delitos)
21. Focos infecciosos (basura, aniegos, etc.)
22. Otras situaciones que generen inseguridad, propias de cada realidad.
La Policía Nacional del Perú, tiene entre una de sus finalidades, la de prevenir, investigar y combatir la delincuencia. Actualmente tiene déficit de efectivos policiales que no permite una adecuada cobertura de los servicios, observándose que existe un gran potencial humano dedicado a funciones administrativas, debiéndose racionalizar este personal y así poder sumarlos al servicio de Seguridad Ciudadana, sugiriéndose (muy aparte de los ya indicados por el señor Presidente de la República, como el Servicio Policial Voluntario, la eliminación del Servicio Policial “1X1”, la implementación de cámaras de video, etc., etc.) lo siguiente:
1. Se debe sumar al personal de inteligencia, con efectivos policiales en situación de retiro, para la búsqueda de información y que voluntariamente deseen colaborar con la PNP y sociedad.
2. Se debe reemplazar al personal de las diferentes Inspectorías, con personal voluntario de la PNP que ha pasado a la situación de retiro, a quienes se les otorgará un incentivo económico, y este personal dependerá directamente de la Oficina de Control Interno del Ministerio del Interior.
3. A nivel nacional existe personal policial que realiza labores administrativas, estos cuadros deberían ser reemplazados, en forma temporal, hasta que los de Servicio Policial Voluntario se integren y adapten al servicio, con personal en situación de retiro, con trato similar indicado en el numeral anterior, incrementándose de esta manera con un mayor número de efectivos policiales para el servicio de calle.
4. Se debe también, disminuir en cuanto al número de efectivos en los grados, tanto en el personal de Oficiales como de Suboficiales, ya que no es posible que existan más Generales y Coroneles que Alféreces, o Superiores y Brigadieres que Suboficiales de Tercera; es decir, existen en la institución policial más gerentes que empleados.
5. Que el personal del Ejército Peruano se haga cargo de los Puestos de Vigilancia de fronteras (PVI) a nivel nacional, y los efectivos policiales pasen a prestar servicios de calle.
6. Que se legisle sobre personal de Serenazgo, a fin de que se le otorgue la autoridad necesaria, similar al de la policía nacional, se le faculte el uso de armas, entre otras funciones que impliquen generar en la sociedad un clima de seguridad y tranquilidad ciudadana, debiendo trabajar en forma coordinada con las Comisarías y Unidades especializadas de la PNP encargadas bajo la dirección del poder jurisdiccional y Ministerio Público en la prevención e investigación de las Faltas y Delitos respectivamente.
7. Teniendo en consideración, los escasos recursos con los que cuenta el Estado y la corrupción reinante en muchos de los funcionarios y empleados del INPE, el Gobierno debería, aparte de depurar a los malos elementos, tomar acciones más radicales para mejorar la Seguridad Ciudadana; resultando relevante y de necesidad nacional, asignar responsabilidades al Ejército Peruano en las labores de Seguridad interna y externa de los Establecimientos Penitenciarios a nivel nacional, y pasa con su presupuesto el personal del INPE a incrementar los cuadros de la PNP y poder contar con mayor número de efectivos para el servicio, previa capacitación.
Finalmente, la seguridad ciudadana, constituye un deber y una obligación exclusiva del Estado, a fin de salvaguardar la integridad y seguridad de las personas y proteger el disfrute de todos sus derechos. Por tal motivo, tiene que poner especial énfasis en la prevención y lucha contra la corrupción policial, que es, en nuestra opinión, una de las claves del éxito de cualquier política pública de Seguridad Ciudadana, pues siempre se requiere que la población en general confíe en su policía, de lo contrario estaríamos condenados a vivir en la inseguridad. Ya lo dijo el señor Presidente de la República “menos mal hacen los delincuentes que una mala autoridad” y que “dar el ejemplo es mejor que dar órdenes”.
Como todos conocemos la Seguridad Ciudadana no sólo se ha colocado en uno de los primeros lugares de la agenda política nacional; sino también en el reclamo constante que la población hace a sus autoridades.
El Sr. Jorge Iparraguirre Mestanza (Guardia Republicano), a quien el General Rojas reemplaza, fue muy criticado por los medios de comunicación cajamarquinos, lo acusaban de incapacidad para desempeñar el cargo de Jefe de la XIV DIRTEPOL y de una aparente permisibilidad con las irregularidades en los gastos del presupuesto asignado a la policía, tales como abastecimiento de combustible, racionamiento, entre otros.
Con estas experiencias, sumadas al incremento del delito y, principalmente, a la voluntad política de las autoridades recién electas, se nota en los altos funcionarios del Estado, un cambio de actitud.
Al parecer nuestra primera autoridad policial en Cajamarca, ha considerado este problema, no solo como una responsabilidad policial, sino, como un tema en el que tienen que interactuar la sociedad civil organizada, las entidades públicas y privadas, más la ciudadanía en general. Esperamos que las acciones a tomar conlleven a mejores diagnósticos y a diseñar alternativas innovadoras, para desterrar esta sensación de inseguridad, con metas a corto y largo plazo que aseguren la eficiencia y eficacia de su ejecución.
