Por Oswaldo de Rivero
La juventud estadounidense y la europea están tomando conciencia de que son una “generación perdida” como consecuencia de una política anticrisis que ha consistido en aplicar “seguridad social” al capital y austeridad a los ciudadanos.
Los jóvenes norteamericanos están pagando la factura de una economía capitalista financiera que ha destruido la economía real. Respecto a Europa surgieron movimientos de jóvenes “indignados” que protestan porque pagan una crisis que ellos no ocasionaron.
La elite política es la culpable del empeoramiento de la crisis por haber dejado a sus países en manos de los especuladores de bonos y de banqueros irresponsable.
Uno de los hechos más representativos de esta situación es un cartel en Atenas que dice: “¿Papa de qué lado estabas tú cuando los políticos estaban dilapidando el país?”
Los jóvenes se sienten así traicionados por una generación de políticos, que ha antepuesto sus intereses personales y los del casino financiero, a los intereses de una nueva generación que no es responsable del Crash del 2008.
Similar situación se vive en el mundo, según la OIT, como consecuencia de la crisis, el Desempleo juvenil mundial alcanzó el 13%, la más alta de su historia.
La bonanza económica de casi 10 años no redujo el Desempleo juvenil, que alcanza el 18% y los jóvenes peruanos no son ajenos a esta crisis.
El nuevo gobierno debe estar consciente que la bonanza causada por los precios de los minerales no va a ser eterna. China, nuestro principal importador, debido a la reducción del consumo en Estados Unidos y Europa, está exportando menos e incluso recurre a préstamos de los bancos, que puede crear una burbuja financiera y una crisis adicional a la norteamericana y la europea.
Frente a este peligro la dirigencia china ha dictado medidas para enfriar la economía que reducirán el crecimiento del PBI y con ello la colosal demanda de minerales. Es así posible que el Perú, dentro de un año, no cuente con una fuerte locomotora china para crecer como antes. Y a esto se unirán el alza imparable de los precios del petróleo y de los alimentos que importamos.
¿Ha pensado en este escenario el próximo gobierno? Si no lo ha hecho es mejor que lo haga y tenga un plan B porque la situación económica internacional va ser mucho menos favorable para luchar contra la exclusión social juvenil, que es la mayor y la más peligrosa que sufre el país.
Fuente: Diario La Primera viernes 29 de julio 2011.
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