Después
de treinta días de realizada la fiesta jubilar del colegio San José, en los
rostros san josefinos aun se perciben rescoldos de alegría y satisfacción.
En
la gran concentración de Bodas de Oro los ex alumnos tuvieron un importante
protagonismo y le estamparon la huella indeleble de la eternidad. Cómo olvidar
el fastuoso desfile de antorchas, la canción interpretada por un ex alumno, la
oratoria poética de otra ex estudiante y el paso marcial de los ex alumnos de
la primera promoción durante la parada escolar.
Este
mega evento tuvo grandezas y miserias; entre las primeras fue la desbordante
participación de los ex alumnos; el infortunio, se pudo observar, provino del
lado de la dirección y docentes del plantel: carencias, vacíos y total ausencia
de las autoridades del pueblo en el día central, denotaron un interés opuesto al
frenesí san josefino.
La improvisación
alcanzo su pico más alto el día 16 de mayo, durante la ceremonia donde fungió
de presentador el ex alumno Juan Carlos Silva que sin agenda previa llevo la
ceremonia de acuerdo a su buen saber y entender; entre corrillos se comenta que
a la primera reyna de belleza señora Bertha Chaman no se le permitió dirigirse
al público, víctima de la desatención del maestro de ceremonias habría sido la
señora Betty Rocha, hija del director fundador quien por insistencias se vio
obligada a recortar su mensaje.
El
sol de medio día batía con dardos de fuego al patio descubierto del colegio que
a esa hora parecía un horno ardiente cuando se anuncio la participación del
señor Máximo Chávez Sánchez , este con paso cansino apoyado sobre un bastón
subió al estrado cargado de un quipe de
intenciones y apasionamientos.
El señor Chávez Sánchez es un poeta que en sus obras nos presenta a Sucre autentico, envuelto
en su propio lenguaje, goza de nuestro afecto; pero su perorata de ese día dejo
una insatisfacción y repudio por la frases denigrantes a la memoria de don
Alfredo Rocha, artista versátil y sapiente excepcional. Las expresiones
desaventuradas llamo la atención del público que se quedo con una expresión de
estupor sin entender la torpe inequidad del maestro de historia egresado de un
instituto vacacional.
El
jubilado maestro, en su infortunada presentación, entre otras cosas, dijo: “Yo nunca estuve de
acuerdo porque Rocha fuera director, agregando: yo he sido su alumno y no aprendí
ni la o”.
El
homenaje al director fundador, sin duda, provoco el celo de los aduladores y despertó
antiguos rencores en el poeta SACHAMA que satisfecho de su deseo de venganza, largo tiempo contenida, dejó el estrado cubierto por las aclamaciones del
presentador que también fue inexorable.
El
gesto inicuo y ese falsete de dos orquestado por el poeta merecen una respuesta
y hay que contestar a todos los errados
que con infundios hilarantes mienten sobre la calidad y el
profesionalismo de Rocha.
Para
defender al infamado genio, los responsables de la revista Eco Sucrense nos
hemos visto precisados a desagraviar su memoria visitando su tumba y frente a
ella renovar nuestra admiración y respeto a su labor y a la fecunda
inteligencia de artista polifacético que sus enemigos querrán matar pero no
podrán hacerlo.
Revista: ECO
SUCRENSE
Fotografías: O. Aliaga.
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