Julio Carmona, retrato de Bruno Portuguez. |
Con
la palabra poética de dos escritores peruanos, rendimos homenaje al trabajador
y trabajadora de nuestra patria.
Leoncio
Bueno y Julio Carmona fueron obreros de construcción y junto a otros mecánicos,
carpinteros, etc. Pertenecieron al Grupo de Escritores Primero de Mayo fundado
en 1956.
Leoncio Bueno
Wayno de Comas
Un
día la masa dijo: ¿Somos o no somos?
Tomaremos
estos cerros
Y
he aquí, se alza una obra grande, enganchada
Al
remolino
De
la era espacial.
Llegamos
los hombres de la masa
No
teníamos agua para beber
Pero
plantamos árboles
(En: La Guerra de los Runas)
Asno rayado
Mi
abuela
mujer
constante y leedora
se
llamaba “Ragnut”
raro
nombre. El burro
inconfundible
a la distancia
por
su clarín personal
fue
mi primer amigo
y
también mi maestro.
De él aprendí a trabajar como burro
a
respingar como burro
y
a enamorarme como burro.
(En:
Rebuzno propio)
Bienaventurados
II
Benditos
sean nuestros camaradas,
porque
ellos son los únicos revolucionarios.
Benditos
sean nuestros camaradas,
porque
ellos predican con el ejemplo y no con los discursos.
Benditos
sean nuestros camaradas,
porque
ellos nunca actúan como burócratas de profesión
sino
como apóstoles de la austeridad.
Benditos
sean nuestros camaradas,
porque ellos se caracterizan por su creciente
desprecio
hacia el dinero.
Benditos
sean nuestros camaradas
porque
ellos jamás manchan su trayectoria solicitando
ayuda
o favores de los poderosos.
Benditos
sean nuestros camaradas,
porque
ellos se sacrifican por implantar, exactamente,
la
dictadura del proletariado y
de ninguna manera la de ellos mismos.
Benditos
sean nuestros camaradas,
Porque
ellos a la larga eliminarán las clases, el Estado
Y
alumbrarán al hombre nuevo.
Leoncio Bueno Barrantes,
nació en el distrito de Chocope (1920), cerca de Trujillo. Autodidacta desde
niño, trabaja en los cañaverales de las haciendas norteñas. En Lima fue peón de
construcción y obrero textil.
Obtuvo
menciones honrosas en el Premio Nacional de Poesía (1973) y en el Premio Casa
de las Américas (1975). Ha publicado los poemarios: Al pie del yunque (1966), Pastor
de truenos (1968), Invasión poderosa (1970),
Rebuzno propio (1976), La guerra de los runas (1980).
Julio Carmona
Carta del obrero a su amada
Llego
a tu corazón que me esperaba
como
una flor abierta. Entro a tu vida
y
encuentro que no tengo que ofrecerte
nada.
Y nada te ofrezco. Como enantes
que
te vi cociendo arroz, lavando platos
y
tampoco te ofrecí nada. Te dije sólo
a
mi amor lo calentaras en el fragor
de
tu cocina. Te pedí lo cosieras a tu alma
como
uno más: un parche de esperanza.
No
te ofrecí una fúlgida mañana. Te dije, sí,
que
al final de la helada soledad
había
esperándonos un ascua
y
te hablé de su flor no conquistada
y
te pedí tus manos para ararla,
tus
ajadas nuevas manos
para
amarla. Te pedí tu perfume de lentejas
de
aromático vinagre. Nada más
te
pedí. Nada te daba. Pero tú
me
diste más y más de lo que ansiaba.
Me
diste un hijo. Un hijo. Y una carta
de
amor donde escribiste: Patria
o
muerte. Y las rejas fueron de agua…
Por
nuestro hijo, por ti, por nuestra casa
la
alegría se me hizo tan cercana
Que
he jurado escaparme de esta cárcel
sólo para buscarte la mañana
que
jamás te ofrecí: Te he de buscarla,
aunque
nos maten, vida, más
Los
que nos matan.
Julio Carmona. Nació en
Chiclayo en 1945. En sus años de adolescente fue ayudante de construcción;
después ingresó a la Escuela
de Bellas Artes de Lima y a la
Universidad de San Marcos, donde estudió Literatura.
Actualmente es profesor de la Universidad
Nacional de Piura.
Entre
sus libros de poesía publicados están: Mar
revuelta, A nivel de la arcilla, A orillasr del Amar, No sólo de Amor, Nada más
que derramar el corazón, Espinas las de las rosas.
Fuente del retrat
Fuente del retrat
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