Por: Franz Sánchez
Sépase abiertamente que aquí no le
guardamos antipatía al alcalde Juan Tello, únicamente a la forma estólida de
sus acciones, de sus decisiones y de sus indecisiones. Lo último que queremos
es entrar en discusiones con el burgomaestre, pero tampoco vamos a hacer votos
de silencio como lo hacen sus alcahuetes, o sus periodistas de turno. Desde que
entró al municipio este señor, fomentó una mala relación con la opinión
pública, y con la prensa. Recuerdo que luego de un sondeo a boca de urnas, me
acerqué al virtual alcalde y lo felicité por la victoria aún no oficial en
Celendín. Luego, sabiéndose ganador, fue a pregonar por las calles su victoria,
y en un gesto poco caballeroso, bajó del estrado al saliente alcalde, qué
aunque se lo tenía bien merecido, no debió ser tratado de esa manera tan ruin.
Pasaron los meses y sufrió un ataque de parálisis en la lengua, convirtiéndose
en mudo, tratando de una manera malcriada a los hombres de medios, inclusive en
algún momento me negó entrevistas, y de un instante a otro, olvidó conocerme.
Claro yo andaba al borde del suicidio por perder a un amigo tan valioso.
Inmediatamente después supe que este sujeto, sin respeto a la labor
periodística, sin consideración al pueblo, iba acabar muy mal. Lo que sí nunca
vaticiné es que le quedaran mucho de ganas y poco de vergüenza para tentar una
re-elección, que ya de por sí, suena a podrida.
Lo último de una gran lista de barbaridades
que ha cometido este individuo, es haber firmado un acta el pasado miércoles14
de abril de este año, a las 4 de la tarde, autorizando un referéndum para
consultar las tierras que pertenecen a Huasmín, con los pillos representantes
de la municipalidad distrital de Bambamarca- Provincia de Hualgayoc.
Lo más ridículo es el argumento que
esgrime, cuando se le cuestiona ¿por qué firmó esta acta que atenta contra la
soberanía provincial? Manifiesta él a manera de defensa, que fue víctima de un
embuste, de un engaño, de una emboscada, narra es estas palabras: “El día 14
nos apersonamos, mi persona (sic), el encargado de la oficina de ordenamiento
territorial, donde contamos con la presencia del Alcalde Distrital de Huasmín,
y también su Área Técnica. La sorpresa para nosotros fue que al ingresar al
auditorio del Gobierno Regional, nos encontramos con un auditorio repleto de
personas, que definitivamente a mi parecer, no son ni siquiera comuneros, que
habitan en el área de discrepancia, así que después de hacer todos los debates,
el auditorio exigió al Presidente Regional que en ese momento se firme la
resolución de límites. Y nosotros conociendo que el procedimiento legal no es
que el Gobierno Regional deba dar la resolución de límites territoriales, es
por esto que por “presión” hemos tenido que firmar esta acta, en salvaguarda de
nuestra integridad física (…)”.
Increíble, ahora resulta que el señor Tello
Villanueva, firmó el acta atentatoria para los intereses de Celendín, porque se
orinaba de miedo. Mejor dicho que tuvo un ataque de pánico, que ni siquiera la
presencia de Ermitaño Marín pudo apaciguar. Estos dos alcaldes prefirieron
firmar un documento apócrifo, para salvar su pellejo ¿Eso es lo que quiere
decir el mismo alcalde en persona? Qué vergonzoso que una autoridad se siente a
una conferencia de prensa, y manifieste muy suelto de huesos, que la razón por
la que firmó un documento que avala el obsequio de territorio, es que prefirió
salir a buen recaudo, salvar el trasero, y que se joda Celendín.
Monumentalmente, indignante. Hubiese preferido la excusa del: no supimos, nos
equivocamos, la embarramos. Pero justificar un acto irresponsable, propio de un
enemigo del pueblo, con un acobardamiento, es demasiado bajo para nuestro
ayuntamiento.
Este es el hombre sin pantalones, que
pretende un período más al mando de un municipio sin cabeza, este es el
timorato que va a poner el pecho para cuidar que las empresas mineras no
afecten las cuencas hidrográficas. Este es el pésimo alcalde que ha entregado
su pueblo, para luego lavarse las manos, por temor a ser agredido.
Nos preguntamos, acaso no es sabido que el
Presidente Regional, Jesús Coronel, milita en el mismo partido de Tello
Villanueva. Si tanto miedo le tuvo a un tal Domitilo Vásquez, Consejero por
Bambamarca ¿por qué no corrió a los brazos de su presidente? ¿Por qué no llevó
a sus chacales de Tv Municipal, o en todo caso, a sus chalecos de Serenazgo?
Presumo sin temor a equivocarme, que lo que
ha hecho Tello puede ser la peor brutalidad, sin contar las que conocemos de su
gobierno, repasemos: Carretera, Hospital, Centro Histórico, Mercado Modelo... y
muchos etcéteras más.
Lo que hoy deambula por los balcones del
municipio, tiene apariencia fantasmagórica, un cadáver que ni los gusanos
quieren, puesto que estos si aman la tierra donde viven.
Lo que nos queda como buenos ciudadanos, es
no permitir que nadie toque a nuestro pueblo ni con el pétalo de una rosa, y no
esperar nada de los gobernantes, porque a ellos no les importa nada más que sus
sueldos, sus viáticos, y cuidarse el poto.
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