Para la planificación de esta importante labor, como es la Seguridad Ciudadana, se debe, en primer lugar, realizar una evaluación del Mapa del Delito y demás causas que generan su comisión, teniendo en cuenta lo siguiente:
1. Puntos críticos de mayor incidencia delictiva.
2. Lugares de micro comercialización de drogas
3. Lugares donde se ejerce la prostitución clandestina.
4. Lugares de mayor incidencia de accidentes de tránsito.
5. Lugares donde se presenta acciones de pandillaje pernicioso
6. Locales donde se atente contra la moral pública.
7. Deserción escolar.
8. Abandono escolar.
9. Consumo de alcohol y drogas
10. Embarazo en edad escolar.
11. Pandillaje escolar.
12. Escasa participación de los padres de familia en el proceso educativo
13. Espacios públicos abandonados
14. Lugares con escasa iluminación artificial
15. Lugares con inadecuada señalización en seguridad vial
16. Número de paraderos informales
17. Lugares de comercio ambulatorio.
18. Locales comerciales sin licencia.
19. Número de lugares donde se expende licor a menores de edad, o en horario restringido.
20. Puntos vulnerables (lugares de mayor probabilidad para la comisión de delitos)
21. Focos infecciosos (basura, aniegos, etc.)
22. Otras situaciones que generen inseguridad, propias de cada realidad.
La Policía Nacional del Perú, tiene entre una de sus finalidades, la de prevenir, investigar y combatir la delincuencia. Actualmente tiene déficit de efectivos policiales que no permite una adecuada cobertura de los servicios, observándose que existe un gran potencial humano dedicado a funciones administrativas, debiéndose racionalizar este personal y así poder sumarlos al servicio de Seguridad Ciudadana, sugiriéndose (muy aparte de los ya indicados por el señor Presidente de la República, como el Servicio Policial Voluntario, la eliminación del Servicio Policial “1X1”, la implementación de cámaras de video, etc., etc.) lo siguiente:
1. Se debe sumar al personal de inteligencia, con efectivos policiales en situación de retiro, para la búsqueda de información y que voluntariamente deseen colaborar con la PNP y sociedad.
2. Se debe reemplazar al personal de las diferentes Inspectorías, con personal voluntario de la PNP que ha pasado a la situación de retiro, a quienes se les otorgará un incentivo económico, y este personal dependerá directamente de la Oficina de Control Interno del Ministerio del Interior.
3. A nivel nacional existe personal policial que realiza labores administrativas, estos cuadros deberían ser reemplazados, en forma temporal, hasta que los de Servicio Policial Voluntario se integren y adapten al servicio, con personal en situación de retiro, con trato similar indicado en el numeral anterior, incrementándose de esta manera con un mayor número de efectivos policiales para el servicio de calle.
4. Se debe también, disminuir en cuanto al número de efectivos en los grados, tanto en el personal de Oficiales como de Suboficiales, ya que no es posible que existan más Generales y Coroneles que Alféreces, o Superiores y Brigadieres que Suboficiales de Tercera; es decir, existen en la institución policial más gerentes que empleados.
5. Que el personal del Ejército Peruano se haga cargo de los Puestos de Vigilancia de fronteras (PVI) a nivel nacional, y los efectivos policiales pasen a prestar servicios de calle.
6. Que se legisle sobre personal de Serenazgo, a fin de que se le otorgue la autoridad necesaria, similar al de la policía nacional, se le faculte el uso de armas, entre otras funciones que impliquen generar en la sociedad un clima de seguridad y tranquilidad ciudadana, debiendo trabajar en forma coordinada con las Comisarías y Unidades especializadas de la PNP encargadas bajo la dirección del poder jurisdiccional y Ministerio Público en la prevención e investigación de las Faltas y Delitos respectivamente.
7. Teniendo en consideración, los escasos recursos con los que cuenta el Estado y la corrupción reinante en muchos de los funcionarios y empleados del INPE, el Gobierno debería, aparte de depurar a los malos elementos, tomar acciones más radicales para mejorar la Seguridad Ciudadana; resultando relevante y de necesidad nacional, asignar responsabilidades al Ejército Peruano en las labores de Seguridad interna y externa de los Establecimientos Penitenciarios a nivel nacional, y pasa con su presupuesto el personal del INPE a incrementar los cuadros de la PNP y poder contar con mayor número de efectivos para el servicio, previa capacitación.
Finalmente, la seguridad ciudadana, constituye un deber y una obligación exclusiva del Estado, a fin de salvaguardar la integridad y seguridad de las personas y proteger el disfrute de todos sus derechos. Por tal motivo, tiene que poner especial énfasis en la prevención y lucha contra la corrupción policial, que es, en nuestra opinión, una de las claves del éxito de cualquier política pública de Seguridad Ciudadana, pues siempre se requiere que la población en general confíe en su policía, de lo contrario estaríamos condenados a vivir en la inseguridad. Ya lo dijo el señor Presidente de la República “menos mal hacen los delincuentes que una mala autoridad” y que “dar el ejemplo es mejor que dar órdenes”.
0 comentarios:
Publicar un comentario