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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

lunes, 25 de octubre de 2010

LA TINTA CREPUSCULAR DE PEDRO ORTIZ MONTOYA

Por Jorge Horna

     
1. He sostenido siempre que el primer escritor celendino que dio a conocer sus manuscritos es el poeta Pedro Ortiz Montoya, quien, según algunos estudiosos de la tradición y cultura de mi pueblo, nació el año 1850.

Este poeta radicó en su tierra durante toda su existencia; se dedicó a la docencia en el Liceo “El Progreso” que él fundó y dirigió.


Sus poemas son difíciles de ubicar. En Lima conversé con su nieto Lorenzo Ortiz Cabanillas, me informó que había logrado rescatar algunos manuscritos y los donó a la biblioteca del Instituto Tecnológico que lleva el nombre del poeta, en Celendín. Desde este espacio invoco a los directivos de esta institución que resguarden con celo y responsabilidad ese legado excepcional, que constituye un material necesario para investigadores.

Ha llegado a mis manos dos copias manuscritas con poemas de don Pedro Ortiz Montoya. El amigo que las ha enviado, las ha conseguido, a la vez, de otra persona. Esta circunstancia me hace suponer que el archivo donado por Lorenzo Ortiz al Instituto Tecnológico, está a la deriva; lo que sería un despropósito. Ojalá sea lo contrario.
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     2.  Poesía bucólica la de Pedro Ortiz Montoya, elaborada de modo sencillo, penetrada de la esencialidad que la cosas simples emanan; el poeta realza las cualidades y calidades humanas. Escritura hecha en las postrimerías del siglo XIX. Pedro Ortiz, premunido de un intenso amor a lo literario y la compenetración con la naturaleza, eleva su pluma para empaparla en la tinta crepuscular de su tierra, de la que nunca se ausentó, porque la amó inmensamente.
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Para el deleite de nuestros amigos y amigas que leen poesía, estas primicias.
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La violeta
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Flor pudorosa
que en esta selva
das al ambiente
tu rica esencia
que nos halaga.
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-Dime, violeta,
¿por qué te ocultas
Bajo la yerba?
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-Porque veladas
con modestia
son más hermosas
nuestras ofrendas.
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Todas las almas
que son discretas
hacen lo mismo
que la violeta.
  .
Almas sin creencias

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¡Ay, del manantial cegado
ay, de la estrella sin brillo
ay, del marchito tomillo
que ya su esencia perdió!
¡Ay, del alma que en tinieblas
siente pasar los instantes
y las sombras inconstantes
del porvenir que soñó!
No es manantial el cegado,
ni estrella, la estrella sin brillo,
ni es tomillo aquel tomillo
que su perfume perdió.
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Ni el alma es alma que vive
si a la duda se abandona,
ajando la corona
de flores con que soñó.
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¡Quién curso diera al arroyo
quién diera a la estrella brillo
quién diera al triste tomillo
el aroma que perdió.
¡Quién al alma descreída
sus ilusiones volviera
O algún encanto siquiera
de los muchos que esperó!
El agua al manantial no vuelve
la estrella quedó sin brillo;
queda también el tomillo
sin el perfume esparcido.
.
Nota: el último verso es del autor de esta reseña (JH), debido a que el poema fotocopiado está mutilado.

Lima, 25 de octubre de 2010

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De niña, una tia muy querida me recitaba ésta poesia de La violeta, pero no recordaba el texto completo, hoy ha vuelto a mi mente y me he puesto a buscar...¡Que alegria! quando he encontrado "mi violeta" no sabia que el autor era Pedro Ortiz Montoya.
MUCHAS GRACIAS

.:NEMRAC:. dijo...

Mi mama recito en su escuela la poesia de la violeta cuando tenia 7 años, por ella a principios de los 60... me la recitaba para dormir y hoy en dia se la enseño a mi hija, por ello la busque.. que belleza rescatar estas letras. Saludos desde la isla de margarita.

Carmen.

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