RASGOS DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE CAJAMARCA
Por. Secundino Silva Urquía.
Un pequeño sector de la población de Cajamarca, creyó vivir lo mejor
de sus vidas y en el mejor de los mundos, durante el llamado “boom de la
minería”. Y parece que aún no entienden que este tipo de “bonanzas económicas” no
duran para siempre. Actualmente la región afronta una recesión, y la gente vive
con serias dificultades por falta de empleo e ingresos que cubran sus
necesidades básicas. En las redes sociales se leen quejas, insultos, amenazas;
también se busca culpables, se estereotipa, se condena y hasta se lapida a los
supuestos responsables de la situación actual. Pero faltan análisis serios,
autocríticos, certeros, desapasionados, etc. que contribuyan a un debate serio
del problema. Con una serie de artículos, intentaremos contribuir a esto.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática-INEI, hasta
antes del 2004 la incidencia de la “pobreza” en Cajamarca era de
aproximadamente 77.70% (comillas mías,
porque es ilógico e injusto que en una región o país inmensamente ricos haya
pobreza). Por tanto, en ese año, era la cuarta región más empobrecida del
Perú; y lo era después de Huancavelica (92.8%), Huánuco (84.9%), y Puno
(79.30%). NO usemos nunca el término:
“región más pobre”, porque no lo es; y que la región esté empobrecida es otro
asunto.
Tomo como referencia el 2004, porque en éste año se acentuó el “boom
de la minería” en el país; el mismo que duró hasta finales del 2011. En este
año el INEI reporta en 55.80% la incidencia de la “pobreza” en esta misma
región. Es decir: Cajamarca en ocho a nueve años, redujo su incidencia de
“pobreza” en un 21.90%; aparentemente para esto hubiera influenciado el “boom de
la minería”; Sin embargo, esto no es cierto; porque en ese mismo periodo todas
las regiones del Perú, mineras y no mineras, bajaron su incidencia de “pobreza”
en un promedio de 29.24%. O sea, Cajamarca con YANACOCHA SRL (NEWMONT &
BUENAVENTURA INGENIEROS), explotando la segunda mina de oro más grande del
mundo y la primera en América, redujo su incidencia de empobrecimiento 7.34%
por debajo del promedio de todas las regiones; y al cabo del “boom de la
minería” (2011), esta región, con su 55.80% de incidencia, retrocede para
convertirse en la segunda región más empobrecida del Perú, después de Apurímac
(57.00%).
El 2015 Cajamarca con el 51% ya ocupaba el primer lugar como región
más empobrecida del Perú. Alrededor del 24% de su población está en
empobrecimiento extremo; porque sus mínimos e informales ingresos no cubren ni necesidades
básicas. Actualmente, en el 2017, después de más de veintitrés años de
explotación megaminera del oro, esta región sigue en ese oprobioso puesto;
además de ser, también, número uno en desnutrición infantil. Así, la
sacrificada Cajamarca y el país entero, continúan en el atraso y subdesarrollo;
porque la minería no es una actividad que cura el empobrecimiento extremo. Esta
actividad solo puede apalancar, de modo muy temporal, las principales actividades
económicas y sostenibles de una región o país. Y sus impactos negativos al
medio ambiente lo vuelven socialmente cada vez más polémica e inaplicable. Aún
así, el Perú pudo y debió obtener mejores réditos o beneficios con la venta de
los minerales, durante el pasado “boom de la minería”; pero con acuerdos o
arreglos entre los gobiernos de derecha y las transnacionales, esto no fue ni
es posible; ni siquiera porque haya sobreprecio de los minerales en el mercado
mundial.
Los representantes del estado peruano, responsables de hacer esas
negociaciones, claudicaron ante el poder económico de las transnacionales
mineras y la CONFIEP. Se contentaron con los “mendrugos” o “migajas” que estas
ofrecieron para el país y Cajamarca. Es seguro que en esto y para esto
corrieron coimas, pero ya por encima de la mesa. Finalmente, en ninguna parte
del mundo los “mendrugueros” o “migajeros”, menos los corruptos y vendepatrias,
han conducido la transformación de un país hacia el progreso; eso solo lo ha hecho
gente honesta, patriota y revolucionaria.
Quiénes son estos culpables y responsables de la situación actual de
Cajamarca?
Después de los escandalosos casos de corrupción (Odebrecht, lava jato,
etc.) que ha visto el país entero, es fácil intuir. Sin embargo para deslindar
bien las responsabilidades se tiene que hacer uso de la economía y la política.
Y dar respuestas desde aquí, implica lidiar con intereses económicos y
alinearse con posiciones. Tengo intereses comunes con mi familia y mis paisanos
de la hermosa provincia de Celendín; me he alineado con la posición de la
defensa del medio ambiente saludable, y algo entiendo de política; por esto me
atrevo a opinar... Pero del otro lado, surgen advenedizos, bisoños y
desesperados, que opinan del problema de Cajamarca dando “arañazos de ciego”, con
“gritos de extraviados” y escribiendo sandeces; y esto es peor cuando entran al
campo político. Entonces quienes vieron esfumarse el “castillo de sus sueños”
con el fin de la “bonanza minera”, confunden consecuencias con causas. Así,
estos defensores del modelo económico neoliberal, extractivista y minero
rentista, creen que el fin del “boom de la minería” en Cajamarca llegó por la
culpa de los ambientalistas que pararon CONGA; y así lo gritan a los cuatro
vientos, hasta sus “técnicos e “intelectuales” más notorios. Como la
irresponsabilidad les alcanza, buscan “chivos expiatorios” y descargan su
frustración con estereotipos e insultos como: “rojetes”, “anti inversión”,
“frustrados”, “lentejeros”, “comunistas”, etc. Debo decir que da satisfacción y
felicidad indescriptibles, sentirse útil defendiendo causas justas y ayudando a
conquistar derechos; y lo que debe causar frustraciones, iras y hasta odios, es
sentir disminuir consumismos y perder privilegios.
La verdad es que el fin del “boom de la minería” en Cajamarca y en el
resto del mundo, llegó con la caída de los precios de los minerales en el
mercado mundial; y coincidió con dos hechos específicos de la actividad minera
en la región: primero, el
agotamiento del yacimiento de oro que Yanacocha S.R.L venía explotando desde
1994; y segundo, la pretensión de la
empresa minera, asociada al gobierno, de ampliar sus actividades extractivas por
veinte años más, explotando el letal megaproyecto CONGA; pretensión que en
noviembre del 2011, hizo estallar un conflicto de proporciones nunca vistas en
Cajamarca, y que significó la muerte con balas militares de tres ciudadanos
celendinos y un bambamarquino, en los fatídicos 03 y 04 de julio del 2012.
Por tanto, el conflicto por el inviable megaproyecto CONGA, no fue ni
es causa para la actual situación de crisis que vive Cajamarca; más bien fue
consecuencia de muchas cosas que se hicieron mal. Sus actores, alineados en las
filas opositoras a su ejecución, tampoco somos culpables o responsables de la
misma.
Piura, 22 de abril del 2011
(Continuará… Parte 2.- RESPONSABLES DE LA CRISIS ECONÒMICA EN
CAJAMARCA.
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