Beber poesía del libro Otra Armonía Todo, de Antonieta Inga del Cuadro, es descubrir y ver, "con los pocos ojos que nos quedan", la belleza que existe dentro de nosotros y del mundo que nos rodea. Brindemos y elevemos nuestra alma con los siguientes versos:
Hoy siento un vacío...
más allá de este hueso cóncavo
En este invierno que no quiere tener fin
insisten en florecer las plantas de tu huerto
Mi soledad husmea tu soledad desconocida
y distante. Mi soledad se siente sola
sin tu presencia revestida de pasado
Humanísimo calor constante tibio latir
serenos pródigos brazos alma que flamea
para yo encontrarte en el aire
Noche humana, abismo de caricias sin fondo
¡Qué tibia mano ausente!
¡Materia sorda a mi vendaval de sed!
¡Cómo mirarte ahora sin invitarte a mi alma
a mi calmo reposo a mi frustrada huída!
Página 140
¡Solo se alargará la distancia nada más!
¡Por qué no hoy tu risa la que fue!
¡Por qué no hoy tu llegada de marfil!
¡Por qué no darte hoy el abrazo decidido!
¡Por qué no ver en tus ojos
la alegría del retorno!
¡Por qué ahora nos niegas
esa presencia tangible!
Por qué al mundo no pueblas
con el aire de tu paso
tu sombrero tus miradas
con tu canto a la esperanza
desde tu raíz de sauce
con tu silencio
con tus horas madrugadas
con tus velas desplegadas
con tus años venerables
con tu abrazo indefinible
con tu llorar tiernamente
con tu mohín de niño
de pañuelo remojado
Con tu soledad rebelde
con tu sentirte padre
con tu sentirte hermano
niño gigante ajeno.
Página 108
¿Cómo es que ya no brillas en cada flor
del sendero?
¿Cómo es que ya no bulles cerca
de los caminos?
¿Qué es de tus trajines hinchados
de ilusiones?
¿Qué de tu ir y venir auscultando
los minutos?
¿De tus azañas de anónimo héroe consabido?
¿De tus aventuras hecha miel
con cada paso del recuerdo?
¿de tu fingir horas mayores
penas diminutas, distantes lejanías
mundos descubiertos?
Ahora nos sorprendes buscando un lugar
en el tiempo un minuto en el minuto
en que se pueda vivir sin tu ausencia
en el que quepa toda tu distancia
en el que tu amor se beba gota
a gota, inacabable
accesible a las lágrimas
y al no poderte ver
con los pocos ojos que nos quedan.
Página 151
Preguntas por mí
y lo vivido se hace añicos
para detenerte en el umbral
de mis quince años
y me pregunto
si podré verte otra vez
otra vez en que jamás
veré tu ser en tu tiempo
tu ser vivido sin mí
desde el día que me dejaste ir
mas no un día no del tiempo
Jamás podremos saber
si tu cuando fue mi cuando
ni qué secreta galería de mi alma
mora en tí
No sabremos qué distancia
de vida hay entre tú y yo
qué presencias serán diálogo
después de tanto suceder
Pero si el tiempo nos premia
instantes en sola frente
abrirte sabré el paso
reacomodando vivires
para que a tu modo llegues
a los rincones del alma
que ya no me reconocen
Página 228
Poetisa y profesora peruana, nacida en Celendín, sus estudios de
educación primaria los realizó en la escuela Nº 82 (hoy 83009), de
secundaria en el Colegio Nacional Javier Prado (Juan Basilio Cortegana)
de Celendín y los superiores en la Universidad Nacional de San Marcos,
graduándose en las especialidades de Educación, Literatura y
Lingüística. Realizó estudios de perfeccionamientos y post-grados en
Lingüística en Colombia (1964), Uruguay (1966), Puerto Rico (1971),
España (1973) y República Dominicana (1984).
Laboró como
docente universitaria en Departamento de Lingüística de la Facultad de
Letras de San Marcos. Sus poemas han sido publicados en las revistas
Haraui, Trotamundos y Jelij. Colaboró con artículos de crítica literaria
en la revista Oiga y el diario La Prensa.
Otra Armonía
Todo, define a “Antonieta Inga como orfebre (que) trabaja cada palabra,
cata una a una las imágenes, con el propósito de emboscar al tiempo, al
amor, a los recuerdos y los sueños. Y no pocas veces su poesía se
emparienta con la filosofía para subvertir el silencio. (…) su poesía
nos apremia. Y seguro que al término de la lectura de este hermoso libro
habremos embellecido”. (Mario Peláez Pérez, prologuista).
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