Opinión libre: Del Ambiente Celendino (Agosto de 1928)

El blog Chungo y Batán presenta a sus lectores el siguiente texto sobre las corridas de toros realizadas año tras año en Celendín. Su autor el escritor sorochuquino David Sánchez Infante ya advertía su desacuerdo –hace más de ocho décadas atrás-  con este espectáculo; con un lenguaje sencillo analiza las implicancias éticas del tejido social de la época y la nocividad en la formación de la niñez y la juventud y en general en toda la población que asiste a los ruedos sin conocimiento de causa.
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Esperamos también recibir las opciones de quienes están a favor de las lidias de toros, para publicarlas, con el propósito de hacer un esclarecimiento necesario en este tema.

(NdeR)

CORRIDA DE TOROS (*)

                           

Escribe: David Sánchez Infante

Celendín está alegre. Celendín está de fiesta. Se asearán, después de muchos años, las calles. Se lucirán vistosos trajes. Se derrochará dinero.

La Feliciana, autos y toros, Foto CPMII

Habrá toros. Habrá borracheras. Habrá bacanales. Su adoración a la Virgen del Carmen así lo exige. Su amor a la patria así lo impone.
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En corto tiempo las cuotas del pueblo han descendido a cerca de mil soles o han sobrepasado a esta cantidad. No hay ciudad más entusiasta, más religiosa, más patriota que la ciudad celendina.
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¿Cómo es que nuestros ojos han estado tan cegados para no haber visto todo esto? Avergonzados estamos de haber afirmado, con tanto descaro, tan grande mentira como ésta: que Celendín es un cementerio de conciencias.
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¿Es grandeza alimentar los instintos sanguinarios de la masa popular? ¿Es progreso dejar que caigan las escuelas y que las entidades representativas duerman sin preocuparse de nada? ¿Es adelanto sacrificar, en beneficio de una sola ciudad, a pueblos indefensos? ¿Es florecimiento ofrecer a los niños espectáculos tan “cristianos”, tan “morales” como es el juego y sacrificio de vidas de animales inocentes? ¿Qué mejor lección que ésta para elevar el espíritu de un gran pueblo?
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A las corridas de toros asistirá la flor y nata de la sociedad celendina en íntima unión con el pueblo humilde. ¡Qué fiesta más democrática!
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Allí estará el sacerdote que en Chuclalás ha de alabar la caridad y mansedumbre infinitas de Francisco de Asís; allí estarán los preceptores y las preceptoras que en las escuelas hablan a los niños de la bondad de las sociedades protectoras de animales; allí estarán todos, desde el rico orgulloso que ha comprado su palco, hasta la mujer más humilde que ha vendido su miseria por contemplar tan degradante espectáculo.
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¡Pobres de nosotros! ¿Quién creerá ahora en nuestras palabras cuando hechos de tanta magnitud vienen a desmentirnos?
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Un pueblo que cosecha en un instante dinero para corrida de toros tan inútil, tan llena de despropósitos, tan inhumana, y que no gasta un solo centavo para la construcción de casas-escuelas útiles, impulsoras del progreso, es un pueblo ubicado a la zaga del  mundo.
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¡Oh falsas palabras de los falsos apóstoles!

(*) Publicado en la Revista INTEGRIDAD  Nº 24, página 2, Lima, agosto 1928.

Nota: El título y subtítulo del artículo anterior así constan en los originales impresos.