Por Juan Gargurevich
En mayo de 1919 José Carlos Mariátegui y César Falcón lanzaron el diario
“La Razón” inaugurando la historia del diarismo de izquierda en el Perú.
Todavía no se popularizaba la denominación “de izquierda” en la batalla
política y solo a veces los diarios conservadores motejaban a los
contestatarios como “bolshevikis” por las noticias que llegaban de la
lejana y convulsionada Rusia.
“La Razón” no era un simple órgano de oposición al régimen de Pardo pues no se parecía en nada a “La Crónica” o “El Tiempo” que pugnaban por derribar al gobierno. El diario de Mariátegui era obrerista, favorecedor abierto de las causas del proletariado de la época y por eso fue impedido de circular apenas llegó al poder Augusto B. Leguía.
Solo se vendió unos cuatro meses pero dejó importantes lecciones y sobre todo una: que era posible emprender una aventura editorial de envergadura como es un diario, sin depender de grandes capitales ni de expertos presuntamente irremplazables. Al caer Leguía aparecieron periódicos diarios de oposición y venganza pero no de apoyo a causas populares. Tendrían que pasar muchos años para que las izquierdas se pusieran de acuerdo para editar “Marka” también en mayo, en 1980 faltando pocas semanas para las elecciones que ponía fin al gobierno militar.
“Marka” fue una experiencia extraordinaria porque sus accionistas fueron los empresarios originales, periodistas y administrativos y prácticamente todo el espectro de la izquierda de entonces, a saber, Partido Comunista, Vanguardia, Trinchera Roja, Partido Socialista, Unidad Democrática Popular, etc., que se turnaban el control de la página editorial. No fue tarea fácil ponerlos de acuerdo pero el resultado fue uno de los mejores diarios liberales que ha tenido el país porque reunió a los más importantes intelectuales. Lástima que devino pocos años más tarde en vocero de una facción extremista hasta cambiar el título a “El Diario” y su última directora, Janeth Talavera, era militante senderista.
La siguiente experiencia fue “La Voz”, liderada por el popular periodista Efraín Ruiz Caro y que apoyó decididamente al movimiento obrero y a la Izquierda Unida. Fueron poco más de dos años de lucha tenaz contra el boicot publicitario del gobierno aprista y, sobre todo, con la inflación que disolvió finalmente el enorme esfuerzo.
¿Quién continúa la tradición? “LA PRIMERA”, dirigida por César Lévano que lidera una fogosa redacción que une a veteranos experimentados y jóvenes en la batalla por el cambio en los cauces democráticos y que han elegido la vía del periodismo para promoverlo. Este diario ha librado una intensa confrontación contra el alud mediático de las derechas y ha ganado.
“La Razón” no era un simple órgano de oposición al régimen de Pardo pues no se parecía en nada a “La Crónica” o “El Tiempo” que pugnaban por derribar al gobierno. El diario de Mariátegui era obrerista, favorecedor abierto de las causas del proletariado de la época y por eso fue impedido de circular apenas llegó al poder Augusto B. Leguía.
Solo se vendió unos cuatro meses pero dejó importantes lecciones y sobre todo una: que era posible emprender una aventura editorial de envergadura como es un diario, sin depender de grandes capitales ni de expertos presuntamente irremplazables. Al caer Leguía aparecieron periódicos diarios de oposición y venganza pero no de apoyo a causas populares. Tendrían que pasar muchos años para que las izquierdas se pusieran de acuerdo para editar “Marka” también en mayo, en 1980 faltando pocas semanas para las elecciones que ponía fin al gobierno militar.
“Marka” fue una experiencia extraordinaria porque sus accionistas fueron los empresarios originales, periodistas y administrativos y prácticamente todo el espectro de la izquierda de entonces, a saber, Partido Comunista, Vanguardia, Trinchera Roja, Partido Socialista, Unidad Democrática Popular, etc., que se turnaban el control de la página editorial. No fue tarea fácil ponerlos de acuerdo pero el resultado fue uno de los mejores diarios liberales que ha tenido el país porque reunió a los más importantes intelectuales. Lástima que devino pocos años más tarde en vocero de una facción extremista hasta cambiar el título a “El Diario” y su última directora, Janeth Talavera, era militante senderista.
La siguiente experiencia fue “La Voz”, liderada por el popular periodista Efraín Ruiz Caro y que apoyó decididamente al movimiento obrero y a la Izquierda Unida. Fueron poco más de dos años de lucha tenaz contra el boicot publicitario del gobierno aprista y, sobre todo, con la inflación que disolvió finalmente el enorme esfuerzo.
¿Quién continúa la tradición? “LA PRIMERA”, dirigida por César Lévano que lidera una fogosa redacción que une a veteranos experimentados y jóvenes en la batalla por el cambio en los cauces democráticos y que han elegido la vía del periodismo para promoverlo. Este diario ha librado una intensa confrontación contra el alud mediático de las derechas y ha ganado.
Fuente: Diario La Primera, sábado 4 de junio delñ 2011
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