Celendín: Conversación con el artista polifacético Jorge Chávez Silva. Primera y segunda parte.

Conversación con Jorge Antonio Chávez Silva, profesor con más de 30 años de experiencia, pintor y escritor, también conocido como "Charro", nació en Celendín en 1947.

Hizo sus estudios primarios, secundarios y superiores en su pueblo natal, y desempeña actualmente en Lima el cargo de profesor.

Pintor autodidacta, tiene, sin embargo, fuertes influencias de Mario Urteaga, sobre todo en el desarrollo de su concepto en torno de la originalidad de la cultura celendina y lo valiosas que son sus manifestaciones. Es autor de numerosos cuadros que muestran precisamente esta visión, sus calidas y vitales impresiones de la cotidianidad lugareña.

También incursiona en la literatura con la misma temática celendina y con la voluntad de resaltar las costumbres y personajes del pueblo.

Primera parte

Entre sus libros inéditos están: El espíritu celendino (anécdotas y crónicas), Travesía del amor desesperado (novela), No hay tiempo para el amor (novela histórica), Cuentos del Palenque (cuentos), Los siete jarabes (cuentos), y, en preparación, Naufragio en el tiempo perdido.

Segunda parte

En esta segunda parte de la conversación, Jorge Chávez Silva, nuestro artista, ante una de las preguntas que le hiciéramos, entre otras, nos contesta lo siguiente:

"Yanacocha es un pulpo cuyos tentáculos quieren ahogar al lugar donde han puesto la mirada y tratan de, a través de unos personajes que son los asesores de imagen, aparentar que ellos no van solamente a malograr el medio ambiente, sino van a, supuestamente, a traer riqueza, a mejorar la infraestructura de los pueblos a donde invaden; y también se preocupan, entre comillas, por la cultura. Entonces propician eventos, publicaciones, regalan enseres escolares, Etc. para engañar a la gente de que se preocupan, que ellos no van solamente por sacar la riqueza, sino quieren hacernos creer que su interés no es solamente eso sino también la cultura del pueblo, lo cual es totalmente falso y nosotros no debemos caer en estos cebos, en estas trampas. Entonces el autor, escritor o pintor que acude al auspicio de Yanacocha es totalmente condenable. (...) Es como prostituirse un poco".